Salvados. (1/2)

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Carmen miraba a todas las personas de la sala con inquietud, las últimas palabras de su amiga todavía resonaban en su mente. Tenían que tomar una decisión importante, debían decidir separarse, o buscar una solución. Por la mente de todos pasaban sus dos opciones y claramente ninguno se decidía. Carolina volvió del comedor con paso firme, parecía estar más tranquila que antes.

-¿Os habéis decidido?-Dijo mirando a los ojos a todos menos a Daryl.

-Yo voy contigo.-Dijo Eva levantándose del sofá.

-Yo también.-Carmen se levantó también y se acercó a Eva. Poco a poco Raúl y Leire también se levantaron.

-¿Adri?-Preguntó Carolina con curiosidad.

-Me sigue pareciendo una perdida de tiempo y una insensatez... Pero no pienso quedarme solo.-Se levantó como el resto de sus amigos y se marchó a lo que parecía ser el baño.

-¿Y usted señor Dixon?-Le pregunto Carolina girándose hacia Daryl, todavía sin mirarlo a los ojos.-¿Va a venir con nosotros?-Daryl no comprendía porque aquella chica estaba jugando así con él. Se levantó y pasó a su lado como si nada. Abrió la puerta principal de la casa y dibujó una sonrisa mezquina en su cara.

-No pensaba dejar que unos niños se marchasen por ahí ellos solos.

-No somos unos niños.-Replicó ella sin miralo.-Recogeré las cosas. Nos iremos mañana al alba.-Comenzó a recoger las cosas del salón.

-Me voy a cazar. No me esperéis despiertos.-Dijo él cargando su ballesta a su hombro derecho. Cuando Carolina escuchó la puerta cerrarse detrás de que el cazador saliese por ella, se calmó mucho más. Estaba distante con Daryl, pero le conocía lo suficiente como para saber que no se marchaba a cazar. Buscaría algún caminante y lo torturaría por diversión, solo para tratar de tranquilizarse y no hacerlos daño.

-¿Por qué te comportas así con él?-Le preguntó Leire mientras la ayudaba a recoger las improvisadas camas que habían fabricado la noche anterior. Su amiga no respondió, tan solo soltó un bufido.-Ya veo, ¿A caso te gusta?-Carolina la miró perpleja y sabía que todos habían escuchado a Leire.

-¿Pero qué dices? ¿Como le va a gustar Daryl?-Decía Carmen entre carcajadas haciendo reír también a Eva.

-¿Y por qué no? ¿Qué tiene de malo?-Contestó ella llevándose una manta hacia otra habitación tan solo por no escuchar más las burlas de sus amigas.

-Ya veo que es verdad que Daryl te gusta ¿Eh?-Se giró para saber quien había hablado y era Raúl.

-¿Y a ti que te importa? En cualquier caso no es asunto tuyo.

-Ya lo sé, pero igualmente ¿Te gusta?-Ella no respondió, tan solo bufó, salió lo más rápido que pudo de la casa para dejar que el sol la bañase con sus cálidos rayos. Por un momento se olvidó de todo lo malo que había en el mundo, de todo lo que habían sufrido y lo mucho que les quedaba por sufrir.
-No hay tiempo de amores ahora, Carol.-Se dijo a sí misma para concienciarse de que lo que supuestamente sentía no era real. Comenzó a acariciarse el pelo y por cada minuto que pasaba le costaba más hacerse a la idea de no volver a hablar con el cazador a no ser que fuese totalmente necesario.

♥♦♥Varios meses después♥♦♥

Una serpiente, eso era todo lo que Carolina había conseguido después de tantas horas cazando. Volvió con el resto de su grupo, habían cazado más que ella; cuatro ardillas de parte de Carmen y dos conejos de parte de Eva.

Daryl, Adri y Raúl no habían vuelto a su pequeño "refugio" en medio del bosque. Un par de sacos de dormir, un pequeño fuego y todo alrededor de latas colgadas de una cuerda para saber si se acercaban caminantes.

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