•Narra Eva •
Desperté en el sofá de la noche anterior. En el sillón de enfrente estaba L, todavía dormido. Me pregunté si había alguien en casa. Me levanté del sofá y comencé a subir las escaleras hacia el piso de arriba. La casa estaba desierta. Volví a bajar las escaleras y vi a L despierto.
-¿Qué hora es?-Preguntó mientras se rascaba un ojo. Miré el reloj de pared del salón y vi la hora.
-Las nueve y media. No hay nadie en casa, esto es raro.
-Por la hora lo más seguro es que estén en sus puestos de trabajo.
-Puede que tengas razón. Salgamos fuera, a ver si hay alguien.-Salimos por la puerta y vi a Leire corriendo hacia las puertas acompañada por una señora con el pelo gris.-¡Leire!-Le grité para que se detuviera.-¿Qué pasa?
-Marta, a vuelto del bosque y trae a tres personas con ella.
-¿Marta? Sólo había salido ha buscar más sitios para explorar.
-Ya, pues los a debido de encontrar en algún sitio.-Hizo una pausa para mirar detrás de mí, seguí su mirada y comprendí que estaba mirando a L.-¿Quién es?
-De eso ya hablaremos después, ahora vamos a ver a Marta.-Miré de reojo a L y le ofrecí una sonrisa de disculpa por quitarle importancia. Salimos hacia las puertas, allí había un coche con cuatro personas dentro. Una de ellas era Marta. Salió del coche corriendo y me abrazó. L, quien estaba detrás de mí, se quedó mirando la escena intrigado.
-¿Dónde te habías metido?-La regañé.-Llevas todo un día en el bosque.
-Ya me lo agradecerás cuando traiga al resto.
-¿Quiénes?
-Si te lo digo no es una sorpresa. Ahora vengo, tengo que ir a por los otros.-Se separó de mí y volvió a entrar en el coche; le dijo algo al chico que tenía al lado y él, junto con otros dos niños, bajaron del coche. Una niña de pelo dorado miró a los ojos a la mujer de pelo gris.
-¡Sofía!-Gritó la mujer corriendo hacia ella. Ambas se fundieron en un eterno abrazo. Mientras observaba aquella escena que casi me hacía llorar, Marta ya se había marchado en el coche.
-No creo que tarde mucho.-Dijo L detrás de mí, me giré para verlo a esos ojos grises que me estaban gustando tanto.
-Eso espero.-Bajé la cabeza y él hizo una pequeña sonrisa. Nos quedamos allí por minutos, esperando el regreso de Marta. Pero tardaba. Hasta que vimos el mismo coche viejo, sólo que lleno de sangre por el capó. El coche entro en Alexandría y cerraron las puertas detrás de este. Marta bajó del coche con un cuchillo en la mano.
-¿Habéis tenido problemas? ¿Eran muchos?
-Sólo unos pocos, nos las hemos apañado bien.-Dio un par de golpes al capó del coche y del lado del copiloto bajo un hombre con una sola mano. De la parte de atrás bajó Daryl, quien fue al otro lado para ayudar a alguien a salir. No pude creerlo cuando la vi. Corrí hasta ella y aparté a Daryl de un empujón; se quejó un poco, como si le hubiese dolido el empujón.
-No vuelvas a hacernos eso.-Dije abrazando a Carol. Ella estaba al borde del llanto, se lo notaba.
-Tenía que protegeros.-Susurró sollozando.
-Vale, pero la próxima vez avísanos con tiempo.-Reí y ella también lo hizo. Nos separamos y ella fue a abrazar a Leire. Después se quedó mirando a L.
-¿Quién es?-Preguntó sin apartar la vista de mi amigo, pero sabía que se refería a mí.
-Se llama L, nos ayudó a escapar ayer en un supermercado.