·Narra Carolina·
Grito todo lo que me lo permiten mis pulmones, grito cuantas veces puedo, disculpándome por a saber qué... Los segundos pasan a cámara lenta. Veo a Daryl cerrar los ojos, a Ryan sonreír, y me puedo imaginar a mí misma llorando, es más, me da tiempo de sobra a hacerlo.
La puerta de la habitación se abre y alguien entra corriendo. No me da tiempo a reconocer a la figura que ha entrado cuando esta se estrella contra Rayan, desviando el disparo que estaba destinado para Daryl.
La persona que acaba de entrar golpea a Ryan en a cabeza con una especie de... no sé muy bien qué es, pero parece un muñón de metal... Sólo conozco a una persona que tenga algo así.
-¡Merle!-Giro la cabeza en la dirección a la voz. Está sangrando... la bala le ha rozado... No parece preocupado por ello, está más pendiente de su hermano en estos momentos.-¿Qué haces aquí? ¿Lo has traído tú?- Lo último lo pregunta mirándome a mí.
-No... él...-Miro a mi "cuñado"- ¿Qué haces aquí?- Sonríe de esa típica forma a la cual empiezo a coger cariño...
-Bueno, después de echarme una siesta, los de el ejército se han puesto a armar una muy gorda. Decían que si habían desaparecido las vacunas, que si las habían robado, un montón de tonterías... Esos gilipollas las han debido perder y les echan la culpa al resto.
-¿Qué tiene que ver eso con que tú estés aquí?-Lo interrumpo.
-Bueno... me aburría y decidí venir a ver cómo estaba mi hermanita, me colé en el edificio y les escuché a unos decir que tenían a un tío por aquí encerrado, así que busqué refuerzos...
-¿Qué? ¿A qué te refieres?-Amplía más su sonrisa.
-Le dije al Sargento que las vacunas estaban aquí, y no se lo pensaron dos veces en venir.-Esa noticia no era buena para mí, si el Sargento se entera de que fui yo quien se llevó las vacunas ya puedo despedirme de esta vida que tanto me cuesta conservar.
-¿Cómo has contactado con ellos?-Pregunta Daryl. Merle saca un walkie-talkie de su bolsillo trasero.
-Se debieron quedar uno allí, os han estado oyendo todo el tiempo, cuñada...-En el mismo momento en que Merle pronuncia esas palabras me dí cuenta de lo miserable que continuaba siendo la humanidad, en estas circunstancias lo era más que nunca.
-¿Nos piensas desatar algún día, o vas a esperar a que este tío se despierte?-Dice Daryl, mirando el cuerpo inmóvil de Ryan. En menos de dos minutos ya estábamos saliendo por la puerta, dejando atrás aquella sala de tortura.
Seguíamos a Merle ciegamente, no sabíamos a dónde nos llevaba, pero no era momento de pararse a preguntar. Giramos una esquina a la izquierda, hasta que nos paramos.
-Pero bueno... si has encontrado al moribundo.-Dice Merle, en su típico tono de burla. Miro a las personas que están frente a nosotros.
-¿Marta? ¿Matt?-Estaba muy contenta de ver que mis amigos estaban bien... o al menos vivos.
-Que te dejas a la pequeñaja.-Dice Matt sonriendo, mientras mira un pequeño bulto que tiene Marta en los brazos. Marta con un bebé en brazos, quién me iba a decir que viviría para verlo.
Miro en la misma dirección que Matt y veo dos bracitos sobresaliendo.
-No la han hecho nada, no te preocupes.-Miro a Marta con seriedad. Me resulta increíble que el loco de Ryan no le haya hecho nada.-¿La quieres coger?
-Llevo aguantándome las ganas desde que os he visto.-Digo con una amplia sonrisa cuando cojo a mi hija en brazos.
-Y ahora, ¿qué vamos a hacer?-Todos miramos a Merle, esperando que nos de unas órdenes. Creo que soy la única que se ha dado cuenta de que este hombre ha venido aquí sin ningún plan, él no conoce este sitio.