·Narra Marta·
Seguimos corriendo hacia el bosque, tratando de escondernos de los que residen en el edificio. Merle va primero, yo voy detrás de él apuntando a todos lados con mi pistola; Daryl, Matt y Mélody van juntos en el final de nuestra final. Espero que Carol esté bien y pueda volver, pero no podemos huir toda nuestra vida de estos tipos. Algo así no es vivir.
Hemos sido demasiado confiados al atacar este sitio. Sé que debíamos salvar a nuestros amigos, pero eso puede costar nuestra propia vida. No es que tema por mi vida, pero sí por la de mis amigos.
Según pasaban los minutos, el cielo se fue nublando, advirtiendo de que pronto llovería.
-Vamos a parar, ya nos hemos alejado lo suficiente.-Me dice Merle, esperando que avise al resto. Giro la cabeza e informo a los dos hombres que van detrás de nosotros. Caminamos un poco más, buscando un sitio donde podamos sentarnos.
-Lo que daría ahora mismo por una botella de agua.-Dice Matt.
-Lo siento guapo, me han quitado la mochila antes.-Le respondo, mientras miro las balas que me quedan en la pistola. Tengo todavía la mitad del cargador lleno. No puedo desperdiciar ni una sola bala. Miro al mayor de los Dixon.
-¿Qué vamos a hacer ahora-Pregunta Matt. Miro al mismo Dixon que yo.
-Merle, ¿todavía tienes el walkie-talkie?-Merle me pasa el aparato y todos observan detenidamente mis movimiento; todos menos Daryl, que está más ocupado intentando calmar a su hija.
-¿Qué vas a hacer?-Me pregunta Matt.
-Habíamos venido con dos grupos más de gente. o sabemos nada de ellos desde que hablamos con Carmen, y solamente hablamos con ella, no con el resto de su grupo: por lo que no sabemos nada de ellos. El otro grupo ni siquiera ha hablado, o si lo ha hecho no lo hemos podido oír por la cuestión que sea. Si están cerca de aquí podemos ir con ellos, no creo que nos cueste demasiado encontrarnos.
-Vaya, chaval... tienes una novia que piensa en todo, ¿eh?-Dice Merle, dándole una palmada en la espalda a Matt con la mano que le queda. Él se queja del golpe ya que está lleno de moratones.-Venga, hombre, que no te he dado una hostia tan fuerte. Nenaza.-Se burla Dixon. Comienza a reirse a carcajadas y Matt no puede evitar reír también. Después de todo lo que ha debido pasar y aún así está de buen humor. Me sorprende mucho su actitud.
Enciendo el aparato que está en mi mano derecha, no me extraña que no hayamos oído a nadie si estaba apagado, aprieto el botón para hablar.-¿Hola? Soy Marta, ¿alguien puede oírme?-Espero unos segundos a que alguien responda. Todos tenemos los mismos nervios en el cuerpo, incluso Daryl está mirando el walkie-talkie, con las esperanzas de que alguien suene detrás del aparato.
-¿Hola? Soy Morgan, ¿puede oírme alguien?-Creo que en ese momento todos quisimos saltar de la felicidad.
·Narra Eva·
Nos estaban transportando con un tanque. Un puto tanque. Nunca pensé que fuese a ver uno tan de cerca, y mucho menos a trasladarme de un sitio a otro con uno.
-Disculpe, general, ¿el tanque lo sacaron también de su base subterránea?-El general echa una sonora carcajada mientras mira una pantalla con luces.
-No, señora, no lo sacamos de la base. Lo encontramos por ahí y decidimos recogerlo. Estaba en buen estado, y ya sabe lo que dicen: a caballo regalado...-No termina la frase, pero sé muy bien su final. Esa frase me la han dicho mil veces en mi vida; cuando el mundo no estaba así, claro.
Miro a Diana, no estoy muy segura de que esta gente sea segura para nosotros. Sí, supuesta mente son el ejército, pero también puede que sean unos locos que encontraron los uniformes por ahí. Nadie nos asegura que tengan una base de verdad, pero me fío de ellos por el simple hecho de que L me lo dijo.
