La cena.

26 3 0
                                    

•Narración externa•

Todos llevaban horas esperando para saber noticias sobre el estado de la chica, todos menos Daryl. Él, prácticamente, había desaparecido de la vista de todos. Estuvieron bastante tiempo buscándolo cuando consiguieron estabilizar a Carolina para darle la noticia de que seguía viva. Había sido un milagro que sobreviviese después de estar tanto tiempo encerrada en una cámara frigorífica a unas temperaturas tan bajas. Si no hubiese sido por Carmen en esos momentos no estaría ahí. El padre de la chica salió de la habitación donde se encontraba.

-Esta bien, sólo tiene que reposar un par de horas más y podrá hacer vida normal en nada.-Sonrió a todos los amigos de su hija y se encaminó hacia la puerta. Pero alguien lo agarró del brazo. Era Carmen.

-¿Y el bebé? ¿Está bien?-El hombre pareció sorprenderse por la preocupación de la chica por el estado de su nuevo nieto.

-Está vivo, pero Carol sufre un embarazo peligroso. Después de esto lo más posible es que tenga algunos problemas.

-La ayudaremos, no estará sola.-Le contestó.

-No es seguro que vaya a tenerlo. Lo sabéis, ¿Verdad?-Carmen asintió y dejó que el hombre se marchara, después volvió al salón y se sentó al lado de sus amigas. La pierna de Leire había mejorado mucho desde el disparo. Le costaba correr, pero no era tan torpe como al principio. Eva tenía el cuello marcado, después del estrangulamiento de Daryl la costaba hablar. Adri había vuelto después de llevar varias horas perdido por las calles de Alexandría, pero del único que no tenían noticia era de Raúl lo más seguro es que estuviera cazando o haciendo su típica guardia por las calles de la ciudad.

Carmen miró a todos sus amigos sin saber muy bien qué decir.

-Deberíamos buscar a Daryl, tiene derecho a saber que está viva.-Dijo rompiendo el silencio que había en la sala.

-Yo no pienso ir, ¿Recuerdas lo que me ha hecho?-Señaló su cuello, exagerando. Carmen puso los ojos en blanco y se levantó del sofá.

-¿Y tú?, ¿Te vienes?-Dijo refiriéndose a Leire.

-No sé, creo que debería ser él quién venga.

-Si no sabe que está viva no podrá venir.-La contradijo. Leire agachó la cabeza, pensativa, no parecía muy dispuesta a marcharse.-Haz lo que quieras, yo voy a buscarlo.-Salió por la puerta dejando de nuevo a los tres chicos en el salón. Adri miraba la puerta por la que acababa de salir Carmen con interés.

-Estoy algo cansado de esto.

-¿De qué?-Preguntó Eva sin comprender.

-De que nosotros tengamos que ser el mensajero que va y viene. Parece que somos sus chicos de los recados.

-Que yo sepa Carol no se puede comunicar con la gente por telepatía.-Una sonrisa burlona se dibujó en su cara.

-Ya, no me estaba refiriendo a este caso, ¿Te acuerdas cuando estuvieron cabreados? No querían hablarse y después esto. Cada vez alguno estamos en peligro y no podemos cojer y dejar los putos enfados de lado.

-Pero bueno, si Adri a reflexionado y se ha vuelto todo un poeta.-Comentó Leire sin poder evitar la risa.

-Ya en serio, lo que digo es verdad. Cada día uno de nosotros se juega la vida y no podemos dejar de estar enfadados los unos con los otros.

-Tienes razón. Deberíamos hacer algo.-Dijo Eva

-Esta noche, en la cena de Abraham y Rosita haremos un brindis, ¿Qué os parece?-Propuso Leire.

Sobrevive...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora