"¿Y si ahora te pierdo...?"

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•En Alexandría•Narra Daryl•

Había estrangulado a Eva con tanta fuerza que hice que perdiese la conciencia. La habíamos llevado con el padre de Carol, el cual me miraba con odio, y nos dijo que no se podría recuperar a tiempo para el viaje. Ya me daba igual si iba, sólo la necesitaba para que me mostrase el camino, para eso también me servían Glenn o Tara. Volvimos a los coches y justo antes de subirme al primero alguien me agarró el brazo. Me giré con la, mínima, esperanza de que fuese Carol. Pero no, era Carmen. No me desilusionada verla, pero hubiese preferido que fuese Carol.



-Voy con vosotros.-Afirmó, antes de que me dejase contradecirla continuó.-Soy su amiga, y voy a ayudarla.-Sabía que no podía hacer nada para evitar que subiese al puto coche. Asentí, a regañadientes, y ella se giró para despedirse de su compañero. Yo me senté en el asiento del conductor mientras esperaba que suebiera al coche.


•Narra Carmen


Niall me había seguido y lo peor era que seguía enfadado. Y lo estaría más sabiendo que me marchaba de nuevo.


-¿Otra vez?-Dijo haciendo muecas.


-Puedes venir, si quieres.-Acordé; el miró el interior del coche, como si tratase de saber quien había dentro, y después negó con la cabeza.


-Estarás bien.-Me dio un corto beso en la mejilla y desapareció entre las calles de Alexandría. Subí al coche y me fijé en que Daryl me miraba algo divertido.


-¿Y, a ti que te pasa?-Le pregunté de mala gana. Él soltó un par de carcajadas secas y volvió a mirar hacia delante.


-Ya tenemos otra parejita en la ciudad.-Comentó por lo bajo, pero yo pude oírle bien.-Ya me avisaréis para el bautizo, ¿No?-Arrancó el coche, era raro verlo así. Y más cuando era el menos indicado para hablar sobre niños, no quise abrir la boca porque posiblemente Carol no le había dicho nada. Pero tenía ganas. Muchas.


•En Alexandría•Narra Adri•
Me había perdido por las calles de Alexandría, prefería no volver a casa, no después de su muerte. Sé que fue una traidora, y no debería estar así por ella, lo peor fue que Carol la mató. Había matado a una persona por el simple hecho de defenderme, pero eso no quita lo que hizo. Seguía pensando en la última mirada que me dio, lo último que vi en sus ojos. Y no fue amor. Fue rencor, ira, asco... Tantos sentimientos que no me dio tiempo averiguarlos todos. Pero en ese corto plazo, no vi amor ni remordimiento. No lo había. Debería perdonarme y perdonar a Carol, ya que sólo lo hizo por ayudarme. Cuando volviese con Eva y el resto procuraría hablar con ella. A demás, Carmen me dijo que era muy posible que esperase un bebé. Me gustaría saber si eso es verdad, una cosa tan insignificante podría jodernos o alegrarnos a todos. Es muy complicado criarlo y más en el mundo en el que hoy tratamos de sobrevivir. Ahora teníamos este lugar, pero ¿Durante cuánto tiempo? No estaba asegurada la supervivencia de este lugar, puede que algún día esto desapareciera y volviésemos a caminar sin un sitio fijo al que ir. Pero, hasta entonces, seguiremos viviendo y luchando porque las cosas no cambien, yo al menos. Decidí dejar mis pensamientos a un lado y volver a casa. Allí tenía lo que podía llamarse un hogar.

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