Final 1: ¿Merece la pena?

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•Lejos de Alexandría•Narra L•

Otro golpe.

Y otro.

Y otro.

No sé si podré aguantar más. Quiero seguir viviendo, no quiero morir ahora. Aunque el mundo se haya ido a la mierda. Quiero vivir. Nunca pensé que llegase hasta este punto. Llorar por mi vida, esto llega a parecerme miserable.

Quiero salir de aquí.

-Quiero...-La garganta me escuece tanto que cada vez que hablo es como si una motosierra pasara por ella.-Quiero...vivir...-Suspiro y noto como poco a poco mis ojos se cierran.

No puedo morir aquí.

•Tiempo antes •En Alexandría •Narra Carolina •

-Dicen que vienen a traernos una cosa.

-¿Qué?-Esto no tiene sentido.-Abre la puerta.-Les hago una seña a Morgan y a Eva para que estén atentos por si intentan algo. Ambos se ponen en guardia y Glenn abre la puerta. Cuesta verle la cara al tipo que ha salido del coche con tan poca luz. Cuando ya estaba a pocos pasos de la puerta lo paramos.

-¿Qué quieres?-Soné con tanta calma que hasta yo me extrañé.

-Os hemos traído una cosa.-Puso una mochila de deporte en alto.

-Dejala en el suelo y retrocede.-Hace lo que le digo y me acerco a por la mochila. La abro y quiero echarme a llorar con lo que veo dentro. Una ballesta, el chaleco de alas de Daryl y una grabadora.

-Son los objetos del cazador. A los caminantes les gustó mucho desgarrarlo.-Mis ojos estaban centrados en el contenido de la mochila, pero escuchaba lo que ese tío estaba diciendo.-En la grabadora están las últimas palabras de algunos de ellos.

-¿Por qué?-Pregunto, todavía mirando la mochila. Pasan los segundos y no responde.-¿Por qué venir aquí y darnos esto? ¿En qué os beneficiáis?

-No pretendemos beneficiarnos. Pero todavía puedes salvar a tu hija. Si vienés por las buenas no le haremos nada, si no: tendremos que pasar a alimentar a los caminantes.-Me lo replanteo unos segundos. No sé qué hacer.

-Largo...-Digo con la voz rota.-¡Largaos!

•Narra Eva •

No puedo creer lo que está pasando. Daryl ha muerto, y otros tantos lo habrán hecho también. Espero que L esté bien. Estamos perdiendo a demasiada gente. Morgan a seguido s los Lobos cuando se han marchado. Carol sigue en la puerta, no llora, no grita, nada. Lo mejor es dejarla, no podemos ayudarla de ninguna manera. Glenn a decidido quedarse con ella, por si se le ocurre hacer alguna locura.

Hemos conseguido coger la grabadora, ella se ha quedado con el resto de la mochila. Nos hemos reunido todos para escuchar los mensajes juntos. Esperamos a que haya silencio y le doy al play.

(Niall)

-Carmen... Lo siento, no puedo más. Dile a Ana que la quiero. Os quiero a las dos.

Carmen se aguanta las lágrimas, pero hay veces que tienes que dejarlo salir.

(Maggie)

-Estoy segura de que vas a ayudarnos, siempre lo has hecho. Te amo, Glenn. Confío en que nos saques de aquí.

Glenn no está aquí para poder por esto, pero son las únicas palabras que le faltan como inventivo para lanzarse a un suicidio. Esperamos hasta oír el siguiente mensaje.

(L)

-... No sé a qué estáis esperando para ayudarnos, pero espero que no tardéis en sacarnos de aquí.

Pensé que diría algo para mí, pero ya veo que no es así. Eso puede ser bueno, quizás le queden esperanzas y esté seguro de que los salvaremos.

Y lo vamos a hacer.

Páramos las grabaciones, preferimos no seguir oyendo esto.

•Horas más tarde• Narra Carolina•

-General, por favor, tiene que ayudarnos.

-Lo siento, señora,-¿Señora? ¿Tan vieja estoy?-sólo les proporcionáremos el armamento. Mis hombres no arriesgarán la vida por el resto de sus...-No aguanté más y lo agarré de la camisa.

-Escúcheme bien. Mi padre ha muerto cuando volvíamos, gracias a él tienen la vacuna y sus hombres podrán despreocuparse de que se conviertan en esos bichos cuando sean viejos.-El general guardó silencio todo el tiempo.-Soy un familiar, me deben algo. Al menos esto.

Silencio. La respuesta seguiría siendo la misma.

-Bien. Entonces saldremos ahí nosotros, las consecuencias caerán sobre usted.-Salgo de la casa hecha una furia, lo único que pedimos es ayuda y nos la niegan.

Todo el mundo está en la puerta, esperando a que partamos ayudados del ejército. Me acerco a Glenn, para mí es como un segundo al mando.

-No vendrán con nosotros.-El coreano asiente.

-¿Quienes se quedan?-Miro a todos para ver quién parece más débil, ellos pueden proteger esto. Pero yo ha sé bien quién se queda aquí.

-Eva. Tú te quedarás con el resto que no quería venir.-Se acerca a mí, yo no me muevo del sito. Supuestamente tendría que intimidarme porque me saca una cabeza y puede romperme el cuello en cualquier momento. Pero no es así, ya me da igual lo que me pase.

-Yo quiero ir, estoy en el derecho de elegir.

-No en tus condiciones.-Eso fue suficiente para que no rechistara más.-Saldremos en cinco minutos. Glenn.-El coreano comenzó a repartir los Walkie-talkies.-Cada uno tendrá uno de estos para comunicarnos, tendremos un orden. Primero el rojo, que es el de Carmen; luego el azul, que era el de Eva, ahora lo lleva Morgan; y por último el verde, que es el mío. Hemos quitado un equipo porque no éramos suficientes.

Todos se miran entre ellos, el plan está bien pensado, no iba a mandarlos a una muerte sin la simple posibilidad de avisar de que algo iba mal. Asintieron y subimos a los coches. No quería dejar a Eva aquí, pero no voy a dejar que les pase nada. Se lo debo a L. Abro mi mochila otra vez, para asegurarme de que lo tengo todo. Y ahí están. Las vacunas listas para ser inyectadas, es mejor prevenir que curar. Yo ya se lo advertí al general, pero no me escuchó. Es lo que pasa en estos tiempos. Las cosas desaparecen. Una sonrisa se dibujaba en mí cara mientras conduzco. Glenn se da cuenta, pero no pregunta. Vamos a salvarlos.

•Horas después•Lejos de Alexandría•Narra Daryl•

Ya no sé cuanto llevo aquí atado. Mi respiración es pesada y lenta. Antes me han soltado a un caminante mientras estaba así. Le pisé la cabeza. Creo que no llegó a morderme, pero no estoy seguro. Si me convierto en una de esas cosas, no quiero que Carol me vea. Sé que eso podría matarla.

Espero que consigan sacar a los demás, ya me da igual lo que me pase.
Sólo espero que no estén en peligro.

•Lejos de Alexandría•Narra Carmen•

Llevamos unas horas en este coche y me estoy empezando a cansar de conducir.

-Mich, ¿puedes conducir tú un rato?-Michonne puso cara de cansada, lo interpreté por un no.-¿Marta?

-Si lo necesitas, para por ahí y cambiamos el sitio.-Hice lo que me dijo y en pocos minutos ya estaba durmiendo en el asiento de atrás. No sé cuando los encontraríamos, pero pienso encontrarlos. Daryl ha muerto, no podemos esperar a que ninguno más lo haga.

Tenemos que ayudarlos, cueste lo que cueste.

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