Carolina abrió muy lentamente los párpados a causa de la intensidad de la luz de la mañana que se colaba a través de la ventana del comedor. Intentó incorporarse y notó que había algo apoyado en la mesa. Era la cabeza de Daryl, estaba dormido y parecía haber pasado una mala noche. La muchacha procuró levantarse sin molestar al cazador que aún dormía. Al apoyar la pierna derecha en el suelo el dolor se desplazó por toda su extremidad, cayó al suelo sufriendo el dolor intensamente; al caer despertó a Daryl y este la ayudó a ponerse en pie.
-¿Qué estabas haciendo? Deberías descansar en vez de tirarte al suelo para que la pierna empeore.-La regañó. Carolina no comprendía porque su amigo se comportaba de aquella manera con ella, lo miró a sus azules ojos en busca de una respuesta y solo pudo ver miedo en ellos.
-¿Qué ha pasado?-Dijo volviendo a sentarse encima de la mesa.
-Te encontramos en el bosque, te habías desmayado... ¿Por qué te alejaste?
-Yo...-No pudo terminar la frase. Alguien la había agarrado por la espalda y no paraba de abrazarla.
-Dios, menos mal que estas bien.-Escuchó la voz de Eva detrás de ella y eso la calmó.
-Yo no soy la única herida.-Dijo mirando el rostro de Daryl. Se separó de su amiga e instintivamente colocó su mano derecha sobre la mejilla inflamada de Daryl. Este estaba avergonzado ante aquel acto pero no separó el rostro de su mano. Le gustaba la sensación de una mano en su rostro, al menos esta vez no era para infligirle más daño aún.-¿Qué te ha pasado?-Preguntó sacándolo de sus recuerdos. Él la miró pensativo.
-Antes de que te marchases, ese cabrón me golpeó en la cara. ¿No lo recuerdas?
-No.-Dijo separándose un poco de él, incómoda.
-¿Ni de que le disparaste?-Preguntó Eva detrás de ella. Se giró, sorprendida, para mirarla a los ojos y vio que estaba igual de extrañada que ella.
-No, no recuerdo mucho. Solo que me marché.
-¿Recuerdas por qué?-Escuchó preguntar a su amiga. Carolina tragó saliva inquieta.
-Sí, pero debería decirlo cuando todos hayan despertado. Será más rápido.-Se volvió a poner en pie ahogando un grito de dolor al apoyar la pierna en el suelo.
-Te hemos sacado la bala y vendado la pierna, pero no tenemos muletas. Deberíamos haber traído.-Daryl lanzó una maldición por lo bajo al salir del comedor y dejando a las dos chicas hablando entre ellas.
-¿Te duele mucho?-Le preguntó Eva preocupada.
-Todo lo que puede doler una herida de bala.-Dijo sonriente. Estaba apoyada sobre una de las sillas del comedor para intentar mantener el equilibrio.-Esto a sido culpa mía.-Dijo borrando su sonrisa y agachando la cabeza hacia el suelo.
-¿A que te refieres?
-Ya has visto la cara de Daryl, a saber que os hubiesen hecho a vosotras. No quiero ni pensarlo.-Negaba con la cabeza mientras pronunciaba esas palabras.
-No fue culpa tuya.
-Sí queo fue. Lo que tengo que deciros es muy importante, y muy complicado de explicar.-Con su mano libre comenzó a frotarse toda la cara, irritada al no poder hablar libremente con su amiga. Unos pasos procedentes de la sala de estar hizo que su atención cambiara. Había cuatro personas en la entrada del comedor, todos los ojos nn fijos en Eva y Carolina. La situación estaba tomando una forma un tanto incómoda ya que nadie dijo palabra durante varios segundos.
-Buenos días a vosotros también.-Dijo Carolina acercándose como pudo al grupo de personas de la puerta. Leire y Carmen fueron las primeras en echarsele encima para abrazarla. Después de eso Raúl también se unió al abrazo mientras que Adri se apoyaba contra el marco de la puerta. Cuando todos se separaron Carolina tuvo
que apoyarse de nuevo en la silla para no caer.