•Narra Carolina •
Sentía frío, era lo único que notaba en esos momentos. Intenté abrir los ojos. Pero no pude. Ya no podía. Sólo veía oscuridad. Tanta que era agobiante, de lo único que me arrepiento es de no haberle dicho a Daryl que lo quería y que esperaba un hijo suyo. Dejaría atrás a todos mis amigos. Los olvidaría al igual que ellos me olvidarían a mi. Pero eso ahora poco me importaba. Ya estaba muerta.
•Narra Daryl •
Carol seguía fría en mis brazos, la llevé hasta el coche y comencé a arroparla con chaquetas y cualquier trapo que encontraba. No tenía pulso.
-No me jodas...-Miré al rededor y ví a Glenn y a Carmen salir de la gasolinera con Tara caminando a su lado.-¡Tenemos que irnos!-Hice señas para que se acercaran y en pocos minutos ya estábamos en la carretera. Procuraba dar calor a Carol como podía. Pero ese tono azul no se quitaba de sus labios.
-Por favor, abre los ojos. No te muertas.
-Daryl no conseguirás nada así.-Me dijo Carmen. Me cedió otra chaqueta más y se la coloqué a modo de manta a Carol.
-Hay que meterla en agua caliente. Pero hasta que lleguemos, tratad de darla calor.-Nos aconsejó Glenn.
-¿Qué cojones te crees que hago?-Volví a centrar la mirada en el rostro medio congelado de Carol y noté que respiraba, costosamente. Me alegré en parte al saber que estaba bien. Pero no lo estaría del todo hasta que llegásemos a Alexandría.
•Narra Carmen•
Notaba los nervios de Daryl por llegar a Alexandría. Yo no estaba segura de que esto pudiese salir bien. El viaje se nos hizo larguísimo, cuando páramos el coche Daryl salió disparado hacia su casa sin preguntar a nadie. Procuré seguirlo hasta su casa para ayudarlo en lo que pudiese.
-¿Qué hacemos?-Me preguntó. Cogí unas cuantas mantas que tenían en el sofá y se las coloqué a Carol encima.
-Déjala en el sofá mientras voy llenando la bañera.-Subí las escaleras sin dejar que me contradijera y comencé a llenar la bañera de agua caliente.
•Narra Daryl •
Intenté buscar el pulso de Carol, pero ya era tarde.
-No...-Susurré.-No puede ser.-Caí al suelo, al lado del sofá mirando todavía el cuerpo inerte de Carol. Carmen bajó las escaleras corriendo y me miró.
-No, todavía hay tiempo. Si la subimos a la bañera todavía...
-¡Ya es tarde!-Grité.-Ya es tarde...-Me puse en pie y salí de la casa dando un último portazo antes de salir.