Final 1: Llegan los refuerzos.

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•Lejos de allí•Narra Carolina

La figura oscura entra en la habitación. Veo su cara, me resulta más repugnante que cuando todo esto empezó. Coge una silla y se sienta cerca de nosotros. Saca una pistola de la parte trasera de su pantalón. y me apunta con ella a la cabeza.

-Buneo, bueno, bueno... No esperé que fueses tan fácil de atrapar, C-1.-Lo miro con asco. Su cara está llena de cicatrices, las cuales seguramente se merezca.-Oh, no me mires así. La culpable de esto eres tú, y lo sabes.-Sonríe de esa asquerosa forma y cambia su atención hacia Daryl. Yo también lo miro, apenas consigo verle la cara: está lleno de sangre, con muchos cortes y maratones.

-Dime cazador,-Esa repugnante voz vuelve a salir de su garganta.-¿qué se siente al ser la presa?-Daryl no responde. No sé exactamente qué pasa por su cabeza ahora mismo, pero debería ser lo que menos me importase en estos momentos.-O mejor dicho, el señuelo.-Vuelve a sonreír de esa manera, creo que sólo de mirarle me dan arcadas.

Me quita la pistola de la cabeza para apuntarlo a él. Me revuelvo en la silla.

-¡Dejale en paz, hijo de puta! ¡Ya le has hecho bastante!-Aprieta más el cañón contra la cabeza de Daryl. Paro un segundo, el segundo suficiente para que le pegue una patada a la silla y haga que caiga hacia atrás.

-¿Bastante?-Pregunta a la nada con tono sombrío.-Para ellos no fue bastante con cien personas, ¿no? ¡¿Por qué iba a tener que para yo ahora?!-Sé a qué se refiere con "ellos" pero no entiendo el por qué eso le importa. A él le daba igual esa gente. Todos los que estuvieron en ese centro estuvieron mucho tiempo, el suficiente como para que cualquiera pudiese íntima un mínimo con los científicos que había allí. Pero él no era así. Siempre estaba lejos, mirando a todo el mundo a los pies, nunca a los ojos. ¿Por qué esa gente le importaba ahora? ¿Había cambiado en el apocalipsis? No, se nota que no. Es peor. Ha enloquecido.

Se le nota en la mirada. Pero una persona ya está loca antes de demostrarlo, siempre hay un factor que los empuja a los brazos de la locura. ¿Que cuál fue el suyo? Ni puta idea.

-No me mires con esa cara de incomprensión, C-1. Sabes que lo que me pasó fue tu culpa. Tanto tuya, como de tu padre.-Hace una larga pausa. En esa transición de tiempo, nos mira a Daryl y a mí.-Todos tenéis un papel en esta historia. -Me apunta con la pistola a la cara. Detrás del cañón, puedo ver su siniestra sonrisa. -Qué gracioso es el amor, ¿no?, es una mierda, pero es la mierda que nos mantiene cuerdos.-Una risa macabra resuena en las paredes de la habitación.-C-1, contesta a tu última pregunta, ¿qué sucede, si le quitas el amor a una persona?-Veo cómo acerca su dedo al gatillo lentamente, dando unos segundos para responder a su pregunta. Es mi fin, de esta sí que no salgo.

•En Alexandría•Narra Eva•

No estoy muy segura de cuánto tiempo ha pasado desde que me trajeron aquí. Me he fijado varias veces en cómo la cara de Aaron empalidecía cada vez más, y eso no me da buena espina.

Su respiración es cada vez más pesada y lenta, me da miedo que se muera aquí, delante de mí. Ya he perdido a demasiada gente en mi cara y no quiero tener que ver morir a ninguno más.

Mientras que yo estoy aquí encerrada sin poder ayudar, seguramente que el resto estaban haciendo algo útil.

No me quejo de estar embarazada, pero hubiese sido mejor que no hubiese dicho nada, así podría haberles acompañado en el viaje y hubiese podido hacer algo de provecho. Y no que estoy aquí, encerrada sin poder hacer nada por salvar una vida.

En estos momentos me odio por abrir la boca el otro día.

Oigo algunos gritos que vienen del piso de abajo. Unos son de Diana y otros de la señora Peletier. Los gritos continúan sonando en el piso de abajo, hasta que se oye un disparo.

Gran idea la de Carol la de dejar armas en la armería. No podía llevárselas todas, tenía que dejar algunas aquí de adorno.

El silencio inunda la casa, hasta que se vuelven a escuchar pasos subiendo las escaleras.

A ver qué pasaba ahora.

•Lejos de allí•Narra Carmen•

Llevo un rato llamando al resto de equipos por los walkie-talkies y sólo me ha respondido el equipo de Morgan. Esto empieza a darme mala espina. Puede que el radio de estos trastos no de para mucho, pero no creo que Carol haya sido tan irresponsable como para irse muy lejos. Tampoco creo que se les haya caído, lo lleva Marta y se supone que a ella no se le pierden las cosas importantes. Y esto era importante.

-No podemos esperarles eternamente.-Dice Glenn detrás de mí. Lo miro y asiento. Tiene razón. Tenemos que poner en marcha todo esto. Guardo el walkie-talkie en mi mochila y sigo a Glenn.

Me fijo en el interior de mi vieja y desgastada mochila. Me ha sobrado bastante C4. Si alguno de los otros cartuchos falla siempre puedo reponerlo. No vamos a tener muchos problemas en cuanto a munición.

Me cuelgo mi mochila al hombro y sigo caminando, de nuevo, hacia el bosque.

Sólo espero que estén vivos...

•Lejos de allí•Narra Marta•

Conseguí abrir los ojos. Me duele la cabeza a más no poder. No sé dónde estoy, ni qué ha pasado. Recuerdo algunas cosas antes de desmayarme.

El cuerpo de Matt en el suelo...

No, no, no, no puede ser, joder.

Noto cómo las lágrimas se agolpan en mis ojos, a punto de salir.

-Tiene que ser un broma...-Susurro.-¡Tiene que ser una jodida broma!-Grito, esperando que esto pare. Esperando que sólo sea una triste y asquerosa pesadilla de la que espero despertar. De repente, una puerta se abre ante mí. La luz pasa a través de ese hueco y me ciega. No consigo ver a quién entra en la habitación.

La puerta se vuelve a cerrar y volvemos a la oscuridad. Una mano tapa mi boca, esperando que me calle. Suelto algunos gritos, los cuales amortiguan la mano del desconocido.

-Shhh... Es mejor que no nos oiga.-Al reconocer la voz se me hiela la sangre. Se suponía que él no había venido.

En la más profunda oscuridad, noto cómo una de sus típicas sonrisas se coloca en su cara para luego decir:-No iba a dejar sólos a esos dos.

Sonrío para mis adentros. No esperaba esto de él. Me alegro de que haya venido, el cómo lo ha hecho se lo pensaba preguntar una vez me sacase de dónde quiera que estuviese.

Sobrevive...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora