•En Alexandría• Narra Carolina•
-No podemos hacer eso...-Dijo Carmen, interrumpiendome otra vez.-No somos como ellos, no somos asesinos.
-Puede que no, pero te recuerdo que son ellos quienes se han llevado a Niall. Los que se han llevado a L, a Rick, a Maggie, a todos... Así que hay que hacer esto, por ellos.-Dije con un gran nudo en la garganta al pensar en que mi hija está en manos de esos cerdos.
-Un discurso muy bonito, pero nada nos asegura que estén vivos. No pienso arriesgar mi vida para nada.-Dijo Merle, haciendo que mis nervios saltaran, como si hubiesen estado años encerrados. Me puse en pie y golpee la mesa con las manos.
-¡Tu vida no vale una mierda! ¡Si no piensas ayudar a tu hermano no sé que haces aquí!-Todos en la casa se callaron. Merle hizo una de sus típicas sonrisas burlescas.
-Pues lo siento, pero no cuentes conmigo para un suicidio en grupo.-Terminó su estúpida frase y salió de la casa. Pensé que haría algo. Después de todo son hermanos.
-Los que penseis lo mismo que él podeis iros, nadie os pide que hagais esto.-Nadie dijo nada. Se miraban los unos a los otros, nerviosos y algunos, asustados.
-Yo voy.-Vi a Eva con la mano levantada, en medio de la sala. Todos pasaban su mirada de ella a mí, como si buscasen mi aprobación. Poco a poco, muchos de la sala levantaron la mano. No éramos un gran ejército, pero podremos hacer esto si tenemos el arsenal adecuado.
-Los que no estéis dispuestos a sacrificar vuestra vida, largo de esta sala.-Dije, mirando sériamente a Diana. Todos los que no habían levantado la mano se marcharon, dejándonos sólo a : Carmen, Michonne, Morgan, Carl, Rita, Eva, Maia, Glenn, Marta y yo.
-Somos muy pocos.-Marta miró preocupada por toda la sala.
-Eso no importa, sólo importa que nos repartamos bien las cosas.
-¿Repartir? ¿Repartir el qué?-Preguntó Rita. No pude evitar sonreír.
-Ahora nos importa más otra cosa. ¿Sabemos dónde se los han llevado?-Nadie respondió mi pregunta. El silencio no me gustaba en esta situación.-Bien. Carmen, Michonne, Marta y Rita coged todas las armas que queden.
-¿Todas?-Preguntó Marta.
-Todas.-Contesté de manera segura. Las tres nombradas salieron de la casa en busca de la armería.-Carl, Eva y Glenn id a vigilar las puertas por si viene alguien. Repartir entre vosotros una parte de la ciudad, para abarcar más terreno.-Ellos asintieron y salieron de la casa.-Nosotros vamos a seleccionar diversos sitios de la zona para buscarlos. ¿Alguno tiene un mapa o algo?-Maia y Morgan se miraron entre ellos.
-Yo tengo uno.-Dijo Morgan, después de unos segundos.
-Déjalo encima de la mesa. Enseguida vuelvo.-Voy en busca de unas chinchetas por toda la casa. Al final las encuentro en uno de los muchos cajones de la cocina. Vuelvo al salón, donde veo a Maia y a Morgan extendiendo un Mapa por la mesa de café. Dejo las chinchetas sobre la mesa y saco seis de cada color; rojas, amarillas, azules y verdes.
-¿Para qué hacemos esto?-Pregunta Morgan, con cara de no entender nada.
-Vamos a ir por diversas partes, iremos en grupos de seis y cada uno representará un color. Pensé que sería obvio.
-No podemos hacer tantos grupos con tan poca gente.
-Los que han dicho que no querían participar lo harán de todos modos.-El silencio invadió la sala por unos segundos, hasta que Morgan se alarmó.
-No podemos exponer a esa gente. Ellos no quieren...
-Oye.-Dije, ya cansada-Tú eras amigo de Rick, ¿verdad?-Él asiente.-Pues vamos a ayudarle, lo único que ellos tendrán que hacer es explorar. Sencillo.
-No es sencillo con los caminantes por ahí.-Intervino Maia.
-Si van en coches no les pasará nada. ¿Contentos?-Morgan niega.
-Me sigue sin parecer bien que hagas esto sin su permiso.
-Armados y seguros no les pasará nada. A demás, llevaran a uno de nosotros consigo, por si acaso tratan escapar o si les pasara algo.-Cuando parecía que se habían callado, llegaron el resto con las armas.-Gracias.-Traían dos bolsas grandes, cada una de ellas, cargadas de armas. En total tenemos ocho bolsas de armas de fuego, munición de sobra y silenciadores.-Bien. Ahora, ¿puedo explicar el plan de una puta vez?-Nadie habló, lo que interpreté por un sí.
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Ya era de noche. Saldremos al amanecer para buscarlos. No sé si estarán vivos, pero tenemos que intentarlo. Es lo que le dije que haría.
(Flash back)
-¿Y qué debía hacer? ¿Darte por muerta, sin verlo con mis propios ojos?-Me miró esperando una respuesta. Yo sólo me encogí de hombros.-¿Es lo que tú habrías hecho?-Repiré hondo y pensé la respuesta con calma.
-No, claro que no. Hubiese hecho lo mismo que has hecho tú, pero con más cuidado.-Él sólo soltó una risita.
(FIN del Flash back)
Y eso es lo que haré. Termino de preparar el coche para mañana y voy hacia la puerta de la ciudad. Glenn se ha empeñado en hacer la guardia junto con Eva, creo que se han vuelto muy amigos cuando yo estuve fuera. Los veo hablando, con total tranquilidad en sus palabras y miedo en los ojos de ambos. Me acerco sin que me lleguen a ver y escucho un poco de su conversación.
-Sinceramente, estoy muy asustada. Si le ha pasado algo no podré decirle nada a tiempo. Si ya es tarde no sabrá ni siquiera que estoy...-Se calla y empieza a llorar. No hace falta que termine la frase. He vivido lo mismo, pero sé bien que ella no está preparada para esto. Al menos no sola.
-Eva, vamos a salvarlos, no te preocupes. Pero mañana no puedes venir así. Se lo diremos a alguien de tu grupo t tú te quedarás aquí.-Eva, genial idea, contárselo al cotilla de Glenn. Decido acercarme para intervenir.
-¡Hola, chicos!, ¿Qué tal la guardia?-Pregunto de forma disimulada.-Eva, ¿estás llorando?-Me acerco y ella se seca las lágrimas.-Eva, les vamos a encontrar, ¿vale? No te pongas así. Ya me quedo yo, tú vete a dormir.-Ella asiente de mala gana y consigo que se vaya. Cuando ya se ha marchado lo suficiente, Glenn me habla.
-¿Cuánto has escuchado?
-Lo suficiente. No va a ir mañana. Pero necesitaré que me sigas el rollo si queremos que esto no cante mucho.
-Pero, tendremos que avisar a...
-A nadie. No vas a decírselo a nadie Glenn.-Veo como su sombra asiente.- Lo último que necesita es ese tipo de problemas.-El silencio invade todo nuestro alrededor. Las horas pasan tranquilas, hasta que un coche se acerca a la puerta. Glenn se acerca a mirar.-¿Es de los nuestros?
-No, creo que son ellos.
-¿Para qué vuelven?-El coche se acerca poco a poco hacia la puerta. Como si supiese que no vamos a disparar.-Voy a avisar a alguien más. No tardo.-Él asiente y salgo en busca de las personas que puedo. Sólo consigo que Eva y Morgan se levanten de la cama. Volvemos a la puerta; el coche está ahí plantado, como si nada.
-Glenn, ¿Ha pasado algo?-Le pregunto al coreano en cuento llego a la puerta.
-Dicen que vienen a traernos una cosa.
-¿Qué?
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Lo sé, querréis matarme por tardar tanto. Pero he estado con un problema cierto tiempo y no podía escribir de forma adecuada. Aquí OS traigo el nuevo capítulo y espero que OS guste. Si es así dadle a la estrellita y comentar qué OS ha parecido.
Un beso y un abrazo ;)
