Capítulo 33. Todo esto es perfecto

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- Imbéciles - murmuré por lo bajo después de que Nick me relatara -con mucha dificultad debido a sus costillas rotas -

desde su punto de vista lo ocurrido, lo que era exactamente igual que lo contado por John -. Realmente fuiste muy valiente, Nick.

Nick estaba recostado en la camilla, con los brazos inmóviles reposando a cada lado de su cuerpo y la cabeza posicionada fija en dirección al techo, solo que sus ojos se dirigían en mi dirección. El contorno de sus ojos estaban de un color morado azulado, sus labios estaban hinchados, y mostraban algunas llagas. Su pelo estaba alborotado, lo que me preocupe de cambiar al instante.

- Debes estar guapo - dije y él rió, pero después su risa se vio remplazada por un gemido de dolor.

- Me agrada -.dijo Nick apenas.

- Lo se, por eso tengo que arreglarte el cabello.

Después de haberlo hecho, me quedé observándolo por un rato.

- Tengo que ser buena amiga, ya que en este tiempo he sido un asco contigo -.dije evitando mirarlo a los ojos.

Frunció el ceño -. ¿De que hablas, Dani?

Aclare mi garganta -. He estado tan ocupada con mis problemas, que no me había preocupado por ti. No sabia como estabas, como iban las cosas con tu padre o quienes eran tus nuevos amigos. ¿Cómo es posible que no conociera a John?

- No es tu culpa - dijo con una sonrisa débil -. Yo no te dije nada.

- Y yo no pregunté - dije sin mirarle a los ojos.

- Danielle - llamó - . Está bien. Todo está bien.

Sonreí - Entonces...¿Cómo estás?

- Adolorido. Magullado. Pero feliz de tener a lindas personas a mi lado - dijo con una sonrisa, que no tardó no borrarse se su rostro - . ¿Sabes si mi...padre...?

- No, no lo se. Antes de que me quedara dormida no estaba, y cuando desperté tampoco lo vi.

- ¿ Durmiendo? - dijo con las cejas alzadas -. Debes estar adolorida, te hubieras ido a casa.

- En realidad no me duele nada. Digamos que tuve buena compañía - dije sonrojandome y desviando la mirada.

- Lo único que te pido es que te cuides, Danielle, eres como una hermana para mi y no quiero que vuelvan a hacerte daño - dijo Nick tomando mi mano.

- No te preocupes, Avery a demostrado ser buena persona -sonreí -. El mismo consejo para ti, Nick, ten cuidado con él, aunque parece ser buen chico.

- Lo es, créeme - dijo y puede notar como un leve color rojo invadía sus mejillas -. Me gusta, mucho. Él es una buena...

Se detuvo de repente. Su mirada había quedado fija en la puerta de la habitación. Me volteé, para. saber cual era el motivo de la sorpresa de Nick. Su padre, un hombre alto, de rasgos duros y traje formal, descansaba en la puerta. Se notaba, por la expresión de su rostro, que no estaba muy contento.

Una enfermera de porte pequeño y rostro como de pájaro, apareció a su lado.

-Señorita, debe retirarse. Se le da la preferencia a parientes directos - dijo y se quedó ahí de pie.

Suspiré. Miré a Nick. Estaba serio, sus labios estaban hinchados, pero aún así se notaba cuando los fruncía. Asintió, dándome a entender de que podía con la situación. Me acerqué a él y le di un suave beso en la mejilla.

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