Capítulo 8. No te alejes

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Abrí los ojos instantáneamente al escuchar las palabras de Nick. Él decía que me gustaba Avery, eso era imposible, algo entre nosotros sería imposible por muchos factores, primero por sus padres, luego tía Miriam, y bueno, porque no me gusta.

-De que hablas Nick. ¿Te caíste de la cuna cuando eras bebé? Estas loco, a mi no me gusta Avery. Lo que pasó fue un error.

- Un buen error. Esta claro que a mi me gustan las mujeres y a ti no te gusta Avery.

- Ven -lo tomé del brazo dirigiéndonos a la sala -. Vamos o llegaremos tarde.

Puse las llaves en la cerradura de la puerta de servicio y entré en la cocina. El olor a macarrones invadió mi cara al igual que el calor que inundaba la cocina. Tía Miriam está de espalda cocinando. Me siento mal por estar enfadada con ella, siempre nos hemos llevado bien y ella es mi única familia y yo la suya.

Desde que murió mi mamá, ambas nos hemos apoyado, claro que ella más a mi, pues yo solo tenia seis años cuando ocurrió lo peor. Mi madre era joven e inexperta, así que como tía Miriam que era mayor, siempre la ayudaba a cuidarme, así que la mayor parte del tiempo estábamos juntas.

Introduzco la llave en la cerradura de la puerta de servicio de la mansión Bloomberg. Escucho el clic y la puerta se abre. El olor a fritura, el aire grasoso y el calor, chocan con mi cara como las olas del mar cochando con las rocas. Doy un paso torpe y cierro la puerta detrás de mi. Tía Miriam está de espalda cocinando, con su cabello negro con algunas canas amarrado en un tomate desecho. Me siento mal por estar enfadada con ella, la última vez que sostuvimos una conversación, fue cuando ella me reprendió, o mejor dicho me advirtió sobre el tema de Avery.

-¿Como te fue hoy en la escuela? -tía Miriam se volteó y me dio una amplia sonrisa.

Me besé con Avery y fue de mi agrado - Bien,no hubo novedades.

-¿Qué a pasado con Nick? No lo he visto.

-Ayer no fue al instituto y hoy. . . - me fui con Avery -. Me fui sola, Nick iría más tarde.
Eres una vil mentirosa, Danielle.

- No me gusta que vayas sola al instituto, hija mía, debes ir con el o le pediré al señor Stuart que venga por ti.

El señor Stuart es amigo de tía Miriam, tiene sesenta años y no me agrada para nada. Siempre cuenta sus historias e incluso es un poco pervertido.

- Él es un señor extraño, tía Mi -dejé caer la mochila al suelo -. No se preocupe, Nick me vendrá a buscar siempre.

-Eso espero -me acerqué y le di un beso en la mejilla. Eso podemos tomarlo como una reconciliación. Tía Miriam estaba preparado pollo frito, tomé un pedazo a escondidas -tia Miriam odiaba que sacara comida -y lo probé. Oh, dios, estaba delicioso. Tía Miriam me vió y me dio un pequeño golpe en el brazo con la cuchara caliente.

-¡Ay! -chillé y di un brinquito. Acaricié mi brazo -. Está caliente.

-Eso es para que no te metas con mi pollo frito.

Caminé perezosa, tomé mi mochila del suelo y entré en mi pequeño cuarto. Mañana debía entregar el proyecto de literatura, no era muy largo, así que decidí dejarlo para el día anterior. Tomé mi computadora y comencé a investigar sobre el tema del proyecto, cuando alguien golpea mi puerta.

-Permiso -dice una voz familiar. Avery entró en mi habitación y cerró la puerta -.Danielle, quería. ..

Lo interrumpi -.Avery, si querías hablar sobre el be...

Me interrumpió -. No, no. Quería saber si me podías ayudar en el proyecto. ¿ No se como empezar y...

-Esta bien -me levanté de la silla y lo seguí a la sala -. ¿Sabes donde está mi tia?

- Miriam dijo que iría al centro comercial -subimos las escaleras y me detuve al ver la puerta de la habitación de Tracy entreabierta. No me gustaría volver a toparme con ella, que volviera a hacer un show y que volviera a insultarme.

-Tracy está. .. -pregunté dudosa.

-Está con Luke -siguió caminando hasta que llegamos a su habitación. Moderna, con colores azul, rojo, gris y negro como predominantes en toda el cuarto. Unos cuantos cuadros, pósteres de sus bandas favoritas, dos guitarras, una eléctrica y otra común; unos CD de sus bandas favoritas, un televisor gigante y una consola de juegos. Eso es sólo un poco de lo que podemos encontrar en la gigantesca habitación de Avery Bloomberg -. Siéntate en el escritorio, yo voy por otra silla.

Obedecí y me senté en la silla de su escritorio. Era mucho más reconfortante que la mía y el escritorio mucho más lujoso. Avery llegó con otra silla, la puso a un lado demasiado cerca para mi gusto. Me ponía nerviosa, pero no quería apartarme, aunque eso era lo que debía hacer. Y lo hice. Corrí mi silla un poco a la izquierda, pero la suave y cálida mano de Avery se posó brusca pero indecisa sobre mi brazo. La piel se me puso de gallina ante su contacto; una oleada de electricidad aturdió cada parte de mi cuerpo; frío y calor vinieron a mi como una bomba.

- No sabes cuantas ganas tengo de besarte. - Realmente no me esperaba esas palabras. Quería besarme, y lo peor de todo era que yo también quería besarle. Quería besarlo con todas mis ansias, quería saborear sus labios, quería a Avery -. Dime que pare si quieres que pare.

Comenzó a acercarse, yo sabía perfectamente lo que estaba apunto de hacer. Sentí su respiracion chocar en mi cara, sus azules ojos penetraban los míos, buscando algunos indicios que dijieran que se apartase. Sus labios acariciaron los míos en un suave y tierno roce; estos comenzaron a moverse con avidez, al igual que los míos.

Tres golpes en la puerta nos separaron.

- Danielle ¿ Estás aquí?

* * * Nuevamente interrumpidos, quien está detrás de la puerta?

Quería decirles que compré una bolsa de Internet, así que subiré capítulos, por lo tanto, no habrá maratón. Es que no puedo aguantar subir capítulos! !

Un beso y bonitas vacaciones,

Si esto fuera posibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora