Capítulo 4. Engreido, presuntuoso, idiota y malcriado

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Traté de limpiar mis lagrimas, pero mis ojos rojos me delataban de todas maneras. Cuando salí de mi pequeño cuarto con la mochila en los hombros, lista para irme; Avery estaba sentado, bebiendo un vaso de jugo natural que acababa de hacer mi tia Miriam. Ella me dió una mirada rapida, y negó con la cabeza. Miré a Avery, que no apartó sus ojos azules de mi.

—¿Estas bien, Danielle?—preguntó Avery al verme con los ojos rojos.

—Si, señor Avery, está todo perfecto—salí por la puerta de servicio lo mas rapido como me permitieron mis temblorozas y torpes piernas.

Lamenté no tener a Nick conmigo. Definitivamente, él es el unico que me entiende, y yo la única que lo entiende a él. Nos apoyamos mutumente, tratando de ser un mutuo paño de lagrimas. Cuando teniamos 10 años, teniamos que hacer un proyecto en parejas. Yo estaba sola, nadie queria estar con la hija de la empleada, y mucho menos con la becada en un instituto de ricos, aunque siempre tuviera las mejores notas de la clase. Estaba sola. Nick se acercó a mi, llegó con su linda sonrisa, su pelo revuelto y los ojos adormilados como si estuviera despertando recien de un pesado sueño. Nick me preguntó si quería que fuera su compañera y yo acepté encantada. En su casa me recibieron bien, pero yo persibia cuando sus padres cuchicheaban entre si, hablando de la nueva amigita pobre que habia echo su hijo, que trabaja para su familia ammiga Bloomberg; lo bueno, era que me respetaban y me trataban bien, al menos mejor de como lo hacian mis compañeros de clase, ellos sabían que me esforzaba, que era inteligente y podía con una beca. Poco a poco, nos hicimos amigos. Debo admitir que me gustaba Nick, era muy guapo y demasiado bueno conmigo,pero yo notaba que no mostraba ningun interes por las niñas de la clase y sospechaba que no le gustaban. Mis sospechas se confirmaron hace dos años, cuando me confezó que era gay. Él se rió mucho cuando le confesé que me gustaba, pero solo somos amigos, y mi interes por Nick se fue como al el por el gusto a las mujeres.

Sigo caminando, sonriendo ante la historia de amistad con Nick. Un auto rojo, ultimo modelo, que avanza a mi ritmo, siguiendo en la calle mientras camino. Avery.

—¡Eh!—abrió el vidrio del copitolo, para que pudiera escucharlo—. ¿Te llevo?

Miré lo que me quedaba de camino, era mucho, algo que no era problema cuando iba con Nick, porque él hacia que el tiempo pasara mas deprisa. No tenía ganas de que caminar, asi que asentí.

—Bueno—abri la puerta y entré en el auto. Olía a Avery, sin duda, incluso su olor opacaba al de auto nuevo. El auto estaba sumamente limpio y no dudaba que era uno de esos chicos que le ponen nombre a sus vehiculos.

—¿Que pasó con tu amigo? ¿Se fue en auto y te dejó tirada?—rió y yo lo fulminé con la mirada—.Perdón, no queria incomodarte. Pero, ¿que le pasó?

—No irá al instituto—dije sin fundamentar—¿Deberas te importa?

—En realidad no. Solo quería ser amable.

—Ah.

Nos quedamos en silencio, no quedaba mucho para llegar, pero nos tocaban todos los altos, y el silencio sufrible que habia, no ayudaba en nada. Asi que Avery puso el peor tema de conversacion.

—¿Por que estabas llorando?—preguntó Avery, centrando su mirada en el camino.

—Prefiero no hablar de eso, Avery. Como ya sabrás, es un tema que termina en llanto—dije, tratando de no ser grosera.

—Te entiendo.

De repente, Avery se detuvo. Lo miré, pero él no se molesto en dirigirme la mirada. Avery fruncia los labios, se pasó unas diez veces las manos por su cabello castaño, estaba dudoso y nervioso.

—¿Pasa algo?—me escuché preguntar.

—No quiero ser grosero, Danielle, pero....—me miró a los ojos—.¿Te moletaría bajarte antes?

Mi madibula cayó, tuve que obligarme a cerrar la boca, porque estaba muy sorprendida. Avery es muy raro, un momento es sumamente amable y al otro, se deja llevar por el que diran. Pero como el dijo, fuera de la casa yo no soy su empleada, solo una compañera de instituto mas.

—Si trataste de no ser grosero, no te funciono. Deberias dejar de ser un titere de tus amigos. Deberas. Gracias por acercarme igual, gracias—lo ultimo lo dije ironicamente y creanme que salió muy bien. Abrí la puerta del auto y salí. Me apoye en la ventana—.Sigues siendo el mismo chico engreido, presutuoso, idiota y malcriado Avery Bloomberg.

Comencé a caminar y vi que el auto de Avery no se movia. Estaba tan molesta, la sangre me hervia a 100°C y debía terminar con estilo. Dejé de lado todos mis modales y caminé al auto de Avery, que seguia detenido, me apoyé en la ventana y le levanté el dedo del medio. Avery se vió realmente insultado, pero mas sorprendido. Yo no suelo hacer estas cosas, soy educada y un tanto tímida. Caminé y llegué al instituto sin dirigir ninguna mirada a Avery.

Las clases terminaron y fui a la casa. Cuando llegué, en la cocina me esperaba la persona que no quería ver en este momento. Avery me siguió con la mirada, mientras yo caminaba a mi cuarto sin tomarlo en cuenta. Iba a cerrar de un portazo, pero Avery, con su increíble fuerza, logró detenerla.

—Tenemos que hablar —dijo Avery, con la cabeza entre la puerta y la pared.

—¿De qué quiere hablar, señor Avery? — dije dejando de forcejear. Avery entró en mi cuarto y cerró la puerta.

—Tu ya sabes —dijo obviando la respuesta.

—No lo sé, señor Avery —me hice la tonta.

—Perdona, fuí un completo imbécil. No sabes como me arrepiento de lo que hice y me tengo merecido todo lo que me dijiste. Porque es cierto—se acercó a mí y debo recordarles que el cuarto es muy pequeño. Su rostro estaba cerca del mío y no podía evitar ponerme nerviosa, sus ojos eran profundos, eran tan claros que sentía que podía ver su interior. Un interior realmente avergonzado y que rogaba mi perdón. Pero no podía, estaba dolida y necesiba al menos un tiempo para asimilarlar las cosas—.Perdóname, Danielle, te lo compensare.

Sus labios carnosos y definidos se movieron a la par de esas palabras, amenazaban con rozar los mios. Un inevitable pero maravilloso roce.

—M-me dolió lo que dijiste Avery —mi voz salió apenas —. El perdón no se compra, se gana.

—Lo sé. Cambiaré, lo prometo —dijo y sonrió. Oh no, por qué sonrió, con eso me devastó.

—Quizá te hará bien un cambio —susurré y él volvió a sonreír y yo igual lo hice. Es imposible no sonreír ante una de sus sonrisas.

—Es mejor que me vaya. Mis padres viajan hoy así que los acompañaré al aeropuerto.

Se alejó de mi y mi corazón ya no latía tan fuerte como antes. Antes de que saliera de mi habitación, las palabras salieron por si solas.

—Suerte con el cambio —volvió a sonreír.

—Seria un placer que Danielle Roberts me ayudara —dijo sin despegar sus ojos de los míos.

—Primero tengo que perdonarte —me escuché decir.

— Exacto.

Ahora se fue definitivamente y yo quedé pensativa. ¿Qué cambios quería hacer Avery en su vida? ¿Qué tenía que ver yo en eso? ¿Por qué temblaba cada vez que se acercaba?

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Qué les pareció éste capítulo?

Tengo listo el otro cap, se llama (redoble de tambores)....Perdon! No se si subirlo, porque dije que subiria uno por dia. Pero que dicen ustedes, subo o no subo el proximo capitulo?

Si esto fuera posibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora