Capítulo 37. Disculpas

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No podía creer que esto estuviera ocurriendo. Nunca me hubiera imaginado que me iría de vacaciones a solas con Avery, era algo que si me lo hubieran dicho hace unos meses, yo me estaría riendo.

Ayer había tenido una conversación con mi tía. Una verdadera conversación. Una de "adultos". Palabras suyas, no mías. Nick también me estaba hinchado con el tema, diciendo que tendría la mejor noche romántica de mi vida, que Avery lo haría que fuera inolvidable.

Y si, será inolvidable, pero solo porque pasaré tiempo con Avery. Solo por eso.

Los planes eran los siguientes: me despertaba, esperaba que Nick viniera por mi y listo, yo ya estaba rumbo a la casa del lago. Yo ya había estado antes en esa casa, y no tengo nada más que decir salvo que es hermosa.

- Odio la radio, siempre se hecha a perder cuando pasan buena música - dice Nick mientras la golpea frenéticamente. Como si eso fuera a repararla.

- Nick, dejalo ya - dije apartando sus manos de la radio.

- Es que esto me enloquece, nunca sirve - dice ahora golpeando en manubrio.

- Concéntrate en manejar - le ordené.

Ya habíamos salido a la carretera. Y diablos, estoy nerviosa. Es como si mis manos y pies se hubiesen puesto de acuerdo para no dejar de moverse en ningun segundo.

-¿Quieres dejar de moverte? - preguntó y yo bufé como respuesta.

Me concentré en mirar por la ventana. Los árboles que apenas se distinguían eran una mancha verde borrosa, que al mirar detenidamente te causaba esa sensación de mareo. El estómago me dolía.No se si eran los nervios, o el pan que comí esta mañana esta haciendo efecto.

Sentí unos dedos hundirse en mi brazo, insistiendo. Comencé a abrir los ojos lentamente. Moví el cuello, acalambrado por haber dormido tanto tiempo en una mala postura e hice círculos con los hombros para que la tensión desapareciera. Cuando ya abrí los ojos en su totalidad, me di cuenta de que el auto estaba detenido, y que ya habíamos llegado a la casa de la playa.

-Ya llegamos, Dani-dijo Nick desabrochando mi cinturón de seguridad y posteriormente salir del auto.

Peiné mi cabello con los dedos y salí del auto. Nick ya había ido en busca de mi bolso, y caminaba con el en el hombro hasta que me lo tendió.

-Me debes una grande-dijo mientras yo tomaba el boslo marrón-. Deberían darme le premio por ser el mejor amigo del mundo.

-Ya te lo has ganado hace tiempo-dije y le di un abrazo.

Nick no se merecía ese premio, se merecía mucho más. Siempre estuvo ahí para mi y tengo fe de continuará estandolo, como yo para él.

-Aunque tengo entendido que tus padres creen que estas conmigo-le dije soltandolo-. ¿No es así?

-Mira, ahí viene tu sexy Romeo-dijo Nick y yo me voltée.

Avery bajaba las escaleras en un trote suave y con una inmensa sonrisa adornando sus labios. Su pelo estaba mojado. Nick me dió un beso en la mejilla susurrando que me portara bien, y yo le dije que siguiera sus propios consejos.

Avery apareció a mi lado en un instante. Podía ver como su camiseta morada estaba mojada con pequeñas gotas de agua. Se veía radiante, feliz.

-Hola-susurró.

Apenas escuché cuando lo dijo ya que me había quedado enbobada mirando su rostro, sus ojos, su nariz, y sus labios cuando articulaban suavemente un hola.

-Tienes el cabello mojado-dije levantandando una mano para tocarlo.

-Quería estar presentable para cuando llegaras- dijo y sonrió con una lado de la boca. Mis piernas eran gelatina, mis rodillas eran cada vez menos estables. Ese efecto causaba en mi esa sonrisa que tanto quería, esa sonrisa que tanto anhelaba cuando dormía-. Deja que te ayude.

No me di cuenta cuando ya tenia el bolso en su hombro. Tomo de mi mano y me llevó junto a él por el camino que conducía a la entrada de la casa. Desde aquí se podía ver la playa, aunque había que seguir un camino para llegar a ella. La verdad, es que si no tienes ganas de tocar el agua salada, puedes conformarte con la gran piscina que tienen los Bloomberg, y cuando hablo de grande, me refiero a inmensa. Es dos veces la cocina de la mansión.

Esta casa la había visitado ya dos veces pero cuando era mas pequeña, tendría alrededor de 10 años, asi que si alguno de los vecinos que viven a kilómetros de aquí me ven, no sabrán quién soy. Me imagino que siete años cambian a una persona, porque a mi, si que lo ha hecho.

Avery empuja la puerta y el olor a madera que llega a mis fosas nasales es increíble. Ese olor tan peculiar que tiene las casas de verano o de vacaciones es muy especial, es un olor que te hace viajar a momentos que no quisieras olvidar. La cabaña es bastante grande, tiene muros de piedra, una chimenea, una habitación con sillones sumamente cómodos-según recuerdo-, una cocina americana, un comedor con vista a la playa, mas de cuatro habitaciones y una terraza que en la noche es esplendida.

-Hace tiempo que no venía-digo sin pensarlo.

-Si recuerdo, la ultima vez que estuviste aquí deberíamos haber tenido diez años-dice sin soltar mi mano-. La última vez que vine a esta casa fue hace dos años, pero tu no viniste porque tenias...

-Las olimpiadas anuales de cálculo-decimos al unísono lo que nos hace soltar una carcajada.

-Si...en ese momento de mi vida no se que ocurría conmigo. Yo no te trataba bien, Danielle-dice mirando el suelo, soltando mi mano-. No se como mis padres me permitían a mi o a Tracy ser tan malo contigo, o con Miriam, que es un amor de persona.

-Todas las personas hacemos algo de lo que nos arrepentimos en la vida-dije tomando sus manos, mirando sus ojos. Yo nunca había creído eso de que los ojos son las ventanas del alma, pero ahora si, Avery es de esas personas que sin saberlo son transparentes, y cuyos ojos rebelan muchas cosas, incluyendo lo que sienten-. No te atormentes por lo que hiciste en el pasado. Yo sabía que tu no me hacía daño con intención, siempre supe que eras una buena persona, aunque quizá no pueda decir lo mismo de Tracy-suelta una carcajada-.Todos las personas pueden redimirse, el hecho esta en querer y hacerlo, eso es lo que nos vuelve humanos, Avery.

-Gracias...-traga saliva-, por ser así, buena conmigo, por perdonarme y darme la oportunidad de demostrarte que te puedo hacer feliz.

-De nada-susurró y me dió un beso en la frente.

Volvió a tomar mi mano y me llevó al pasillo de las habitaciones, abrió una puerta-.Pasa, es tu habitación-entre timidamente. Esta es la habitación de invitados, pero es muy, pero muy grande. Tiene una cama gigante en medio de la habitación, unos ventanales preciosos con vista a la playa, ademas de una terraza incluida, baño propio y unos sillones. Esto era...guau...

-Esto es...increíble-dije en un suspiro.

Avery dejó mi bolso en uno de los sillones, y luego se quedó de pie en medio de la habitación. Juntó y separó las manos, se pasó las manos por el cabello y comenzó a mover el pie contra el suelo.

-Creí que te gustaría, no lo se, tener tu cuarto propio mientras estemos aqui, ya tu sabes...emm, limpié un poco y si necesitas algo...yo puedo, simplemente...

-Avery, es perfecto-dije interrumpiendolo-.Todo es perfecto.

Hola!! Se que hace un mes no subía un capitulo, y me he estado obligando a escribir, ya que he tenido un bloqueo tremendo.

También, se que les dije que lo de la idea para la cita estaría en este capitulo, pero no, se me ha alargado un poco, y quería hacer un cap corto. Asi que no se muy bien...pero las dos ideas que me dieron estan muy romanticas, asi que las convinaré y crearé un todo.

Espero que les haya gustado, no olviden comentar, votar y...¿Que les pareció la nueva portada?

Gracias por leer,

CoNsTaNza.













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