Un atardecer contigo

Capítulo 1: Un viaje inesperado

— No puedo esperar más por ese viaje. — dijo mi hermana muy emocionada, y yo otra vez siendo la que no sabe de que hablaba.

— ¿Qué?¿Cómo? ¿Qué viaje, Romina? — le dije fijándome en su cara que era una de esas que te ponen cuando meten la pata.

— Ehh... No sé...mamá no te contó?

— ¿Contarme qué, Romina? decime por favor. — miré a mi hermana, que en ese momento se hacía la despreocupada mirando su celular, hasta que lo agarré y me lo quedé.
-— ¡Victoria, dame el celular!

— Hasta que no me digas no te lo doy.

— Yo no te puedo decir, que te lo diga mamá o papá.

— ¿Pero Qué? ¿Porque siempre me excluyen de todo?

— No es que te exluyamos, es porque no sabemos cómo te lo vas a tomar.

— Nunca me tomé nada a mal de las cosas que me dicen.

Depende que cosa jeje.
Nos quedamos en silencio un momento, porque mi hermana no sabía cómo retomar el tema así que pregunté.

— ¿Y? Entonces, ¿me vas a decir que es ese viaje?

— Aay bueno...la cuestión es que...

— ¿Qué...qué?

— Nos vamos a vivir a Hawai.— la miré con una cara de no entender nada.

Tranquila Vicky, tranquila...
Mi conciencia a veces ayuda ahora no ayudó nada.
Pensé en decir algo pero quedé tan bloqueada, y no sé si de emoción, tristeza, felicidad o que, aunque, dejar a Flor (mi mejor amiga) y hasta dejar a Renzo acá no me pareció lindo que digamos.

— ¿Como así?

— Tendrías que ir a hablar con papá y mamá, porque a mí me dijeron que no te lo diga hasta que ellos piensen que fuera el momento.

— Claro que tengo que hablar con ellos, nunca me dicen nada y siempre me entero por vos. — dije mientras pegaba un salto de la cama y bajaba hasta la cocina que era donde estaban mis padres.

— ¿Que es eso de ir a vivir a Hawai?
— pregunté con un tono medio enojado.

Mamá soltó el aire que tenía acumulado y me miró.

— ¿Ya te lo dijo Romina?

— Sí, claro que me dijo, cómo siempre que me entero de las cosas y es por ella.

Se acercó hacia mí y puso una mano en mí hombro.

— Pero ¿no te gusta la idea, cielo? Allá hay hermosas playas y podes llevar la tabla para surfear... Y hasta conocer gente nueva. Van a ser como unas vacaciones eternas.

Esa es una parte buena...

— Si má ya sé, pero dejar a Renzo acá, a Flor, y toda la familia... No sé. Además tenemos todo acá.

Después miré a papá, que quizo decir algo pero entró una llamada y sé alejó un poco.

Intenté escuchar lo que decía.
— ...dentro de seis días ya estaremos allí...sí, gracias.— corta la llamada y vuelve para explicarme. Abrí los ojos como platos al escuchar eso. Recién me entero que nos vamos a Hawai y resulta que nos vamos en menos de una semana.
Esto es increíble. Mucha información.

— Vicky, ya se que para vos es difícil relacionarte y cambiar de ambiente pero créeme que en Hawai va a cambiar eso y te va a gustar. — dice mí padre mientras me da un apretón en el hombro.