Capítulo 3: Mini carreritas

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En la noche, Romina se fué a un bar a tomar algo, pero fué sola. Uy puede que esta sea su oportunidad de que algún chico le llame la atención. Aunque lo dudo.

Abajo en la piscina están mis padres y los padres de Luke.
Yo estoy en la habitación elijiendo un bikini, ninguno me convence, no me gustan los bikinis, pero elegí el que me queda más cómodo aunque igual me puse un short.

Cuando bajaba las escaleras vi que la puerta del cuarto de Luke estaba abierta pero adentro no había nadie. Me dió curiosidad ver como era su habitación, pero se que no puedo entrar, ademas alguien me podría ver.

Entra, entra, entra...

Malditos impulsos.
La curiosidad ganó, asi que entré. Su cuarto es bastante grande, las paredes son de un color azul marino y tiene estanterías con trofeos y fotos de él. Apoyadas en una pared estaban sus tablas para surfear.

También tiene otra estantería llena de libros y... Ay no. Pasos. Vienindo hacia esta habitación.
Entré en pánico. ¿Y si era Luke?
No tuve mejor idea que esconderme atrás de la cama.

Que estúpida

Pero para mi muy buena suerte seguro me iba a ver.
Los pasos ya estaban en la habitación. Y si. Era Luke. Lo miré con la mejor cara de...no sé. ¿Como se supone que tenga que reaccionar?

—¿Estas jugando a las escondidas  sola?—preguntó Luke aguantando la carcajada.

— Eh...no...yo...se me cayó una cosa...—dije empezando a toser de los nervios.
—Aah si...¿no será porque querías entrar a ver como era mi cuarto?—dijo arqueando una ceja.

Suspiré rendida. Pero sigo sin saber que decirle.

—Tranquila, no pasa nada.—dijo sonriendo.

¿Qué pasa con él? No puede ser que todo se lo tome con calma, aunque es mejor para mí.

Me tendió una mano para que me levantara del suelo. No lo miré  pero hablé.

—Si, bueno...tenía curiosidad... — admití.

Me miró tranquilo, parecía que ya se había olvidado del tema.

—Mira, estas son mis tres chicas.—dijo divertido mostrándome sus tablas de surf.

Fingí que no las había visto.

—¿Cual es la que usas más?

—Depende de como esté la ola, decido cual llevar.—respondió.
Mañana supuestamente ibamos a surfear juntos pero no se si la idea sigue en pie.

—Mañana si todavía quieres venir conmigo a la playa...te puedo prestar una.—dijo buscando alguna respuesta mía.
Bueno el sí mantenía la propuesta.

—No estaría mal la idea.—dije finalmente.

Me sonrió.

— ¡Vamos, corre a la piscina!

Salí corriendo riéndome.
Vi como bajaba la escalera y cuando pasó la puerta del patio, hizo el salto bomba y se lanzó a la piscina.

Hice lo mismo y no me di cuenta que llevaba puesto el short.
Mis padres y los de Luke estaban en la barbacoa cocinando las hamburguesas y nos miraban riéndose.

— ¿Porqué haces mini carreritas? — me reí.

—No lo sé, es divertido. También es para que re sientas cómoda —dijo encogiéndose de hombros.

Sonreí por lo que dijo. En verdad me estaba sintiendo cómoda y él está ayudándome en eso.

Una gota le cayó del pelo y le recorrió desde la ceja hasta la mandíbula.

Un atardecer contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora