Capítulo 14: Al otro lado de la línea

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Estaba durmiendo plácidamente en mi cuarto pero empecé a oír ruidos, eran golpes, no pude detectar muy bien que era lo que estaban golpeando. Pensé que estaba soñando, por eso no le presté atención. Cerré los ojos de nuevo y me di cuenta que no es un sueño. Me levanté de la cama para oír mejor, no era tan fuerte pero se escuchaba. Abrí la puerta de mi balcón porque el ruido venía de afuera.
Busqué con la mirada para poder ubicarlo mejor y esos golpes vienen de la casa de Danna.
Me pareció extraño siendo la hora que es de la madrugada.
Las luces de la casa estaban prendidas pero no se veía mucho para adentro. Me quedé unos segundos mirando y con correr del tiempo pude oír gritos agresivos, era la voz de un hombre, se oía muy bajo pero lo pude identificar.
Me quedé quieta y un poco asustada, creo que el hombre estaba golpeando una puerta porque escuché que decía algo como: "Dejame pasar o juro que voy a tirar la puerta" sonaba demasiado agresivo.
Luego apareció una voz femenina, no era la de Danna, supongo que era la de su madre y dijo: "Voy a llamar a la policía" y cuando Danna habló, suplicó que este hombre las deje en paz.
En ese momento me di cuenta de lo que estaba pasando y fuí corriendo al cuarto de mis padres para contarles y poder hacer algo.
Romina me escuchó.
- ¿Vicky? ¿Qué pasó?
Estaba tan nerviosa que no le respondí.
- Papá, mamá. - los desperté moviéndolos.
Me costó un poco despertarlos.
- ¿Eh? ¿Qué pasó? - preguntó mi padre encendiendo la luz.
Mi madre también se despertó y al verme nerviosa me preguntó:
- ¿Mi amor, estás bien?
- No, estoy muy asustada, oí golpes en la casa de Danna y gritos. Su madre y ella están en peligro. - dije muy nerviosa. El tiempo corre y la situación puede empeorar.
Mis padres sin pedir explicación fueron hasta abajo para escuchar los ruidos.
Habían cesado unos minutos pero volvieron.
- Esto es grave. - dice mi madre.
- ¿Qué vamos a hacer? Tenemos que ayudarlas.
- Ay, ¿qué pasa?. - dice Romina un poco dormida.
- Luego te explico.
Mi padre se puso el salto de cama y salió de la casa.
- ¿Vas a ir ahí? ¿estás loco? - dice mi madre.
- Tranquilas, quédense aquí.
- Pero ¿y si le hace algo? - pregunta mi hermana muy nerviosa tanto como mi madre y yo.
- Voy a llamar a la policía. - digo agarrando mi celular.
- ¡No! Vicky, ahora no. - mi madre me lo impidió.
- Pero, mamá, ellas están en peligro ¿vas a dejar que les haga algo?
- Si, Vicky, yo llamaría a mil policías, pero no sabemos que tan loco está ese tipo.  Mirá si oye las sirenas de los autos vieniendo a buscarlo y les hace algo peor. No podemos entender cómo va a actuar.
Mi madre tuvo toda la razón, me hubiera sentido culpable si hubiera llamado a la policía y si mi madre no me lo impedía  capaz que Danna y su madre estarían... no lo quiero ni decir.
Mis manos temblaban, sumado todo esto y que mi padre esté en la puerta de la casa de Danna, me pone los pelos de punta.
Nos quedamos esperando a mi padre. Mi madre miraba por la ventana y Romina daba vueltas por toda la casa.
La puerta se abrió y mi padre apareció, pasándose la mano por la cara, estaba más preocupado de lo normal.
Rápido fuimos a preguntarle que es lo que pasaba.
- Ese hombre es un alchólico y... - suspiró - estaba con un bate de baseball.
Eso me puso todavía más nerviosa.
- ¿Te dijo algo? ¿Qué pudiste ver? - preguntó Romina.
- Había cosas tiradas en el piso, creo que eran cuadros rotos. Le dije que oímos ruidos procedentes de su casa y me dijo que seguramente yo estaba loco y que no había nadie en la casa, solo él. Obviamente está mintiendo.
- ¿No le dijiste nada?  - pregunté.
- No le puedo decir nada, puede terminar mal y sabiendo como es su estado en este momento... - dice mi padre.
Sabiendo esto y encima que no podemos llamar a la policía, no se me ocurre que hacer.
Nos quedamos muy nerviosos y pensando en como solucionar esto.
- No sé si esto va a funcionar pero, podrías intentar llamar a Danna. - plantea mi hermana.
- ¿Y si le quitó el celular?  Están secuestradas en su propia casa.
- Vamos a intentarlo, el hombre ni sabe quien eres y tampoco que vivimos al lado de su casa. - responde ella.
- Prueba hacer eso. - dice mi madre.
Me convencí y agarre el celular, marqué su número y disimuladamente miré por la ventana.
Demoró un poco pero al cabo de unos segundos, sorprendentemente Danna contestó.
- Hola Danna. - dije amigable por si la conversación estaba en alta voz, así el hombre no sospechara nada.
Esperé respuesta, se oían pasos alejándose.
- ¿Danna? ¿estás ahí? - volví a intentar.
Su respiración era ajitada. Creo que estaba esperando que el hombre se alejara para poder hablar.
- Vicky, ayúdame, mi padre...mi padre está loco, porfavor ayúdame.
- Danna, Danna, cálmate, oímos los ruidos y te vamos a ayudar.
- No llamen a la policía por favor, nos va a matar si lo hacemos.
- Tranquila, no vamos a hacer eso, queremos saber si están bien.
- Yo sí, mi madre no, está grave.
- Bueno...¿donde está tu padre?
- No lo sé, creo que está tomando alcohol en la sala. Está loco.
- Escuchame, esconde tu celular y que él no lo pueda ver así no te lo saca ¿ok?
- Está bien.

Un atardecer contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora