Capítulo 5: Amigos son los amigos

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Hoy me desperté muy temprano (y eso que ayer me quedé hasta tarde despierta) porque las clases empiezan dentro de dos horas. Así que aproveché mi desvelo y salí a caminar por la playa con Kimba.

El amanecer aparece con fuerza, eso me levanta un poco más el ánimo.

Me puse a imaginar como será el colegio y de que forma me integrarán.

No pensé más e intenté mentalizarme y no tenerle tanto pánico a como socializar.

A pesar de la hora, que son las seis treinta AM, se ven bastantes personas empezando su día.

En la playa hay unas cuatro personas paseando con sus mascotas.

Kimba fué a la orilla y empezó a chapotear. Jugamos un rato y volvimos a casa.

Todos estaban con cara de dormidos desayunando en la isla de la cocina.

Yo parecía la única sobreviviente de una apocalípsis zombie.
— Buenos días. — dije a ver si por lo menos hablan.
— Te despertaste temprano Vicky.— dice mi padre preparando su café.
— Si, fuí con Kimba a la playa.

Tomé mi café y comí una tostada. Subí para ducharme pero alguien estaba en el baño, seguro es Romina que demora cuatro siglos dentro.

— ¡Romina! ¡¿demorarás mucho?!

— Ya salgo.— dijo lo más tranquila.

— Tu "ya salgo" es un "salgo dentro de ocho décadas".

Salió del baño toda maquillada. Era obvio.

— El maquillaje es lo primero.— dijo con un tono de obviedad.

— ¿No te podias maquillar en el cuarto?

— Si, puedo, pero me maquille en el baño.

—No sos la única que está en esta casa.

—Y bueno vestite en el cuarto.

— ¿En el cuarto hay ducha?

Suspiró fastidiosamente y se fué.
Luego de ducharme, me vestí y agarré mi mochila. Todo apurada.
Que estrés.

En la puerta está Luke con su skate. Vamos caminando porque el colegio nos queda bastante cerca. De hecho, casi todo nos queda cerca.

— Vamos al mejor lugar del mundo. — dijo aburrido.

— Que buena motivación a alguien que es nuevo en un colegio.

— Perdón...igual no está tan mal . Solo que estar horas sentado en un banco...es aburrido.

Tiró su patienta al suelo y empezó a andar.

No se iba muy lejos para que no me quede atrás. Además es mi guía porque todavía no tengo claro donde está el colegio.

En el camino conversamos de todo un poco. Me contó como era el ambiente en el colegio, los profesores, los recreos y la materias.

— Los primeros días no te vas a aguantar al de historia pero luego de conocerlo bien lo vas a amar.

Me reí. No soy de llevarme mal con los profesores. Si alguno me cae mal, lo intento llevar lo mejor posible.

— ¿Es aquí? — pregunté.

Él asintió.

No es tan grande, la entrada es muy parecida al que yo iba en Uruguay.

Muchas personas conversaban, otras veían los horarios y las demás nos miraban. O más bien, me miraban.

Un atardecer contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora