Capítulo 4 💖

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—Por favor, venga conmigo a casa.

La señorita Steele entrecierra los ojos y señala su ridícula pijama.

—¿Así? Oh, no. No voy a ningún lado.

—Por favor. —he suplicado más veces esta noche que en toda mi vida—. La necesito esta noche, señorita Steele.

Antes de que ella pueda responder, el padre se levanta de un brinco de su lugar en el sofá.

—¡Annie! ¿De qué está hablando tu jefe? —ella niega con la cabeza—. Lo siento, sea su jefe o no, le voy a pedir que se vaya.

—Señor Steele...

—¡Ahora!

¿Qué carajos le pasa a esta familia? Casi soy empujado hasta la puerta del departamento mientras Albert mira su alrededor con ojos curiosos.

—Es un malentendido. —creo. ¿De verdad piensa que quiero acostarme con su hija?—. Solo la necesito un par de horas.

O menos, si el muy cansado Albert decide dormir en cuanto lleguemos a Escala. La señorita Steele toma al niño en brazos y acaricia su cabeza, acercándose a mi en su puerta.

—Señor Grey, estoy segura que podemos iniciar todo esto mañana en la mañana, y tal vez discutir los detalles con más calma. —lanza un rápido vistazo a su padre—. Así mi padre estará más tranquilo.

Mierda.

De verdad esperaba que viniera a casa en este momento, pero supongo que es demasiado pronto. Dejo que ponga al niño en mis brazos y evito insistir en lo mucho que necesito a esta mujer.

—Lo siento, pequeño. —el padre también acaricia la cabeza de Albert—. Tu padre tendrá que cuidar de ti como yo cuido de mi hija.

Pasa un brazo por los hombros de la señorita Steele y le besa la cabeza, justo antes de cerrar la puerta de su apartamento en mi cara.

Buenas noches.

Camino de vuelta al auto con Albert en mis brazos y me sorprende darme cuenta que él no hace ningún intento de liberarse. Por el contrario, parece demasiado interesado en el adorno de la mesa de los Steele que lleva en la mano.

—Al menos uno de nosotros consiguió sacarles algo, ¿Cierto?

Taylor espera afuera en el auto y como supuse, Albert se queda dormido con el movimiento del auto, tan cansado que no despierta ni siquiera cuando llegamos al estacionamiento subterráneo.

Lo llevo a su habitación y me aseguro que la niñera que contraté esta tarde permanezca cerca del niño para que vigile su sueño. Con suerte podré deshacerme de ella en la mañana cuando Anastasia Steele se instale.

En la mañana me aseguro que Albert esté listo para salir tan temprano como le sea posible a su pequeño cuerpo en desarrollo, esperando que la señorita Steele no haya cambiado de opinión durante la noche. Necesita un nuevo contrato, nuevo horario, nuevo sueldo y un acuerdo de confidencialidad más restrictivo.

Para cuando ella decide entrar a mi oficina más tarde, cerca de las 8:03 de la mañana, todos los nuevos documentos ya fueron elaborados y revisados por el departamento de Recursos Humanos.

—Señorita Steele. —saludo, señalando mi escritorio—. He estado esperándola, tengo los documentos listos.

La chica permanece junto a la puerta, sus ojos yendo primero hacia Albert que está sentado en la alfombra comiendo un puré de manzana con sus manos en lugar de usar la cuchara.

—Buenos días para usted también, señor Grey.

Se dirige hacia el niño, ignorando la pila de documentos y saludando a Albert con una pequeña sonrisa. Por un momento creo que ella va a ignorarme, pero se dirige a mi mientras saca una toallita húmeda de su bolso.

—Siento lo de anoche, señor Grey. Mi padre es un poco... —muerde su labio inferior y balancea la cabeza—. Sobreprotector.

—Lo entiendo.

¡Ahora firma los putos documentos!

—Usted dijo que le recuerdo a su madre. —gira para mirarme y los ojos del niño la siguen como si fuera el sol—. ¿Qué pasó con ella?

—Murió.

—Oh.

Sus consternados ojos vuelven al niño y le acaricia la cabeza con un gesto tan suave que creo que Albert podría volver a dormir la siesta. En lugar de eso, él le ofrece el plato con los restos de puré.

—¿Para mí? Gracias.

Lo pone a un lado y le ayuda a levantarse, la atención del niño cambiando ahora a un libro de colorear para el cual es demasiado pequeño. Lo distrae lo suficiente para que ella se acerque finalmente a mi.

—Como ya dije, señor Grey, los niños son mucha responsabilidad y yo no tengo la experiencia. Espero que entienda que necesitamos establecer horarios fijos.

—Por supuesto. —señalo el documento modificado de su contrato—. Cuidará de Albert de 9 a 5, seis días de la semana.

Sus ojos se entrecierra y lo tomo como el primer signo de inconformidad.

—¿Y el sueldo?

—Un aumento del 10% de lo que recibe actualmente. —que es mucho dinero para alguien tan joven.

Sus labios son ahora los que se fruncen en una mueca.

—No estoy segura de eso, señor Grey. Los documentos en el archivo son más fáciles de manejar y menos demandantes que un niño de 2 años. —golpea sus labios con un dedo—. Estoy segura que podría pagar un poco más que eso.

Maldita chica.

Es lista, tengo qué concederle eso. Tal vez su fachada de chica buena es solo eso y en realidad es una de esas mujeres ambiciosas que aprovechan cada oportunidad.

Debería decir que no. Debería mandarla a la mierda pero estoy desesperado. Muy desesperado.

—Esta bien, puedo aumentarlo un 20% siempre que cumpla en tiempo y forma con sus actividades. —se sienta en la silla frente a mi escritorio para leer los documentos, pero hay otro punto importante—. Y esas actividades se llevarán a cabo en otro lugar.

—¿Otro lugar? —replica, siendo una mujer obstinada que no puede simplemente firmar las malditas hojas.

A este paso necesitaré unas vacaciones en el exilio.

—Si, otro lugar. No deseo que Albert pase todo su día aquí, mi oficina no es el espacio adecuado para un infante.

La señorita Steele arruga la nariz en ese gesto obstinado que comienza a molestarme.

—Si quiere tener al niño encerrado, debería considerar enviarlo a una guardería.

Agh. Tal vez esta no es tan buena idea como supuse.

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Hola! 🤭

Estuve un poco enferma por comelona, comiendo cosas que no debería con mi vesícula arenosa 🥺 pero ya volví!

Espero que estén disfrutando la historia ☺️ saluditos!

Señorita Steele (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora