Capítulo 48 💖

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La chica es malditamente obstinada.

La alarma que establecí hace dos meses para recordarme de preguntar de nuevo todavía no suena y desde ya sé que dirá que no. Ella simplemente no puede hacer esto fácil para todos.

Termino de ajustar el reloj sobre mi muñeca, luego tomo el móvil y estoy listo para bajar las escaleras. ¿Ella es necia? Le mostraré que tan perseverante puedo ser.

Todos están en la mesa, tomando el desayuno juntos como todos los días. Al principio me molestó un poco tener a Raymond cerca, pero si quiero ser parte de su familia, debo acostumbrarme a él. Y no solo como empleado.

Él y Taylor están bebiendo café junto a la barra, y Ana y Albert tomando jugo en la mesa, así que me acerco para tomar mi lugar y pongo rápidamente la pequeña caja de Cartier sobre la mesa.

Ana parpadea confundida un par de veces, luego frunce las cejas.

—Todavia no.

Carajo.

—¿Por qué no?

Sus ojos azules se mueven a dónde está parado su padre antes de insistir.

—Es muy pronto.

¿Pronto para qué? Ella definitivamente está jugando con mis putos nervios.

—Tu padre ya sabe que quiero casarme contigo y que duermes conmigo en mi cama, no sé por qué insistes en actuar como si fuéramos desconocidos.

Apresuro mi taza de café americano y mordisqueo la tostada francesa que la señora Jones preparó para mí, Ana cubre sus mejillas rojas con su vaso de jugo.

—Nana, no. —Albert palmea su mano—. Mía.

Mis cejas se fruncen.

—No, no. Ana es mía. —lo corrijo.

Y luego parece que también mi hijo se ha contagiado de su terquedad porque insiste.

—¡Nana mía! —su boca se arruga en un puchero—. ¡Mamá!

Niño tramposo.

Ana se pasa la mano por el rostro con frustración antes de levantarse y tomar a Albert en sus brazos.

—Muy bien, basta los dos. —lo libera de la silla—. Dejen de pelear, es un día importante para todos.

Palmea la barriga del niño y él suelta chillidos felices que solo hacen que la señorita Steele le bese ambas mejillas.

—Solo digo... —me pongo de pie llamando la atención de todos—. Que podríamos estar disfrutando de nuestra luna de miel en la playa, en lugar de tener qué ir todos a trabajar.

Me dirijo por mi maletín y salgo, necesitando enfriar mis pensamientos y mi malestar. Ana ha decidido enfocarse en Albert estas últimas semanas en lugar de hablar conmigo sobre sus razones para seguir negando mi propuesta.

Pareciera incluso que el tema le causa incomodidad.

Todos subimos a la camioneta, Albert tomando el puesto entre nosotros con su pequeña mochila porque justamente hoy inicia clases en el preescolar.

—Aún creo que él debería tomar clases con una maestra particular, es muy pequeño para arreglarselas por su cuenta.

Ana pone los ojos en blanco.

—Necesita socializar con niños y niñas de su edad, no solamente con adultos que además son tus empleados.

—Empleados que también tienen hijos, podríamos organizar una cita para jugar. —sé que Andrea podría organizarlo todo—. ¿Por qué quieres alejarlo de mi?

Señorita Steele (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora