Capítulo 17 💖

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Ignoro los chillidos de Elena y me dirijo de regreso a la deslumbrante mujer en vestido rojo que tiene a mi hijo. Sin hablar, tomo al pequeño niño de su regazo y lo siento sobre la falda lustrosa de Mía, que baja la copa de champaña para mirarme.

—Cuídalo un momento. —le pido, pero no me detengo a escuchar una respuesta.

Tomo la delicada muñeca de la señorita Steele y estiro para que se levante, sus ojos azules se abren por la sorpresa.

—¿Señor Grey? ¿Qué hace? —la guío de vuelta a la pista—. ¿Señor Grey?

Solo hasta que la tengo en medio de la pista y entre mis brazos es que respondo a sus preguntas.

—Bailo, señorita Steele. Usted podría no querer ese baile, pero gastó 24 mil dólares por una experiencia completa con Christian Grey.

Sus delicadas cejas se fruncen.

—¿Lo hice? Creí que solo donaba dinero a la caridad.

La saco de su afortunado error con un pequeño guiño.

—Esta noche usted es mía, y le aseguro que no se arrepentirá de aportar a esta buena causa.

La suave melodía distrae su atención lo suficiente para que deje de pensar a detalle en mis palabras, quiero que se concentre en la música. Los camareros aún sirven la cena, por lo que la pista de baile está prácticamente sola.

Somos el centro de atención.

La señorita Steele gira en mis brazos con cada uno de mis movimientos, los de ella titubeantes pero intenta seguirme lo mejor que puede. Y yo apostaría ahora que el baile no es lo suyo.

—Trate de no pisarme, señorita Steele. —bromeo con la pobre chica.

Sus mejillas adquieren el mismo color que su vestido.

—Oh, lo siento. Debería advertirle que en realidad no sé lo que hago.

—¿Con su baile? —digo, y me dedica una sonrisa nerviosa.

—Con mi cuerpo en general. —sus ojos caen a mis labios, luego su lengua recorre los suyos—. Me refiero a que las actividades físicas no son lo mío.

¿Físicas? ¿Ella está insinuando lo que creo que está insinuando? No sé si es el champán que bebió, la ocasión o nuestro íntimo baile en medio de la pista lo que parece tener un encanto en la señorita Steele.

Y en mi, por supuesto.

Cómo todavía no estoy listo para dejarla ir, la levanto en mis brazos al estilo nupcial y ella chilla un poco.

—¡Señor Grey! ¿Qué hace? —doy un suave apretón a sus suaves curvas y sus esbeltos muslos antes de responder.

—Ya me cansé de compartirte con estas personas, ¿Por qué no me dejas llevarte a una cena de verdad?

Y sobre todo, lejos de las miradas curiosas de los amigos de mis padres.

Me dirijo a nuestra mesa solo para llevar a Albert con nosotros. Pongo a la señorita Steele sobre sus pies y tomo su mano para que no se aleje, y llevo al niño con mi brazo libre.

Nada me impide salir del gran salón directo hasta mi auto. Taylor abre la puerta y me ayuda a poner a Albert en su silla porque me resisto a soltar la mano de la chica.

—Necesitamos un auto más grande. —le digo.

La chica castaña mira con incredulidad mientras la llevo al asiento del copiloto, rodeo el auto para subir detrás del volante y espero a que Taylor se acomode junto a Albert.

Tomo su mano y la levanto para besarle los nudillos.

—¿He dicho ya que luce preciosa esta noche?

Ella se ríe de mi.

—¿Es esta la experiencia de Christian Grey de 24 mil dólares? Un poco intenso. —aleja su mano de mis labios—. Quién diría que el dinero lo hace agradable.

Es mi turno de arquear las cejas de incredulidad.

—Siempre soy agradable, señorita Steele. Tal vez usted es demasiado exigente.

—¿Yo? —sus cejas se fruncen.

—Si, con todo esto de la crianza de Albert. Debe recordar que soy un padre primerizo y voy a cometer errores. Pero prometo que para el siguiente seré mejor.

El carraspeo de Taylor desde el asiento trasero distrae mi atención de la chica en el asiento de al lado. ¿Quién más perfecta que ella para ser la madre sustituta de Albert?

Sabe lo que tiene que hacerse, lo quiere, lo cuida y es preciosa. Si la convenzo de darnos una oportunidad, podría estar hablando de palabras mayores con su padre muy pronto.

—Ahí está, de nuevo planeando y adelantándose a todo. Un paso a la vez, señor Grey. Albert es muy pequeño para que piense siquiera en traer a otro Grey a este mundo.

Un hombre puede intentarlo.

La miro de nuevo, extasiado por su belleza. ¿Cómo no me di cuenta antes? Tal vez su actitud irritable es un buen escudo para mantener alejados a los hombres.

El único lugar que se me ocurre, y que podría impresionarla más que la cena de lujo de mis padres, es mi propio restaurante en el Columbia tower.

Estaciono al frente, sin preocuparme por hacerlo correctamente porque dejaré que Jason se encargue de eso. Rodeo el auto y ayudo a bajar a la hermosa chica.

—¿Qué hacemos aquí? —pregunta señorita Curiosidad.

—Cenamos.

Hace una mueca con sus bonitos labios.

—Pudimos terminar la cena en la gala, ¿Qué tiene de especial este lugar?

Tomo su obstinada mano para llevarla hacia el edificio.

—Es un restaurante de lujo, y el dueño es la persona más interesante que podría conocer.

—¿Ah, si? —tira de mi mano para que me detenga—. Supongo que está sumamente interesado en esa persona pero, ¿No olvida algo?

Miro mi mano enlazada con la suya, palmeo el bolsillo de mi saco con la cartera y el del pantalón buscando el móvil. No, tengo todo.

Ella gruñe con molestia antes de señalar.

—¿Su hijo se queda en el auto o también está invitado a la cena?

Carajo.

El niño.

Giro hacia el auto mal estacionado para mirar a Taylor tratando de disimular una sonrisa, Albert tomado de su mano y su otro pulgar en la boca.

—Por supuesto que el niño bien con nosotros, señorita Steele. —lo tomo en brazos para que Jason se aleje de una jodida vez—. Es parte de la familia.

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Continuamos con las actualizaciones ☺️

(◍•ᴗ•◍) 💙

Señorita Steele (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora