Capítulo 26 💖

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—Señor, ¿Quiere que la siga? —Taylor señala en la dirección por la que Ana se fue.

Carajo, la presioné demasiado. Si corro detrás de ella lo haré peor.

—No, está bien. Hablaré con ella mañana.

Necesita espacio. Y tiempo. Dos cosas que no le dí mientras la presionaba para aceptar una cita conmigo.

Albert llora más fuerte en mis brazos, así que me adentro más en el pasillo para tratar de distraerlo en la sección de juguetes, cualquier cosa que lo distraiga de lo que acaba de pasar.

Esto no puede ser bueno para su psique.

Finalmente se tranquiliza cuando intenta alcanzar un mini copper eléctrico en color azúl a control remoto y lo pongo detrás del volante para alcanzar mi billetera. Si el juguete puede hacerlo olvidar el llanto, lo llevaré.

Después de ver a Albert llorar hasta quedarse dormido, me convenzo de que dejar ir a la señorita Steele no es una opción, la necesito. Albert la necesita.

Tengo qué convencerla de quedarse.

A primera hora de la mañana del día siguiente, entro a mi edificio con pasos confiados. He preparado todo un puto discurso sobre cómo los niños necesitan una influencia femenina esperando conmover a la niñera, pero dejo de pensar en eso cuando mi móvil suena.

Vázquez de Recursos Humanos me llama apenas entro al ascensor con Albert y Taylor.

—¿Señor Grey? —dice cuando respondo—. La señorita Anastasia Steele está aquí, presentando su renuncia. ¿Hay algo que debería saber? ¿Estamos siendo demandados por acoso?

¿Qué?

Maldito imbécil.

—Voy para allá, no dejes que se vaya.

Guardo el móvil y giro para mirar a mi empleado de confianza.

—Lleva a Albert a mi oficina, me reuniré con la señorita Steele y no quiero que él la vea.

Si esto va por mal camino, no quiero otra rabieta como la de ayer. No sé cuántos de esos autos eléctricos podría comprar antes de que se vuelva insoportable.

Jason toma al niño de mi mano cuando bajo en el cuarto piso, ellos suben hasta mi oficina mientras me tomo un momento para reordenar mis ideas y el discurso.

Mis pasos son lentos por el pasillo, y efectivamente Timothy no mintió. La chica castaña está sentada en su oficina, los brazos cruzados sobre su pecho sosteniendo el bolso. No parece molesta, solo triste.

—Buen día, señor Vázquez. Señorita Steele.

Tomo el asiento libre junto a ella, que apenas me mira.

—Gracias por venir, señor Grey. La señorita Steele está aquí presentando su renuncia como becaria y le hago saber de sus opciones.

Que no son muchas, en realidad.

La hago una seña a Vázquez para que salga de la oficina un momento, le toma un poco entenderlo y en realidad no luce muy convencido.

Cuando la puerta se cierra detrás de él, me giro para mirarla a ella.

—Señorita Steele, me disculpo si lo de ayer te hizo sentir incómoda. Ya había notado que Albert se sentía muy a gusto cerca de ti, solo no esperé que estuviera tan apegado. —ella sigue en silencio y mirando sus zapatos, así que continúo—. No te enojes con él, es muy pequeño para entender toda la situación y yo, no tengo la experiencia suficiente para corregirlo.

Ana Steele levanta su mirada azul hacia mi.

—Lo sé, Señor Grey. Y de verdad  lo siento mucho, pero no puedo ser lo que Albert necesita. Tengo 21 años, acabo de graduarme de la universidad y lo único que quiero es ser editora. —sus ojos brillan con lágrimas no derramadas—. Me he preparado tanto para lograr mi sueño que no voy a abandonarlo, ni siquiera por un dulce niño que necesita una madre. No puedo ser yo.

—Ana... —tomo su mano con suavidad—. Lo sé, sé que eres joven y que quieres realizar tus metas profesionales, lo entiendo. Pero dime, ¿Hay alguna pequeña oportunidad de que podamos permanecer en tu vida? Me ha costado mucho encontrar a una persona que Albert acepte, y no quiero perderte. Si al menos...

—No. —me interrumpe—. Es doloroso, y estoy segura que lo será para él también. Necesita una figura materna que esté todo el tiempo, y yo no puedo darle eso. No seré como mi madre, ni siquiera sé si quiero tener hijos alguna vez.

Carajo.

—Tal vez en tu tiempo libre podrías pasar unas horas con él, venir a visitarnos o salir a pasear como lo hicimos.

Ella aparta su mano y se endereza, poniendo distancia entre nosotros.

—Lo siento, Christian. No quiero encariñarme más con él y contigo, sabiendo que no puedo quedarme. —señala el escritorio de Vázquez y a la hoja con su firma—. Te dejo mi renuncia. De verdad lo siento.

Se levanta de la silla y sale antes de que pueda reaccionar, pero ¿Qué se supone que haga? ¿Rogarle? La chica no quiere quedarse y es obvio que mi encanto no fue suficiente.

Vázquez regresa a la oficina con un gesto de ceño fruncido.

—¿Todo bien?

—No. —pero ya no importa—. Ya veré la forma de resolverlo. Por favor, deposita el dinero de la señorita Steele en su cuenta y la liquidación.

—¿Seguro? Ella no terminó el plazo de su contrato.

Es lo menos que puedo hacer por el chantaje.

—Si, hazlo.

Salgo de su oficina y voy directo al ascensor, mi mente congelada con la imagen de ella tan triste, que me pregunto si habré empujado más allá de sus límites.

La puerta del ascensor se abre en mi piso y me dirijo a mi secretaria.

—Busca en la información que envío Welch por los datos de la universidad de la señorita Steele. —Andrea anota eficientemente en su libreta—. Comunícate con ellos y liquida su préstamo universitario.

Los ojos de mi asistente se abren mucho por la sorpresa.

—Si, señor Grey. —me alejo un par de pasos pero me detiene de nuevo—. De nuevo el señor Williams envió una nueva modificación para el acuerdo de custodia, ¿Lo envío a su abogado?

¿Albert Williams? Mierda, estoy fracasando en el puto asunto de la paternidad y tal vez él y su esposa harían un mejor trabajo que yo.

—Llámalo... Y dile que acepto.

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¡Feliz día de las madres para todas las que estén festejando hoy! 🥳💝

Este capítulo va dedicado a una Cerecita Honoraria del grupo 🍒 Mini Fer que estuvo cumpliendo años el viernes! F3RGrey Espero que haya sido un excelente día para ella 🙌✨

¡Saluditos! 💙

Señorita Steele (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora