Capítulo 31 💖

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No debería estar pensando en Anastasia Steele. Al menos no mientras hago esto, o con su padre en la misma habitación, como ahora.

Vuelvo mi atención a la mujer rubia frente a mi y lejos de la preciosa castaña que inunda mis pensamientos del día.

—¿Podría hablarme un poco más sobre su experiencia?

Ella arruga la nariz como si la hubiera insultado.

—Prácticamente crié a los hijos del ex presidente de la nación, puede encontrar su número en mi currículo si necesita más referencias.

Bajo la vista al documento y compruebo que lo que dijo es cierto, trabajó para el famoso político por más de ocho años y a través de los escándalos sexuales de sus hijos.

La mujer estira la mano desde su posición en el sofá para intentar tocar el brazo de Albert.

—Le sugiero que no... —advierto, pero es demasiado tarde.

El niño chilla como si le hubieran arrancado el brazo y canina más lejos de ella, directo a los brazos del señor Steele.

—¡No! ¡Nana! —chilla con su vocecita.

A Raymond no le queda más remedio que tomarlo en sus brazos.

—Lo siento por eso, señora Carrington, Albert es muy quisquilloso sobre quién puede tocarlo.

La mujer arruga el gesto de nuevo.

—Lo que necesita es disciplina, señor Grey.

Si, claro.

Pero no hoy, no ahora mientras intento desesperadamente conseguirle una niñera nueva que sea al menos tolerable para él y para mí. Y esta mujer definitivamente no lo es.

—Gracias, mi secretaria se pondrá en contacto con usted.

Me pongo de pie para que ella haga lo mismo y se largue de una vez de mi jodida oficina para que Albert pueda dejar de llorar. Espero que desde ahora sepa que esa llamada jamás llegará.

La cabeza rubia de Andrea se asoma por la puerta cuando la mujer sale dando un portazo.

—La siguiente candidata ya está aquí, señor Grey. —dice, y le hago un gesto con la mano para que la haga pasar.

Cuánto más pronto termine con esta mierda, más pronto podré volver al trabajo.

Apenas entra por la puerta, me percato del error. No solo porque la chica parece apenas mayor de edad, sino también porque parece estar grabando un vídeo o haciendo una transmisión en vivo.

—¿Señorita? —reviso el siguiente currículo en mis manos—. ¿Kathleen?

—Es Kaylin. —pone los ojos en blanco—. ¿Usted es Christian Grey?

Antes de que pueda responder, un muy enojado Jason Taylor entra en la oficina y toma el teléfono móvil de la chica, cortando la transmisión con un toque de su dedo.

—¡Oye! —chilla.

—No puedes hacer eso aquí, y te será devuelto cuando te vayas. Ahora dime, ¿Tienes experiencia siendo niñera?

La chica sigue mirando a Jason con ojos entrecerrados, pero lo deja ir y se gira para mirarme.

—No.

—¿Y por qué quieres ser niñera de mi hijo?

La chica hace un gesto hacia las paredes de cristal de mi oficina que muestran una impresionante vista de la ciudad.

—¡Por el dinero! Y porque mis seguidores amarán saber todo lo relacionado con su vida.

Maldita sea, no por favor.

—Eso no será posible, Kaylin. Y te agradezco que vinieras, mi secretaria se pondrá en contacto contigo si resultas seleccionada.

Asiento hacia Jason, que toma a la chica del brazo y la arrastra hacia las puertas de mi oficina.

—¡Hey! ¿Puedo conocer su apartamento? ¿Tiene alguna casa? ¿Por qué es padre soltero?

La voz de la chica se pierde con el ruido del ascensor gracias a la oportuna intervención de Taylor, que me evitó además hablarle a la chica sobre el contrato de confidencialidad.

—Señor Grey, —Andrea asoma la cabeza de nuevo—. ¿Quiere que pase a la siguiente candidata?

Mierda, no.

—He tenido suficiente por hoy, gracias. —giro para mirar a Raymond y Albert—. Pero esa chica me recordó sobre la casa que quiero ver, creo que es el momento oportuno.

Porque necesito un respiro.

Salgo con el niño y su guardaespaldas hasta el auto que Jason ya tiene preparado, y nos trasladamos a la zona norte de Seattle, a un residencial de lujo con casas enormes y patios traseros con vistas perfectas.

La investigación de mi secretaria dice que la casa ha estado en venta por al menos cuatro meses, y si me gusta haré una oferta por encima del precio, eso debería ser suficiente.

Cuando pasamos la reja que protege el perímetro, sé que la casa será una compra segura. No solo tiene la privacidad y la seguridad suficiente para una persona como yo, también tiene el espacio necesario para que Albert pueda andar en bicicleta cuando tenga la edad suficiente.

Lo libero de la silla a mi lado y tan pronto como sus pequeños pies tocan el camino de la entrada, sale corriendo hacia la casa con un Raymond Steele pisándole los talones.

—Creo que le gusta. —dice Jason cuando me detengo a su lado.

—Es una buena casa, con espacio suficiente para todos. —una sensación de pesadez se instala en mi pecho porque no importa cuánto lo intente, solo seremos Albert y yo.

—¿Quiere que me quede con Albert mientras revisa el interior?

Palmeo su hombro en respuesta y entro en la propiedad. Cómo supuse, hay polvo acumulado sobre los pocos muebles de estilo rústico que quedan en la sala. Me gustaría mucho que la casa sea remodelada, pero dudo que pueda hacerse algo en un par de meses.

—Si. Luego trae a la compañía de limpieza para que dejen todo listo para la mudanza. Realmente me gustaría festejar aquí mi primera navidad con Albert.

Taylor toma el teléfono y sale de la casa, dejándome solo con mis pensamientos. De nuevo me estoy equivocando. Estoy pensando en lo que no tengo, en lugar de concentrarme en lo que sí: un hijo, una familia extensa y una hermosa casa que será un hogar.

Si, eso es lo que debería hacer. Solo Albert y yo.

Giro ante el sonido de pasos subiendo el porche y veo a Albert caminar de la mano de Raymond Steele. Mi hijo luce realmente feliz de la mano de su persona favorita.

Y eso hace que tenga una gran idea.

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¡Capítulo pendiente!

Una sorpresa en progreso 🤭

(◍•ᴗ•◍) 💙

Señorita Steele (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora