Capítulo 18 💖

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Me estoy esforzando.

De verdad. Sé que esta es mi oportunidad de impresionar a la señorita Steele con todo el encanto que poseo, además de mis numerosas propiedades: Escala, Nueva York, Aspen, mi catamarán, Charlie Tango... No podrá resistirse a mí.

Hice despejar la sección especial en el Mile High solo para nosotros, y el chef Preston está encargándose de que los platillos sean mucho mejores que los de la gala. Es el plan perfecto.

Taylor acerca la silla alta de Albert hasta que toca la mesa y retrocede para darnos privacidad. La chica castaña mira a su alrededor con las cejas fruncidas.

—El lugar está muy solo, ¿Tiene poca demanda?

Sus palabras me irritan al instante.

—Por el contrario, señorita Steele, es el lugar más exclusivo de la ciudad y las reservaciones se hacen con al menos seis meses de antelación.

Oh. —su pequeña boca hace una mueca—. ¿Y como obtuvo una mesa esta noche? No me lo diga. —esa ceja sabelotodo se arquea en su frente—. También es adivino.

Ja.

—Qué graciosa. —tomo un gran trago de mi whisky para aliviar mi garganta reseca—. En realidad, soy el dueño.

El ligero movimiento de sus ojos es lo único que delata su sorpresa. Si está impresionada por eso, será completamente mía para mañana en la mañana.

—Vaya —balbucea en voz baja—. Definitivamente estoy sacando provecho de esos 24 mil dólares. ¿Puedo tener otra copa de champán y pastel de chocolate de postre?

—Por supuesto que puedes, Ana.

Ella me mira por un breve instante antes de tomar la mano de Albert que agita la servilleta de tela. Preston está preparando algo para él también porque un niño necesita más que solo zanahorias.

Lo sé porque lo leí.

Relleno la copa de Ana dos veces más en el transcurso de la cena y me aseguro de ser un total caballero en nuestra conversación, incluso cuando lanzo algunas indirectas a ella.

—¡Papá! —chilla el niño, agitando su mano hacia mí—. ¡Papá!

Me inclino para mirarlo.

—¿Qué sucede? ¿Terminaste tu cena?

Los pequeños trozos de pollo a la parrilla y especias están esparcidos por todo el plato, la mesa y probablemente en el suelo. Creo que está cansado de la silla, así que lo tomo en mis brazos y lo siento en mi regazo.

—¿Están listos para salir?

La chica castaña bebe el resto de su copa de champán y asiente, pero su cabeza se sacude ligeramente achispada por el alcohol y decido que es el momento perfecto para nuestra siguiente parada.

Levanto a Albert con un brazo y estiro la mano libre hacia la señorita Steele.

—Venga conmigo, hay algo que quiero mostrarle.

Su mano temblorosa toma la mía.

—¿A dónde vamos?

—A dar un paseo.

Ella se levanta de la silla y camina, pero tropieza un poco y me veo obligado a sujetarla de la cintura para que no se caiga; el toque la hace sonrojarse.

—Lo siento, creo que he bebido mucho champán esta noche.

—No lo sienta. —mi mano se desplaza más arriba por su costado—. Es mi deber ayudar a una dama en apuros.

Le hago una seña a Taylor para que se acerque y tome a Albert, así puedo llevar a la señorita Steele en mis brazos como lo hice en la gala. Antes lo hice para obligarla a bailar, justo ahora solo quiero tocarla.

Y ella debe estar afectada de verdad porque me permite llevarla sin quejarse. Todos salimos de la Torre y subimos al auto, solo serán un par de minutos hacia la bahía.

Los ojos de la señorita Steele miran con atención mientras nos acercamos al muelle, los somnolientos ojos de Albert se cierran de sueño en su sillita.

—Es aquí. —le ayudo a bajar y espero a que Taylor tome al niño. No estoy cometiendo el mismo error dos veces.

—¿Aquí? —señala el catamarán y de pronto ya no parece tan achispada—. ¿Un bote?

—Catamarán —corrijo—. ¿Por qué luce tan sorprendida? Será divertido.

Su dedo apunta al niño dormido en los brazos de mi guardaespaldas.

—Es un bote y estoy segura que Albert no sabe nadar. Incluso si lo supiera, es un lugar muy peligroso para un niño tan pequeño.

¿Qué?

El enojo se refleja en su rostro y si, ahí va mi oportunidad de impresionarla. La chica ahora molesta hace una mueca de desagrado.

—Creí que le gustaría pasear.

—Y yo creí que quería mantener a su hijo a salvo, señor Grey.

Exagera. No es como que estoy lanzando al infante por la borda. Lo señalo para enfatizar mis palabras.

—Esta dormido, seguramente dormirá toda la noche y se quedará en el camarote.

—¿Y si no lo hace? —insiste—. Podría despertar en medio de la noche y llorar porque desconoce el lugar. —sus ojos se abren de golpe—. Por Dios, no me diga que ya lo ha traído aquí antes.

—¡Por supuesto que no!

Pocas personas han estado en mi catamarán, y Albert es una adición reciente a la familia. Pero se equivoca en una cosa, no lo traería aquí si considerara que es peligroso.

—De todas formas me niego a subir. —se da la vuelta y se dirije al auto—. Lléveme a casa, señor Grey.

Carajo.

Siento que doy un paso adelante y dos para atrás con ella. Mierda, esto no me pasa con las otras chicas, la mayoría de las veces solo basta un vistazo rápido o decir mi nombre en voz alta y ellas están lanzando sus bragas en mi cara.

¿Habrá algo mal en ella?

Eso explicaría por qué aún es soltera y vive con su padre. Tal vez es una chica demasiado sobreprotegida o con mal carácter. No lo sé.

Tendré que descubrirlo.

Cuando miro de nuevo hacia ella, está en el auto acomodando al dormido Albert en la silla y se desliza a su lado, evitando mirarme.

Suspiro profundamente antes de regresar al auto.

—Bien, la llevaré de vuelta a su casa, pero le advierto que la experiencia no ha terminado. —giro desde el asiento del copiloto para guiarle un ojo—. Prepárate para ser impresionada.

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Bienvenidas las nuevas Cerecitas ☺️🙌✨🍒

(◍•ᴗ•◍) 💙

Señorita Steele (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora