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Jungkook lucía inocente.

Ayer subió un video excitante en su canal. Quince preciados minutos de masturbación y gemidos retenidos.

Y hoy luce muy inocente.

Por primera vez me sentí muy celoso al leer los comentarios, hay cientos de hombres que le describen a la perfección las cosas que le harían si lo tuviera cerca.

La sangre me hierve con tan sólo recordarlo y él no tiene ni la menor idea de esto. Él continúa luciendo inocente, mientras un caramelo entra y sale de su cavidad bucal, rozando esos carnosos labios.

—¿Me estás diciendo que Hyeri trató mal a Jungkook?

—Sí, Jimin.

Mi vista no se despegaba de Jungkook y él me dedicaba sonrisas cómplices.

El estúpido profesor de Inglés decidió separarnos porque dijo que distraigo mucho a Jungkook, la verdad es que es él quien me distrae con esa linda carita y follable boquita.

Faltaban cinco minutos para que esta mierda terminara.

—Tae, ella podría...

—No, no lo hará. Es una chica fácil y le encanta besarse con el capitán del equipo de fútbol.

—¿Y eso qué?

—Que ella es una linda porrista que quiere ser popular besándose conmigo. Nada fuera de eso le importa.

—¿Qué hay de Jungkook?

—Ah. Jungkook me tiene loco y es mío, mi novio.

Antes de que Jimin me regañara, la campana había sonado y la mayoría de estudiantes ya estaba abandonando el aula, entre ellos el enano.

Jungkook besó mis labios y pude disfrutar del duce sabor de su caramelo.

—Preciosura.

—Guapo.

—Quítate algo de ropa, mh.

—Nos pueden ver...

—Me importa un carajo.

Su expresión se veía divertida y una idea cruzó por mi cabeza.

—Me excita que hables así...

Mis dedos se deslizaron hacia su pantalón escolar y con calma bajé el cierre del mismo. El bóxer no tardó en caer tras de aquella prenda, y mi visión admiró la semi erección de su pene. La luz del sol se colaba por los ventanales, podía divisar a varios estudiantes en el primer piso, saliendo y entrando por el portal. Esa misma luz me ayudó a con templar el color rosa de su glande y su lampiña entrepierna.

Jodida y deliciosa piel suave.

Fuimos avanzando poco a poco hacia la mesa del maestro, en la cual dejé que se recostara.

Por su parte, él sostuvo aquel chupetín entre sus dientes y abrió sus piernas, dejándome el total acceso a su entrada.

La adrenalina corría por mis venas.Cualquiera podría entrar, cualquiera.

—Dámela.

Sin agregar más, arrebaté el caramelo de sus labios y lo reemplacé por los míos.

Mi diestra, la que sostenía el chupetín, se dirigió hacia su entrada y comenzó a tantear en la zona. Jungkook se separó de mi boca y me miró con atención.

—¿Q-qué haces?

—Juego un poco.

Introduje esa chuchería en su interior, aprovechando que ésta aún continuaba húmeda y él ronroneó como una gatita en celo.

—N-no...

El objeto penetraba su interior y la calidez de sus paredes hizo que alguna gotas del dulce se deslizaran por sus piernas. Mi lengua tuvo la curiosidad de probar y así lo hizo, sus manos tomaron mis cabellos y jalaron de ellos con cuidado.

Algunas risas resonaron por el pasillo. 

Nos iban a atrapar.

Saqué el dulce de su ano y lo metí en mi boca. Jungkook temblaba ligeramente y subió sus pantalones con velocidad.

—Jungkook...

—¿Qué haces chupando eso?

Sus mejillas se veían muy rojas y su respiración estaba acelerada.

—Porque me gusta.

—T-tíralo.

Algunos compañeros ingresaron al salón y sacaron sus materiales. Uno que otro nos miró con una expresión rara, pero nos dejaron solos al final.

—¡No!

—Taehyung yo...

Atrapé sus labios en un beso y lo callé.

Gran día.

Dos Gotas De Agua || «VKOOK» [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora