LIBRO 3- SIEMPRE FUISTE MÍA.
Hilo Rojo.
(((CORRIGIENDO Y EN PROCESO)))
Él tiene hielo en su mirada y ella miel en la suya, él es fuego y ella agua... Ella cielo, él infierno... Dos seres totalmente opuestos, pero a la vez tan complementarios, porque...
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Demian.
Angge y Max están ya en la ciudad y ellos fueron los que se encargaron de hacer todo lo que tenía planeado desde hace mucho.
Si, me ayudaron en el proceso, pero aunque cueste creerlo lo de los globos y las fotos fue toda idea mía, porque de esa manera quería hacerle recordar a Aleska que aunque hemos pasado por cosas muy fuertes, también hemos pasado por muy buenos momentos y quiero que sean esos momentos los que tengan más peso en nuestra relación, y que nos enfoquemos en lo bueno y olvidemos lo malo, lo que ya no vale la pena recordar.
Después de tener una cena romántica nos vamos a la tina, que está llena de pétalos de rosas y si, para que negarlo todo les quedó perfecto, quería hacerla sentir especial y si no me equivoco, creo que lo logré.
Estamos en la tina y tengo la espalda de Aleska pegada en mi pecho mientras mis manos estrujan sus montículos y mi boca lametea su piel, una de mis manos se desliza por su abdomen introduciendo dos dedos en su canal y su espalda se arquea jadeando bajo cerca de mi oído.
Baja una mano colocándola encima de la mía guiando el movimiento de mis dedos.
-¿Suave?-Susurro cerca de su oído.
Traga grueso respirando agitado.
-Ujum-Mueve la cabeza de arriba a abajo.
Subo mis dedos a su clítoris y jugueteo con su perla rosada.
El baño de nuestra habitación está a oscuras y solo alumbra la estancia las luces de las velas aromáticas.
Deslizo mis manos a sus tetas y muerdo el lóbulo de su oreja.
-Voltéate.
Se acomoda encima de mi regazo a horcajadas y llevo mi cabeza hacia atrás cuando esconde su cara en mi cuello dejando leves mordidas y lamidas demostrando así lo urgida que está.
La tomo de la cintura encajándola en mi verga y ambos nos miramos cuando sus manos se posan en mis hombros y baja lentamente envolviendo mi falo con su carne.
-¿Por qué eres tan rica?. Mmm-Tenso la mandíbula.
-Joder.. Cómo me encanta esto, siento que voy a morir cada vez que estamos así.
-Déjame llevarte al cielo y traerte de vuelta.
Lleva su cabeza hacia atrás ondeando sus caderas jadeando bajo. El Vaivén de su cuerpo me lleva a las puertas del paraíso, sus ojos brillan como estrellas, su piel se eriza, somos eternos en este momento que se volverá fugaz en solo instantes.
Me manda a un abismo donde quiero morderla, chuparla y marcarla, pero me calmo y solo me limito a deslizar mi lengua por su cuello porque a donde iremos mañana mostrará mucha piel y no puedo marcarla como quisiera.
