Aleska.
Estas vacaciones junto a nuestras familias y amigos nos hizo relajarnos un poco y olvidarnos de tantas preocupaciones, aunque Demian no se relajó casi nada, pues lo único que hizo fue velar que no hiciera nada inapropiado por el embarazo.
Mi familia, la suya, Max y Angge, Sofía, Andrey junto con Anne, nos olvidamos por una semana del frío y nos relajamos en unas de las bahías de Miami.
Tengo mi espalda apoyada del pecho de mi esposo con mis ojos cerrados sonriendo con lo que me dice pegado a mi oído. Siento la brisa mover mis cabellos y chocar con mi cara mientras sus manos acarician mi bajo vientre. Estamos sentados en la arena, alejados de todos y desde nuestro lugar escucho el romper de las olas en la orilla.
Ya hoy es nuestro último día en la playa y Demian no me a dejado bañar en toda esta semana que llevamos aquí, ya que según mi mamá, tan supersticiosa como siempre, dice que la mar se pone molesta cuando una mujer embarazada la visita, y pues mi esposo tan exagerado y crédulo, no me a dejado ni poner un pie en la orilla. Prefiere ir por cubetas de agua para mojarme mientras yo lo espero sentada en una silla.
Río encogiéndome de hombros cuando esconde su cara en mi cuello y susurra cosas burlándose de mí haciéndome cosquillas.
Giro mi cabeza apoyándola en su hombro para mirarlo sonriente. Está totalmente bronceado con mechones de sus cabellos en su frente, tiene su pecho descubierto y está solo en bañador.
-Claro que no fue así-Refuto ofendida, con pena y diversión.
-Yo tengo vagos recuerdos de ese día y recuerdo que te comías los mocos.
-¡Demian!-Le pego en su hombro y él se burla de mí-Yo no comía mocos, además lo que dijo mi papá me asegura que venías defectuoso de fábrica, porque a esa edad ya eras posesivo.
Mi papá nos contó que durante aquellas vacaciones de mi infancia, cuando fuimos a la playa y coincidimos con Demian, él no me dejaba jugar con nadie más. Ahuyentaba a los otros niños que querían jugar conmigo.
-Bueno, de pequeño siempre cuidé lo mío. Mi instinto ya me decía que me pertenecías.
Me toma de la barbilla con brusquedad y baja su cabeza besándome a la fuerza. Lame mis labios y después me mira con una sonrisa ladeada.
-Ahora de adulto, no solo tengo que cuidar de ti, si no también de él o ella-Posa su mano en mi vientre.
Le sonrió con ternura.
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3-SIEMPRE FUISTE MÍA (+21)
RomanceLIBRO 3- SIEMPRE FUISTE MÍA. Hilo Rojo. (((CORRIGIENDO Y EN PROCESO))) Él tiene hielo en su mirada y ella miel en la suya, él es fuego y ella agua... Ella cielo, él infierno... Dos seres totalmente opuestos, pero a la vez tan complementarios, porque...