LIBRO 3- SIEMPRE FUISTE MÍA.
Hilo Rojo.
(((CORRIGIENDO Y EN PROCESO)))
Él tiene hielo en su mirada y ella miel en la suya, él es fuego y ella agua... Ella cielo, él infierno... Dos seres totalmente opuestos, pero a la vez tan complementarios, porque...
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Demian.
Me abotono la camisa manga larga negra que me coloqué con unos vaqueros mirándome en el espejo mientras escucho desde mi posición a Aleska quejarse. Se bañó conmigo, pero está desnuda aún en la cama.
-Demian es mi cumpleaños-Tiene los brazos cruzados sobre su pecho mirándome molesta desde la cama mientras yo la veo a través del cristal del espejo-Además se supone que todos en la empresa están de vacaciones por navidad.
-Pero el deber me llama-Me peino los cabellos-Trabajo es trabajo nena, te metiste con un empresario, así que no te quejes.
-¿De verdad así será nuestro primer cumpleaños juntos?-Cuestiona.
Me voy hacia el cuarto del armario y reviso la gaveta de los relojes, le hablo alto desde mi posición.
-Te canté el cumpleaños con un pastelito, ¿No?
-Mandaste a comprar un cupcake con el escolta-Lo dice con ironía-Y ni siquiera pudiste cantarme cumpleaños completo porque no sabes esa canción que es tan tradicional en todo el mundo.
Río, porque de verdad no me se esa canción de mierda.
-Bueno, pero te canté cumpleaños con lo poco que me sabía, ¿No?-Salgo hacia la habitación arreglando el reloj en mi muñeca-Siempre me has dicho que lo que realmente cuenta es la intención-Me mira mal-Además sabes bien que las sorpresas se me dan fatal.
Resopla y se tumba en la cama con sus brazos cruzados mirando al techo.
Me río y me voy tumbándome en la cama a su lado. Dejo un beso en su mejilla, y después en su boca, luego bajo a su cuello. Miro sus tetas y lo que deseo cada día desde que nos enteramos del embarazo es que estos melones que estoy manoseando se conviertan en unas grandes sandías.
-Déjame-Me manotea mis manos de sus tetas.
Me coloco frente a su rostro. Sus ojos le brillan, pero es por las lágrimas que tiene retenidas.
El corazón se me comprime. Que mal me siento.
-No te molestes, si-Rozo nuestras narices-Te prometo que termino temprano mis pendientes de la empresa y más tarde te llevo a cualquier restaurante. El trabajo es más importante nena, eso lo sabes.
Mis palabras le duelen, pero no dice nada, ya que el llanto lo tiene acumulado en su garganta y me molesta hacerla sentir así, pero quiero ponerle más emoción a la sorpresa. En su cabeza loca pensará que no le estoy dando importancia a su cumpleaños y si ella supiera que llevo más de un mes planeando todo.
-Ya no te amo-Mira al techo y sus lágrimas empiezan a recorrer sus mejillas.
-¿Ya no me amas entonces?-No puedo evitar la risa que dibujan mis labios, pero es que se ve tan tierna siendo tan consentida.
