Aleska.
Tengo rato que desperté y aún sigo con medio cuerpo encima de mi esposo. Mi mirada está fija en la ventana del camarote y puedo escuchar desde aquí las olas del mar cuando chocan con el yate y el cantar de las gaviotas.
Me acurruco al hombre que no pierde la costumbre de tapar su cabeza con una almohada a la hora de dormir, entrelazo mi pierna con las suyas y lo envuelvo en mis brazos, me aferro al cuerpo calentito que está a mi lado. Abrazo con fuerza a mi osito de carne y hueso que no deja de quejarse porque lo estoy despertando y él quiere seguir durmiendo.
Quito la sábana que cubre nuestros cuerpos, él está solo en bóxer y yo estoy en cachetero y cotica, su cuerpo está totalmente bronceado igual al mío, este fin sí que la pasamos al máximo, ya hoy es lunes y será nuestro último día de estancia en la ciudad de Miami.
Me alegra tener la dicha de reunirme con mis amigos, y el que Demian haya traído a Sofía me alegra aún más, a ella la considero más que una amiga y me alegra mucho verla aquí después de tanto tiempo y que ambas disfrutemos juntas un fin de semana.
Levanto levemente la almohada que cubre su cara para mirarlo y él tiene sus ojos totalmente cerrados, pero sé que puede sentir mi mirada y el que hable me lo confirma.
-Puedes dejar de verme como una loca obsesionada con su marido.
-Ño-Termino de quitar la almohada de su rostro y le doy un beso en su mejilla-Buenos días, amor mío.
Escondo mi cara en su cuello y acaricio su pecho con mi mano.
-¿Quieres que te coja?
Tuerzo los ojos, este hombre se ganó un Óscar por arruinar los momentos románticos.
-Demian solo te estoy haciendo cariñitos. ¿No te puedes dejar mimar sin llegar a hacer el amor?-Me quejo.
-Dame cariñito con una mamada matutina.
-Demian-Le pego un golpe en su hombro y él ríe-Déjate mimar vale-Lo regaño.
-Ya, está bien, dame cariñitos entonces-Me envuelve con unos de sus brazos mientras yo lo abrazo fuerte y dejo besitos en su cuello.
-Te estoy dando tu dosis diaria de dulzura, porque yo soy el botecito de miel que endulza tu amargadez.
-Lo que tú digas.
Él aún tiene un brazo cubriendo sus ojos y yo apoyo mi barbilla en su pecho y lo miro fijamente cuando mis dedos acarician sus labios.
-¿Estás idolatrando a tu marido?-Bromea con sus ojos aún tapados.
-Te amo tanto-Le digo-¿Logras deducir porque lo hago?
-No sé-Hace una mueca de arrogancia-Tal vez por ser tan hermoso, por mi físico, por ser el demonio que aviva tus llamas o podría ser porque soy un hombre que está jodidamente enamorado de su mujer.
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3-SIEMPRE FUISTE MÍA (+21)
RomanceLIBRO 3- SIEMPRE FUISTE MÍA. Hilo Rojo. (((CORRIGIENDO Y EN PROCESO))) Él tiene hielo en su mirada y ella miel en la suya, él es fuego y ella agua... Ella cielo, él infierno... Dos seres totalmente opuestos, pero a la vez tan complementarios, porque...