24-Eres Tú.

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Aleska

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Aleska.

Tengo rato que desperté y aún sigo con medio cuerpo encima de mi esposo. Mi mirada está fija en la ventana del camarote y puedo escuchar desde aquí las olas del mar cuando chocan con el yate y el cantar de las gaviotas.

Me acurruco al hombre que no pierde la costumbre de tapar su cabeza con una almohada a la hora de dormir, entrelazo mi pierna con las suyas y lo envuelvo en mis brazos, me aferro al cuerpo calentito que está a mi lado. Abrazo con fuerza a mi osito de carne y hueso que no deja de quejarse porque lo estoy despertando y él quiere seguir durmiendo.

Quito la sábana que cubre nuestros cuerpos, él está solo en bóxer y yo estoy en cachetero y cotica, su cuerpo está totalmente bronceado igual al mío, este fin sí que la pasamos al máximo, ya hoy es lunes y será nuestro último día de estancia en la ciudad de Miami.

Me alegra tener la dicha de reunirme con mis amigos, y el que Demian haya traído a Sofía me alegra aún más, a ella la considero más que una amiga y me alegra mucho verla aquí después de tanto tiempo y que ambas disfrutemos juntas un fin de semana.

Levanto levemente la almohada que cubre su cara para mirarlo y él tiene sus ojos totalmente cerrados, pero sé que puede sentir mi mirada y el que hable me lo confirma.

-Puedes dejar de verme como una loca obsesionada con su marido.

-Ño-Termino de quitar la almohada de su rostro y le doy un beso en su mejilla-Buenos días, amor mío.

Escondo mi cara en su cuello y acaricio su pecho con mi mano.

-¿Quieres que te coja?

Tuerzo los ojos, este hombre se ganó un Óscar por arruinar los momentos románticos.

-Demian solo te estoy haciendo cariñitos. ¿No te puedes dejar mimar sin llegar a hacer el amor?-Me quejo.

-Dame cariñito con una mamada matutina.

-Demian-Le pego un golpe en su hombro y él ríe-Déjate mimar vale-Lo regaño.

-Ya, está bien, dame cariñitos entonces-Me envuelve con unos de sus brazos mientras yo lo abrazo fuerte y dejo besitos en su cuello.

-Te estoy dando tu dosis diaria de dulzura, porque yo soy el botecito de miel que endulza tu amargadez.

-Lo que tú digas.

Él aún tiene un brazo cubriendo sus ojos y yo apoyo mi barbilla en su pecho y lo miro fijamente cuando mis dedos acarician sus labios.

-¿Estás idolatrando a tu marido?-Bromea con sus ojos aún tapados.

-Te amo tanto-Le digo-¿Logras deducir porque lo hago?

-No sé-Hace una mueca de arrogancia-Tal vez por ser tan hermoso, por mi físico, por ser el demonio que aviva tus llamas o podría ser porque soy un hombre que está jodidamente enamorado de su mujer.

3-SIEMPRE FUISTE MÍA (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora