LIBRO 3- SIEMPRE FUISTE MÍA.
Hilo Rojo.
(((CORRIGIENDO Y EN PROCESO)))
Él tiene hielo en su mirada y ella miel en la suya, él es fuego y ella agua... Ella cielo, él infierno... Dos seres totalmente opuestos, pero a la vez tan complementarios, porque...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Demian.
Mi mano no suelta la de Aleska cuando hacemos un recorrido en el prestigioso resort Miami Cavalier Beach, es exclusivo y solo personajes famosos y reconocidos pueden adquirir acciones y formar sociedad en este lujoso lugar.
Después de casi dos horas de caminar y recorrer el exterior como el interior, decido firmar el documento que me hace socio del resort y una hora después nos encontramos abordando el Jet que nos llevará a los ángeles.
Andrey y Max se fueron con sus respectivas mujeres a Nueva York, yo tengo que ir a cerciorarme que todo en la empresa de los ángeles esté marchando bien, ya que hay unos balances que no me cuadran del todo y necesito poner todo al día.
Cinco horas después y el aeropuerto de los ángeles nos recibe y es el escolta de Aleska quien nos abre la puerta de la camioneta cuando salimos para abordar el vehículo.
Aleska ha estado cansada y no es para menos, este fin sí que nos desmadramos y disfrutamos a más no poder, está totalmente bronceada, la piel le arde y no ha parado de quejarse.
Aleska aborda el carro primero y yo fijo mi atención en el hombre frente a mí.
-¿Ya las maletas están en el departamento de mi mujer?-Pregunto al escolta.
-Sí señor.
-¿Y el perro?
-También está ya en su departamento y los anillos están en su estuche en la mesa de su departamento, señor-Informa.
Hago un gesto de asentimiento y seguidamente abordo el carro.
-¿Dónde vamos?-Pregunta Simon poniendo el auto en marcha.
-A la empresa-Le informo.
Mandé a comprar para tener aquí una camioneta blindada BMW X5 para tener como desplazarnos, realmente solo venimos de pasada, ya que después que pase lo de las Vegas nos vamos directo a Nueva York nuevamente, mis negocios más importantes están allá y aquí lo único que tengo es que ponerme al día y que me den memoria y cuenta de todos los movimientos.
Aleska se viene hacia mí apoyando su cabeza en mi hombro.
-Me chento mal-Dice con voz mimada envolviendo un brazo alrededor de mi torso.
-Sube el vidrio-Exijo al escolta, ya que no voy a perder mi hombría por la forma en que voy a hablar.
El vidrio insonoro sube dándonos privacidad, tomo a Aleska de un brazo atrayéndola a mí abriéndola de piernas encima de mi regazo.
-¿Te chentes mal?-Le hablo en voz mimada cuando acuesta su cabeza en mi hombro y creo que sí, realmente sí se siente mal porque la siento decaída.
-Chi-Envuelve sus brazos alrededor de mi torso-Creo que tengo fiebre.
-A ver-La saco de mi hombro y coloco mis manos en sus mejillas y está totalmente fría-Si nena tienes fiebre-Miento, no tiene fiebre, pero sé que no me miente cuando dice que se siente mal, a lo mejor debe tener fiebre por dentro.