Demian.
Me siento como un pendejo al ceder ante la exigencia y el capricho de mi mujer, pero creo que se lo merece, no creo, se lo merece.
Ayer accedió un poco al dejar que la hiciera mía otra vez y aunque disfrutó del momento pude ver después el arrepentimiento en su mirada. No quiero que sienta que está perdiendo su dignidad al estar conmigo, quise ir poco a poco, ganarme su confianza nuevamente, pero mis instintos carnales no me lo permitieron.
El sentir sus fluidos recorriendo mi lengua para después deslizarse por mi garganta acompañado de esas fresas me hizo activar mi perversión y mi dependencia, y aunque la dejé sola para así tratar de calmarme no pude, porque simplemente mi cuerpo la necesitaba, como necesita un adicto su droga, como animal queriendo saciar su hambruna.
Ella quería lo mismo, lo sé, pero me jodio esa chispa de remordimiento que me reflejaron después sus ojos. Soy su marido y no quiero que sienta eso cada vez que estemos juntos.
A pesar de que ya dimos el paso en hacer el amor, aún así, no quiso dormir conmigo. Después de lo que pasó en la sala, no volvimos a cruzar palabras ni miradas y está mañana solo se limitó a hacer el desayuno, comimos en silencio.
Y suspiro con añoranza al recordar el momento tan placentero que sucedió en la sala de nuestro departamento.
«Me la chupó y se lo disfrutó»
Apoyo mi codo en la ventanilla del auto y acaricio mis labios mientras conduzco mirando al frente. Ella está a mi lado en silencio con el perro marica sentado en sus piernas.
A esa mujer le encanta tener mi verga en su boca, se lo disfruta, se lo saborea. Jadeaba mientras movía su cabeza. Se vino dos veces mientras me la chupaba. Su saliva destilaba hasta mis bolas y puedo asegurar que ella estaba aún más mojada que yo. Me sacó la leche y se la saboreo lamiendo sus labios dichosa de lo que mi cuerpo le ofrecía.
El tráfico nos agarra y el silencio nos envuelve, soy yo quien habla rompiendo con este silencio que me aturde.
-¿Por qué estás tan callada?
-No quiero hablar.
-Ok.
Soy un bruto y no se que decir para aligerar la situación. No tengo esas palabras que tal vez ella necesita escuchar. Me jode que pueda estar molesta o arrepentida de haber estado conmigo después de todo lo que sucedió, pero en algún momento esto tenía que pasar, ¿No?.
Somos pareja, vivimos juntos, en algún momento sus murallas iban a ceder y arreglaríamos las cosas de esta manera., porque así siempre arreglamos nuestras diferencias, pero aún después que follamos, la siento distante, su palabra amor se rehúsa salir de su boca y no es esa persona mimosa y cariñosa que siempre ha sido conmigo, y extraño volverme un crío consentido cuando estoy a su lado.
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3-SIEMPRE FUISTE MÍA (+21)
RomansaLIBRO 3- SIEMPRE FUISTE MÍA. Hilo Rojo. (((CORRIGIENDO Y EN PROCESO))) Él tiene hielo en su mirada y ella miel en la suya, él es fuego y ella agua... Ella cielo, él infierno... Dos seres totalmente opuestos, pero a la vez tan complementarios, porque...