LIBRO 3- SIEMPRE FUISTE MÍA.
Hilo Rojo.
(((CORRIGIENDO Y EN PROCESO)))
Él tiene hielo en su mirada y ella miel en la suya, él es fuego y ella agua... Ella cielo, él infierno... Dos seres totalmente opuestos, pero a la vez tan complementarios, porque...
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Aleska.
Cuatro días en los que tuve que tener reposo porque no podía ni caminar y al hacerlo parecía un pingüino. Ya el dolor en mi entrepierna es leve, gracias a los analgésicos, pero aun así, se puede sentir un poco la molestia.
No asistí está semana a la universidad y la razón es más que evidente, pero si he mandado mis obligaciones por correo para no atrasarme.
Estoy acostada en la cama del hotel donde me estoy quedando, firulais está a mi lado viendo comiquitas mientras yo tengo una conversación con mi amiga Sofía por videollamada.
-Te ves rara. ¿Sabías?. Siento que eres otra persona y no mi Alesky.
Arqueo mis labios con una sonrisa.
-Yo también me siento extraña, pero el cambio me gustó.
-Si, te ves bonita, será cuestión de acostumbrarse. ¿No?
Asiento y sigue.
-Y cuéntame aparte de eso, ¿Qué más hiciste para vengarte?
-Le rallé toda la carrocería de sus carros con un cuchillo y después le espiché los cauchos-Le comento lo que le hice.
Me dejé llevar por la rabia, pero no me arrepiento.
-Le hubieses escrito con spray que era gay y que lo habías conseguido en una orgía mientras se lo follaban.
Río.
-Lo pensé, pero no tenía spray y escribirlo con el cuchillo me hubiese tomado tiempo.
La veo caminar por su departamento hasta que llega a la cocina.
-¿Pero ya te sientes bien?
-Si-Acomodo mi cabeza sobre una almohada-Ya puedo caminar normal y no parecer un pingüino.
-¿Te dejó el chocho como una rosa?
-¿Cómo así?-Arrugo las cejas.
-Roja y brotada.
Reímos como focas.
-Pues si. Poco a poco está volviendo a su normalidad.
Ella apoya sus codos en la barra de su cocina mientras se empina un vaso con jugo.
-Es que yo te dije, una polla de ese tamaño es un desgarro cucal. Yo prefiero mi pipí tamaño normal, que duela, pero sabrosito.
-Pensé que me traspasaría el miembro hasta el estómago. Me asusté.
-¿Tú le has medido la polla a ese hombre?-Dice dudosa-No creo que tal tamaño sea 20 centímetros.
-No, la medida que le tengo es a ojo.
-Mmm. Bueno un tamaño así, a mi me da miedo y asco la verdad-Hace un gesto de desagrado.
