LIBRO 3- SIEMPRE FUISTE MÍA.
Hilo Rojo.
(((CORRIGIENDO Y EN PROCESO)))
Él tiene hielo en su mirada y ella miel en la suya, él es fuego y ella agua... Ella cielo, él infierno... Dos seres totalmente opuestos, pero a la vez tan complementarios, porque...
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Demian camina en un jardín de flores blancas, mariposas revolotean a su alrededor. Se escucha el canto de las aves.
A lo lejos ve a un niño vestido de blanco con sus cabellos azabaches sentado bajo los pies de un gran árbol frondoso que parece una nube de algodón. Se acerca con lentitud para un encuentro más cercano.
Se coloca frente al niño y mira lo que sus pequeños dedos dibujan en la arena, un sol, una luna y una estrella.
El pequeño alza la cabeza regalándole una cálida sonrisa mirándolo con sus grandes ojos grises haciendo que el corazón de Demian se desgarre y lágrimas rueden por sus mejillas.
«Es Dylan»-Susurra con impresión.
El niño baja otra vez su cabeza y sigue haciendo los mismos dibujos una y otra vez. Demian en silencio se sienta frente a él cruzando sus piernas.
-¿Por qué no pudiste quedarte con nosotros?-Corta con el silencio.
El niño levanta su cabeza buscando los ojos de su padre.
-El destino es un tejido frágil-Le responde con suavidad y calma-Pero el amor es mucho más fuerte. No te martirices, estoy donde debo estar. Todo está en su lugar.
Aleska.
Estoy en la sala de espera con mi cabeza apoyada en las piernas de mi papá mientras sus manos acarician mis cabellos.
El que haga tal gesto me lleva hacia mi infancia dónde en medio de mis temores en sus manos encontraba la tranquilidad que me hacía creer que todo estaba bien.
Estamos distanciados de todos y mi mirada está fija hacia el gran ventanal frente a mí, cinco días llevamos aquí en esta clínica y Demian no a mejorado, paso las 24 horas de vida, pero hay una fiebre que no cesa y a según los doctores es producto de una infección que aún no ha sido diagnosticada, ya que los exámenes que le han hecho no da con que tipo de infección es.
Por muy loco que sea, pienso que hay algo más que lo tiene así, creo sin temor a equivocarme que no quiere estar como está, pues prácticamente vive y respira es por medio de una máquina.
-Papi-Las lágrimas no dejan de salir de mis ojos-¿Recuerdas lo que me decías cuando era niña y los miedos me dominaban?
Sus manos no dejan de acariciar mis cabellos mientras yo tengo mi mirada perdida hacia el ventanal.
-Qué siempre que tuvieses miedo vinieras a mí y que en mis brazos todos tus temores se disiparian.
Las lágrimas no dejan de salir porque tengo miedo, siento que debo de arriesgarme y hacer lo que mi corazón me dicta, pero hacer tal cosa es poner la vida de Demian en riesgo y no quiero hacer tal cosa, pero siento que de igual manera lo estoy perdiendo... y yo me estoy perdiendo junto con él.
