La luz al final del camino

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...

Elena se encontraba en un lugar oscuro, tanto que no podía ver lo que había más allá de su nariz, volteó esperando que en algún momento de la vuelta encontrara un rayo de luz, por más pequeño y débil que este fuera.

En uno de los giros que dio, pudo notar un rostro, entonces detuvo su movimiento y se regresó lentamente hasta que lo pudo ver de nuevo.

Pronto se encontró con el rostro de James, quien al encontrarse cara a cara con la bruja, le sonrió.

---¡James!--- exclamó saltando hacia su amigo, atrapándolo entre sus brazos con una risa nerviosa y lágrimas de felicidad.

Lo apretó fuerte y hundió su rostro en su pecho, disfrutando la presencia de su amigo. Hasta que sintió que algo no andaba bien y se separó para poder volver a verlo.

Pero ahora era Lily quien se encontraba entre sus brazos, pero su apariencia hizo a la bruja soltar un grito de terror.

Pues estaba pálida y con los ojos vacíos, tonos negros y grises pintaban su piel.

Estaba abrazando el cadáver de su amiga.

Y a unos metros, se encontraba James, ensangrentado y moribundo arrastrándose con sus pocas fuerzas hacia Elena.

---S-Salva... A-a... Ha-Harry...--- pidió, dejando de moverse poco a poco, falleciendo en el suelo.

---¡James!... ¡JAMES!... ¡LILY!... ¡NO ME DEJEN, POR FAVOR!... ¡LOS NECESITO!... los necesito--- dijo en el silencio del lugar, aferrándose al cadáver de su amiga, llorando sobre él.

Finalmente abrió los ojos, despertando.

Sintió un retortijón horrible en el estómago, así que se levantó de la cama y tomó el vaso de agua que Dobby siempre procuraba dejarle en las noches.

Acarició a crookshanks (quien se encontraba dormido en el quicio de la ventana) y caminó hasta el calendario que Snape le había llevado.

Después de unos meses al fin se había animado a verlo, claro que se arrepintió en seguida al ver la fecha que era.

"19 de septiembre, 1983"

Apretó los dedos sobre el vaso, pues era el cumpleaños de Hermione, y próximamente el de Jane.

Su cuerpo comenzó a temblar de rabia y su mandíbula se crispó.

---¡AAAAAGH!--- gritó enfurecida, lanzando con toda sus fuerzas el vaso hasta la pared más lejana de su habitación, haciéndolo estallar en un millón de pedazos a penas visibles de cristal.

Comenzó a tirar sus cosas del escritorio como loca, pateando la silla, tirando el ropero de madera, azotando la silla contra el espejo que tenía, volcando su escritorio, desgarrando los papeles (que había llenado con ideas de escapar, o con citas de libros que no quería olvidar y le ayudaban a guardar la calma, además de ideas de lo que le haría a Lucius y Voldemort cuando escapara).

Se tiró en el piso llorando con fuertes sollozos por el dolor que sentía en su corazón.

El no poder estar con sus hijas para abrazarlas, besarlas y festejarlas junto con Sirius por sus 3 años le quemaba por dentro.

Llevó su cabeza al suelo, apretando la alfombra bajo sus dedos con la respiración agitada.

---¡MIERDAAAAA!--- volvió a gritar, logrando hacer volar algunos objetos sin tocarlos gracias a su magia.

Mi felicidad y mi tristeza [Pt.3] Sirius y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora