La cena

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Después de la triste y repentina partida de Lupin, a modo de agradecimiento con Molly (que ya los había invitado a quedarse a dormir gracias a la insistencia de sus hijos) decidieron comprar cinco cajas de pizza del puesto muggle a unas colinas de la madriguera, pues tenían una buena cantidad de dinero reservado que debían de comenzar a gastar si no querían ahogarse en el.

Fue en la décimo quinta vez que le pidieron al falso Dorian que les contara cómo había terminado siendo uno de los mejores jugadores, habiendo jugado ya de guardián, buscador, cazador y bateador, para después preguntarle cómo es que él y Elena se habían reencontrado y vuelto a enamorar que la mirada suplicante de Sirius le hizo entender a Elena que ya era hora de terminar con la farsa.

Para no provocarles un paro cardíaco por de repente encontrarse cenando con uno de los supuestos criminales más peligrosos del momento, comenzó explicándoles la trampa que Peter le había tendido, como él era el verdadero protector del secreto, y la forma en que logró escaparse de Sirius.

Una vez que creyeron sus palabras les permitió ver a Sirius, quien estuvo feliz de no tener que seguir fingiendo ser alguien que no era y tampoco le agradaba

---De haberlo sabido hubiéramos hecho que Arthur te sacara de azkaban--- soltó Molly apenada con su esposo a un lado asintiendo sin realmente creerse capaz de poder hacer eso.

---Estuviste durmiendo con un hombre todos estos años--- soltó Fred con una mueca de asco en el rostro mirando a su hermano, quien estaba sentado entre Harry y Jane.

---¿No te sientes violado, Ron? Es decir, siempre lo guardabas en tus bolsillos--- añadió George.

---¡NIÑOS!--- los regañó su madre, pero su voz fue a penas audible gracias a la risa de los presentes, a excepción de Ron (cuyas mejillas estaban escarlatas) y Molly.

Sirius y Elena fueron colocados en el cuarto de Percy, quien fue obligado a dormir temporalmente con los gemelos pero por alguna extraña razón (quizá la primera noche que despertó con una barba) prefirió dormir en el sillón de la sala.

Ahora que se conocía la identidad de Sirius ya no le preguntaban más de mundiales de Quidditch, sino de cómo era Azkaban por dentro ---Si quieren los llevo en una excursión para averiguarlo--- les dijo a los gemelos emocionados que ya asentían con la cabeza mientras Elena negaba atrás de ellos para hacerle saber a Molly que no lo decía en serio, o al menos eso esperaba.

La segunda sorpresa llegó en la cena cuando Elena les contaba de las primas de sus hijas, por Venus se lo esperaban cuando vieron que su prometido era Sirius Black, pero de nuevo el parentezco que causó más impacto fue el de Mallory Yaxley, pues según las palabras de Fred "No tiene nada que ver con Hermione".

Al día siguiente que Molly y Arthur salieron para terminar de planear la salida al mundial de Quidditch con su conocido, aprovecharon que no había nadie que los pusiera a trabajar en la casa para poder jugar Quidditch, siendo un equipo encabezado por Sirius, Harry y Ron, mientras el otro tenía a Fred, George y Jane, siendo Elena la encargada de asegurarse de contar los puntos para así poder estar junto a Hermione (dejando a Ginny colo árbitro), quien estaba inmersa en la lectura de un libro de una mano de ancho.

---¿Por qué tú no juegas Quidditch? ¿No sabes?--- Hermione asintió, cerrando su libro de la historia de Hogwarts y colocándolo sobre sus piernas para no dejarlo en el césped.

---No me llama mucho la atención, a decir verdad no soy una fanática de las alturas--- ambas voltearon al espacio donde las seis escobas volaban cuando escucharon algo parecido a un grito, entendiendo que había sido una queja por su disgusto al comentario que había hecho su hija como si lo estuviera negando como padre.

Mi felicidad y mi tristeza [Pt.3] Sirius y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora