Mi felicidad y mi tristeza [Pt.3] Sirius y tú

Neville Longbottom

...

Un poco más tarde del regreso de Elena a la mansión Black llegó Dumbledore con una preocupante noticia, había sido informado por una miembro de la orden del fénix, squib y vecina de Harry Potter, que este había sido atacado por dementores no hacía mucho rato.

La bruja se sintió molesta al instante, seguramente había sido esa bruja rubia la que los llevó con ella, si tan sólo se hubiera quedado unos minutos más habría podido defender a Harry y evitado los problemas con los que ahora su ahijado cargaba, como una posible expulsión de Hogwarts y la destrucción de su varita según lo que les habían dicho.

Dumbledore se encargó de detener estas dos cosas sin antes darle la oportunidad de un juicio, el cual tendría lugar dentro de un mes

En la reunión urgente que tuvieron se decidió que se haría un plan para moverlo con ellos para mantenerlo seguro ahora que Voldemort había tomado acciones contra él.

Era un plan largo pero efectivo, lo trataron de hacer lo más rápido posible pero aún así demoraron dos días en llevarlo a cabo.

Así que ahí estaba ella esperando su llegada mientras los demás se encontraban en reunión acerca de las medidas que tomarían para sacarlo de esa precaria situación.

La puerta se abrió y todos los magos que lo escoltaron entraron, incluyendo a Tonks.

---Harry--- lo saludó la bruja, abrazándolo sin darle tiempo a darse cuenta de que estaba ahí, respondiendo el abrazo.

---Elena, lamento mucho lo de la otra vez...

---No importa ¿Estás bien?--- Harry asintió.

---No es la primera vez que dementores intentan chupar mi alma--- Elena sonrió recordándolo, avanzando con él hacia las escaleras ---¿Dónde está Sirius?.

---En una junta, pero no tarda en acabar...

---Harry, querido--- lo llamó la señora Weasley con los brazos abiertos, apretujándolo cuando estuvieron cerca ---La cena estará dentro de un rato, por qué no subes al cuarto que compartirán Ron y tú.

Sin embargo antes de que Harry pudiera responder la puerta del pasillo se abrió y fue Sirius quien entró con una enorme sonrisa en el rostro.

---Ven acá niño--- Harry corrió hacia él con la misma sonrisa, abrazándolo más fuerte de lo que había hecho con las mujeres anteriores.

---¡Sirius!--- exclamó emocionado.

---Vamos, seguro tienes hambre y muchas preguntas por contestar--- Molly y Elena intercambiaron miradas sabiendo que iba a ser más difícil mantener a Sirius callado que a Harry tranquilo.

Ya en la cena las cosas fueron tan complicadas como habían esperado, pues Sirius parecía decidido a contestar cada una de las preguntas de su ahijado.

---No lo entiendo, pensé que no veía nada en El Profeta porque Voldemort tenía el ministerio comprado. Pero es peor, realmente no hace nada... ¿Por qué? Para que regresar de la muerte solo para eso.

---Por ti--- contestó Black.

---Sirius--- lo llamó su prometida sentada a lado de él, colocando su mano en su brazo como advertencia.

---Tu escape era algo con lo que él no contaba...

---¿Qué importa que saliera con vida si el ministerio ni nadie me cree?--- Sirius recorrió la mesa con su mirada, todos los adultos presentes, Remus, Arthur, Lupin, Tonks, Eris, Elena y Molly le indicaban que no hablara más. Pero él de todos modos abrió la boca.