La Correspondencia

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---Quizás debamos ir a Hogwarts--- dijo Elena mientras paseaba nerviosa en la sala, Remus leyendo El Profeta y Sirius mirándola con atención ---Ni siquiera sabrían que estamos ahí, no les avisaríamos, sólo sería a modo de precaución, en caso de que suceda cualquier cosa nosotros estaríamos a unos segundos de distancia...--- la bruja guardó silencio cuando su madre entró con una bandeja con tazas de té, azúcar y miel.

A pesar de que se había callado al momento en que su madre entró al cuarto Eris podía leer en el rostro de su hija lo que había estado hablando ---¿De nuevo con esa idea, Elena?--- la cuestionó, pues habían pasado ya varias semanas en que su hija proponía la idea y era brutalmente rechazada por su madre ---¿Cuántas veces tengo que repetirte que mientras estén aquí estarán a salvo y si se van no habrá nada que yo pueda hacer para protegerlos?--- preguntó si madre dejando la bandeja con un ligero golpe en la mesa, claramente disgustada.

---¿Protegernos de qué, Mamá? Tú misma has dicho que tus jefes aún no han regresado ¿Entonces a qué le temes tanto?--- le preguntó dejando de pasearse, plantándose frente a ella.

---A los mortífagos que quedaron libres, Elena...

---Creo que podría reconocerlos...

---No, no podrías--- la interrumpió con un tono más serio ---¿No te ha quedado claro el nivel de poder que Neela tiene sobre las mentes de los demás? Cuando se fue--- comenzó a explicar ante las caras confundidas de quienes la miraban ---Su última acción en protección de sus seguidores fue borrar sus rostros y nombres de la memoria de quienes alguna vez los conocieron.

---Pero aún recuerdo a Bellatrix Black con lujo de detalle, y Lucius--- los nombró con asco.

---Bellatrix está en Azkaban, y Lucius protegido del ministerio, además de que estabas con él cuando el hechizo, no podías olvidar algo que tu mente tenía tan presente ¿Puedes nombrar a otro mortífago?--- Elena abrió en seguida la boca para hablar, segura de conocer más nombres, pero ninguna palabra salió de su boca, parecía que poco a poco se había olvidado de sus conocimientos, los rostros, los nombres, todo lo que recordaban era enmascarado sin nombre.

---¡Pettigrew!--- exclamó Sirius con un sobresalto cuando se le vino a la mente.

---A Peter ustedes realmente nunca lo consideraron un mortífago, solo un amigo traicionero y sin honor--- argumentó y los tres guardaron silencio, una idea punzante se le ocurrió a la bruja.

---Estuve encerrada con Lucius Malfoy todos estos años por un estúpido conrato que me hizo firmar prometiendo que te ayudaría a librarte del ministerio y nadie te entregaría y ¿ Ahora resulta que realmente nunca estuviste en peligro?--- su madre negó, colocando una mano ennsj hombro a modo de apoyo ---Lo voy a matar.

---Aún así, con mortífagos o no sigue siendo peligroso el simple hecho de que Neela haya huido y no la hayan asesinado como a su esposo, es decir, en cualquier momento puede regresar por su venganza--- dijo Remus con su taza de té en la mano, Elena extendió los brazos hacia él queriendo dirigir la atención al punto que había dicho.

---¡Exacto, peligro! Eso es lo único que parece haber y sin embargo nuestros hijos y sobrinas parecen estar expuestos más que nadie a este peligro inminente y ustedes esperan que me quede aquí encerrada sin hacer nada. Cuando James y Lily me nombraron madrina de Harry prometí que lo protegería con mi vida, no pienso dejar que nadie me haga incumplir mi promesa--- se quejó enojada, a punto de salir del cuarto cuando la mano de Sirius la tomó del brazo.

---Sé que estás preocupada porque no hemos recibido ni una sola carta de ellos en casi dos meses, pero recuerda que entre ellos está una mini versión tuya fanática de las precauciones y pueden estar completamente bien y solamente no quieren arriesgarnos a que alguien intercepte su carta y den con nosotros--- le habló Sirius con un tono tan suave que ella creía que solo ella pudo escucharlo ---¿Qué te parece si primero envíamos una carta nosotros para asegurarnos de que estén bien y si su respuesta no llega en una semana nos iremos volando hacia allá, literalmente?--- Elena asintió con una mueca por sonrisa, abrazando a su prometido, esperando que solo fueran sus nervios la que la hacían preocuparse de más.

Mi felicidad y mi tristeza [Pt.3] Sirius y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora