La teoría de Elena

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Después de su encuentro con sus difuntos amigos y terminar con el rostro hinchado de tanto llorar decidieron ir a la taberna más cercana a ahogar sus penas, donde por cada trago brindaban por un momento especial que sucedió con Lily o James.

---¡Esta va por el hombre que voló conmigo en mi moto y traumó a dos oficiales muggles!--- brindó Sirius con lágrimas en los ojos.

---¡Salud!--- exclamaron los del bar al unísono, pues estaban o muy borrachos o muy sentimentales por los gritos del trío de amigos.

---¡Esta va... por la vez que James... se quedó conmigo toda la tarde... cuando descubrí que era adoptada!--- exclamó Elena entre sollozos.

---¡Salud!--- volvieron a gritar los del bar.

---¡Brindo por la vez que James me dio su voto de confianza cuando me acusaron de ser el infiltrado!--- dijo Remus con los ojos cerrados y la lengua floja.

---¡Salud!--- le hicieron coro los del bar.

---¡Esta va por la vez que Lily interrumpió mi primer beso y me dio la regañada de mi vida por escaparme a media noche con Sirius!--- gritó la bruja mientras limpiaba sus lágrimas de sus mejillas.

---¡Salud!.

De ahí en fuera la noche se les fue en "bailar" (parecía que se estaban ahogando en el agua) y "cantar" (sonaba como si un ave necesitara ser sacrificada) hasta que la noche llegó y los hizo irse del lugar, dirigiéndose a casa de Remus al estar más cerca del local.

Pues no podían ni Aparecerse ni volar sobre Buckbeak (habían tratado y a penas logrado sobrevivir al intento) pero cuando llegaron y prendieron las luces los efectos del whisky de fuego abandonaron su sistema al ver cómo los muebles y estantes habían sido golpeados y maltratados, algunas fotos rotas y manchas de pisadas por todo el lugar.

---Ese no fui yo--- les aclaró señalando sobre todo al mirar los rasguños en la pared.

---Hay que irnos... Rápido--- soltó Elena asustada de que quien fuera qué ocasionó esto siguiera en los alrededores.

---Aguarda--- Remus dio pasos apresurados hacia uno de los portarretratos en el piso y tomó dos de ellos, guardándolos dentro de su abrigo para después colocar su mano encima de las extendidas por Sirius y Elena ---Andando.

Los tres Desaparecieron y Reaparecieron dentro de la casa de la madre de Elena, la cual ya se encontraba a oscuras, seguramente Eris ya estaba durmiendo.

---¿Pero qué demonios le hicieron a tu casa?--- soltó Sirius pasando una mano por su cabello de manera nerviosa.

---Tengo la ligera sospecha de que estaban buscando esto--- dijo señalando la muñequera en su brazo ---Sea lo que sea que Peter esté haciendo, no está solo, esas garras solo pueden ser de otro licántropo.

Elena desvío la mirada a las fotos que sostenía en sus manos, una de ellas era la que ya había visto de Remus con su difunta esposa e hija, la otra no la había visto en muchos años.

---Aún la tienes--- dijo con una sonrisa atreviéndose a tomarla para apreciarla mejor, Sirius también se acercó.

Era el día de navidad que habían pasado en la cabaña, el día siguiente de la transformación de Remus donde había herido a Elena, en ella lamentablemente no estaba Lily, pero tan siquiera tampoco estaba pettigrew. Solo estaban Remus, James, Sirius y Elena en ese respectivo orden, usando pijamas tejidas por Euphemia como regalo para los cuatro.

---Lo que daría por otra navidad así--- soltó Sirius, los tres saltando exaltados cuando las luces de la casa se prendieron y por las escaleras vieron bajar a Eris con un suéter sobre su bata de dormir y su varita apuntada hacia ellos, pero la bajó en seguida al reconocerlos.

Mi felicidad y mi tristeza [Pt.3] Sirius y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora