El sentimiento reprimido

12 3 20
                                    

...

Claro que el siempre paranoico Alastor Moody tuvo que comprobar que realmente se trataran de Alice y Frank y no de mortífagos bajo el efecto de la poción multijugos aorovechándose del valor sentimental de los Longbottom.

Para la buena suerte de Elena pasaron todas las pruebas que ellos permitieron que se les realizaran (pues comprendían perfectamente sus motivos) desde hechizos reveladores, pociones, y preguntas personales, las cuales fueron las que confirmaron su identidad, pues Alice relató como Elena le pidió que fuera la madrina de una de sus gemelas y como adoptó a Crookshanks en su casa.

La visita de la madre de Frank no se hizo de esperar tras recibir la noticia, de hecho más había tardado la carta en llegarle que ella en aparecerse en la puerta casi derribándola con sus golpes.

Las lágrimas no se hicieron de esperar cuando comprobó que su único hijo, al que ella consideraba para siempre perdido, había regresado, y no se soltó del brazo de su "Franky" durante el resto del día.

Aunque ambos morían por ver a su hijo, llegaron a la decisión que sería mejor esperar a que regresaran por la vacaciones de navidad, que estaban a la vuelta de la esquina, pues no querían que su desaparición del colegio por verlos fuera notada por los profesores, sobre todo aquella que era la voz del ministerio.

Mientras tanto Eris y Molly no perdieron el tiempo para tomar las medidas de la pareja y así poder conseguirles los vestidos para pronta boda, que se había anunciado tomaría lugar la primera semana que los niños regresaran de sus vacaciones.

---Después de todo aún podré verte caminar hacia el altar--- soltó Alice melancólica.

La cereza del pastel fue cuando Tonks y Remus regresaron pocos días después, el mago con su brazo ya plenamente recuperado.

---De no haber sido por Tonks seguramente hubiera muerto desangrado--- dijo Lupin mientras miraba el lugar que había sido afectado.

---No exageres, Remus--- contestó ella claramente halagada con una sonrisa orgullosa en sus labios.

---Es verdad, de no haber tenido que huir cuando me hirieron Lucius no hubiera tenido ninguna oportunidad contigo--- le aseguró rodeando sus hombros en un abrazo, sin notar cuando las mejillas de la bruja se sonrojaron.

Ya eran tardes horas de la noche pero Sirius y Elena seguían contándole a Remus la forma en la que Alice y Frank llegaron de forma tan misteriosa a la mansión Black.

---Seguramente fue la sangre de Elena la que hizo efecto más tarde de lo esperado--- dijo Sirius convencido.

Sin embargo, Remus miraba a la bruja no muy convencido, era muy astuto y seguramente se olía que su amiga había hecho alguna tontería para recuperar a Alice.

Sin embargo antes de que pudiera decir algo al respecto un pedazo de pergamino apareció de repente en el aire en medio de ellos, con los bordes chamuscados y unas cuantas chispas brotando aún por el fuego, aún así el contenido estaba intacto.

Remus se paró para tomarla y la leyó en voz alta ---"Arthur fue atacado en el ministerio, sus hijos van para allá"--- en seguida intercambió mirada preocupado con los demás.

---Ve a avisar a Molly--- le pidió Yaxley a Sirius, quien salió corriendo para cumplir con su petición.

Ella, por otro lado corrió hacia el espejo, tocando sus bordes y buscando conectarse a alguno perteneciente al ministerio, pero no había ninguno útil.

A los pocos segundos Sirius entró corriendo a la cocina ---Se va a ir... Al ministerio...--- dijo entre jadeos.

En unos segundos una manada de adolescentes apareció a lado de la mesa de la cocina.

Mi felicidad y mi tristeza [Pt.3] Sirius y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora