Cuánto puedo decir

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Y si las miradas matasen, ten por sentado que ya hubiese muerto por la primera vez que mis ojos cruzaron con los tuyos sin poder generar palabras, ahogándome en una vergüenza que supo sacar más de mí que mi propio orgullo. Sonriendo con una torpeza que me envolvía en fealdad, creyendo que quizás deseabas escuchar algo que yo no podía entonar. Lamento si aparté la mirada, o por el contrario si te incomodé al no bajarla.

No sé si tu mirada me busca con la misma frecuencia o intención, pero la mía se pierde entre el gentío intentando encontrarte. La intención a veces solo queda con saber que estás allí, que sí viniste. Tal vez suene como un chiste que entre nuestras carcajadas se pierde, pero no puedo negarte que el día se vuelve más vivo con saber que en cualquier momento voy a volver a buscarte.

Me conformo con tan poco que quizás ese sea el detalle que me obliga a pensar que tú eres igual. Quiero mucho, lo espero sin buscarlo, pero el contento del que soy presa cuando la más mínima interacción me toma por sorpresa, me hace ver que puedo estar condenada a una pobre y miserable dependencia.

No sé qué tanto o profundo ves. No puedo asimilar si analizas, si te fijas o si solo deseas que lo que sea que veas desaparezca de una vez. Pensar qué es lo que a tu vista atrae me lleva a una cruda incertidumbre, soy consciente que no es mi deber ser lo que se supone que tu vista consume. No soy capaz de dártelo, eso es triste, no quiero llevar esa responsabilidad de no ser diferente. Sé que no soy lo que quieres ver, escuchar o siquiera sentir. Pero tampoco espero serlo, porque esperarlo es aceptar que un parte de mí lo deseaba desde un principio, uno que no pretendo aceptar sin filtros.

A veces finjo que no te veo únicamente para hacerle creer a la voz estúpida de mi mente que no era lo que deseaba antes de que en mi campo visual aparecieses. Somos seres destinados a mirar lo que en frente de nuestras cabezas está, por el mero hecho de que dependemos de la atención que cambia y a veces influye en una simple acción.

Perdiendo mis ojos en el cansancio que los controla y en posts que se pierden al pasarlos, me cuestiono: ¿Alguna vez nos habremos pensado al mismo tiempo? 

Luján Amaya 

PENSAMIENTOS DE UNA CHICA DE PELO AZUL | #1 EscritosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora