Ella es justo la persona que nunca le enseñaron a ser, una criatura comúnmente rara que busca ser su propio amuleto en un mundo oxidado que guarda lo perdido en el cajón de lo encontrado. Ella es una paradoja bonita que evoluciona constantemente a una velocidad agobiante, que crece y exige, que vive y marchita. Es una historia aburrida sin tapa, sin título, sin biografía. Sin autor. Se cuenta en sus escritos, y se constituye en las rimas estrictamente consonantes de sus poemas, encuentra sentido en el sabor caliente de un mate y toma iniciativa en sus críticas. Pierde la dirección irónicamente en sus guiones, y guarda la esperanza de culminarse en aquellas historias clichés que con una sonrisa pensó y que con vergüenza no terminó. De belleza indecisa, preparada con la palabra y sin intenciones de apegarse. Vive, camina, tiene prisa y a su vez miedo de no tener tiempo suficiente. Ella es tan ambiciosa que quiere estudiar para ser más de lo que su vida es capaz de darle en años...
Ella dejó ir la ilusión de un trabajo que le encantaba porque prefirió su identidad. Se condenó a aceptar una vida de muchos años de estudios aun sabiendo que no era lo suyo, porque irónicamente algo le intuía que sería suficiente para prepararla en lo suyo. Ella se apasiona en su libro de Nietzsche, se mantiene en sus discusiones sin sentido y disfruta en la variedad de su género favorito. Ella tiene sus discursos preparados, los insultos mal pensados y sonrisas contagiosas. Renace en la seguridad de su cama, en los pelos de su gata y en los interminables párrafos llenos de dolor en su diario. Presta atención a sus sueños frustrados y a esos que sabe que tiene los ovarios de cumplir. Ella vive individualmente, aunque sepa que la va a perjudicar en un futuro tanto egoísmo, es lo que a ella le gusta. Ama sus decisiones, sus gustos, su soledad, su propia compañía, la música que escucha y los chistes que se le ocurren. Ella es justo ese personaje secundario que a todos les cae medianamente bien, sin embargo es lo suficientemente exigente para no aceptarlo y desear ser más. Al final del día, no importa porque ella no es el personaje, es la autora. La autora de lo que soy. Y me enorgullece.
Luján Amaya
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PENSAMIENTOS DE UNA CHICA DE PELO AZUL | #1 Escritos
DiversosEn un subidón de valentía me animé a compartir algunos de mis escritos más personales con la idea de abarcar otro tipo de novela. Y sin ser capaz de justificarlo, me aterra. He escrito desde tantos sentimientos y con tanta pasión, que me quedo cort...