Hoy vi uno de los cielos más bonitos que he tenido el placer de presenciar, y por algún motivo que no puedo significado hallar, no sentí esa necesidad de capturarlo en fotos ni mucho menos de compartirlo con una canción de letras certeras o simplemente guardarlo como un recuerdo de haber estado viva. Simplemente lo vi y, sin causarme nada, seguí.
Un profesor me dijo que era la mejor en lo que hacía, fue estúpida la situación pero, aun sintiéndome adormecida, algo removió. Por un momento me sentí fuerte, sentí que todo lo podía, pero disimulé un ataque de ansiedad y uno de mis peores ascos. Las manos me temblaban, sentía la sonrisa llana, y deseé tanto escucharme reír que terminé llorando porque nada me llegaba.
Hoy vi a mi abuela y me sentí mimada. No creo que ninguna persona en este planeta sonría tanto como ella al verme, ni me mire a los ojos deseando enmendarme de lo que sea que me atormente. No sé qué tiene, ni que guarda, pero aún sin querer abrir los ojos por las mañanas algo me da fuerzas para ir a visitarla. Diez, veinte o ciento treinta minutos.
Luján Amaya
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PENSAMIENTOS DE UNA CHICA DE PELO AZUL | #1 Escritos
RandomEn un subidón de valentía me animé a compartir algunos de mis escritos más personales con la idea de abarcar otro tipo de novela. Y sin ser capaz de justificarlo, me aterra. He escrito desde tantos sentimientos y con tanta pasión, que me quedo cort...