Lágrimas que queman

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Las lágrimas queman, ya no desahogan. Un mar en calma que promete ahogarme en sus profundas olas. Enturbió mi sonrisa, empapó mis ojeras. No extingue mi supuesto fuego, pero supo en su momento encenderlo y ahora adicta, me quemo por dentro. Es contradictorio cómo el humo asciende y en mis pensamientos se hunde. Agua y fuego, dos cuestiones, una metáfora. Eso fuimos, quizás, una estructura impoluta sin soporte que dependía de las miradas. Me duelen las piernas de no avanzar y los brazos de tanto abrazar. ¿Existirá alguien allá afuera que me quiera ver de verdad? Harta de buscar, cansada de criticar. Pierdo la estabilidad al intentar curar tu inestabilidad, no soy malabarista y aun así sobre la soga me animé a caminar, y tú al verme desde abajo no hiciste más que pensar que por mí no podías subir... aun sabiendo que yo por vos no podía bajar. No porque no quisiese, ni muchos menos porque no me lo permitiese... Pero si no aprecias el arte, cómo apreciarás al artista que pretende amarte. No si antes embargarlo de inseguridades y dejarlo porque su etapa venció sin siquiera poder mostrarte... lo mucho que te quería, lo tanto que pretendía cuidarte.

Estoy envuelta en tristeza bajo la sospecha de que esta vez no habrá rescate. De vez en cuando permito el estanque, es bueno para luego apreciar el fluir que ignoramos de forma constante. ¿Soy un río de emociones o un mar de inseguridades? ¿Sé encender la inmovilidad o apagar el desastre? ¿Qué pretendes que sea cuando vivo entre aquellas dos mitades? No hay manera, solución o escape que me ayude entender por qué entre nosotros nunca hubo arranque. Pusiste segunda y te marchaste de primera, y yo quedé en tercera dentro de tus cinco opciones creyendo que por mí comenzarías a moverte. Mil razones para odiarte, una para justificarte y diez para abandonarte, y sigo acá ¿Aun así cuestionas mi manera de amarte? Entre cuidarte a vos y cuidarme a mí, prefiero alejarme y ser feliz. Porque si tanto hago, es para que con acciones lo valorés, no para que entre risas me abandones... otra vez. 

Luján Amaya

PENSAMIENTOS DE UNA CHICA DE PELO AZUL | #1 EscritosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora