Dancing With Your Ghost

11-02-

◻️PARTE 02◻️

▪️▪️▪️Charles

Mientras estaba en la barra con Pierre volteó y me encuentro con la escena de un tipo desconocido besando a Thena.

Me descuidé un minuto y ya no está con Max sino que está con un chico diferente y este la está besando y manoseando.

Me levanto de aquella silla y corro empujando a todos.

—Está borracha -le grito.

—Está bien -se mete ella entre ambos- estoy consciente.

Se tambalea y esto demuestra que no está ni siquiera consiente de sí misma.

—Pierre ayúdame hermano.

Pierre la sostiene y la lleva fuera de la pista.

—No la vuelvas a tocar.

Le digo y me doy la vuelta.

—Hago lo que me plazca y déjala no es una niña.

Me doy la vuelta y estoy apunto de hacer algo de lo que me arrepentiré más tarde.

—Charles ya tengo a Lando es hora de irnos.

Aflojo las manos y asiento.

Tomo nuestras pertenencias y salgo del lugar.

—No -hace puchero- yo quiero ir con él.

—Mañana que te levantes con resaca no pensarás lo mismo.

—Eres un aburrido Gasly.

—Ya nos llamaron la atención -dice Carlos cuidando del niño de la parrilla- al parecer a alguien se le ocurrió hacerla de Dj.

—Thena tiene la culpa -la señala de manera acusatoria- ella me lo propuso.

—Eso no es cierto.

—El conductor designado viene para acá.

Por fin se da cuenta de mi presencia.

—Lord Perceval -canturrea- te extrañe.

Sale del agarre de Pierre y se dirige hacia mi. Rápidamente pasó mi abrigo por sus hombros y me abraza.

—Gracias, si de por Pierre fuera me da una hipotermia aquí -dice y le saca la lengua como una niña.

—Yo también quiero que me abraces y me des tu chaqueta Carlos.

—Ni en tus sueños -le contesta serio a Lando.

—En mis sueños eres un caballero.

La camioneta aparca frente a nosotros de manera espontánea. Y es Ricciardo bajando el vidrio del lado del copiloto.

Subimos a la parte de atrás de la Cadillac negra y Thena se recarga en mi hombro casi dormida.

—Nuestra siguiente parada -hace como si tuviera una radio en la mano- el hotel, les presento a su piloto del día de hoy un poco amargado, pero aquí está salvando el culo de todos y él es Sebastián Vettel -a Dany esto le hacía mucha gracia a Seb no tanta- y su sexy y guapo copiloto, sonido de tambores -Lando le sigue el juego- Daniel Ricciardooooooo.

Llegamos al hotel y lleve a Athena en brazos ya que está se había quedado dormida en el camino.

Llegue a mi habitación y la acosté en mi cama, le quité los zapatos y le puse una de mis playeras para proceder a quitar el vestido así no veía nada que no tuviera que ver, por último la puse de lado en caso de que vomitara.

—Te quiero mucho Jules -murmuro dándose la vuelta para el otro lado.

Sentí un nudo en la garganta y le susurré:

—Yo también te quiero Bianchi.

Entre al baño y solté un suspiro desahogando el sentimiento que tenía atorado.

Entre a la regadera y cuando salí vi un mensaje de Charlotte dándome las buenas noches le conteste y por fin me acosté a dormir.

...

A la mañana siguiente estiré el brazo para contestar una llamada.

—Diga...

—Charles te esperamos en el Lobby del restaurant.

—Voy para allá.

Me propuse a levantarme estire la mano para despertar a Athena, pero ella ya no estaba aquí.

Las puertas del elevador se abrieron y la vi ahí hablando con Max en un sillón. A ambos parecía que los había atropellado un tren.

—La resaca no es bonita.

—Calla y dame tus lentes -se los doy sin objeción.

—No hay que volver a excedernos -Max se tomaba el puente de la nariz.

—No lo cumplirás Verstappen.

—Tienes razón, pero deja que me queje de mi miseria.

Me rio de estos dos son como unos adolescentes.

El resto de pilotos llegan y nos decidimos a tomar una mesa para que todos tengan un lugar.

—Max ayúdame -pide la chica en el sillón.

Antes de que Max se dé la vuelta yo ya tomo de la mano que ya tenía extendida y la impulso.

—Gracias.

—No es nada.

—Me refiero a lo de ayer -me corrige- perdona si dije alguna estupides.

—No lo hiciste.

—Y después te regreso tu playera.

Hago una seña para restarle importancia, nos sentamos en la mesa y todos tienen cara de muertos.

—A quien carajos se le ocurre poner un desayunador al aire libre -se queja George.

—Más bien a quien se le ocurre beber tanto -dice Kimi serio.

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Fin de capítulo

Gracias por leer