Dancing With Your Ghost

Extra

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Este extra se ubica después de la boda y antes de la segunda parte del EP

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—¡¡¡NO JODAS!!!

La vena en su cuello estaba hinchada y su cara roja como tomate.

—¡Hay que guardar la calma!

—¡¡¡A LA CHINGADA!!! —comienza a hiperventilar.

Prendí el Ferrari de Charles y arranque.

Las calles de Mónaco no estaban a nuestro favor, mañana comenzaría el Gran Premio y estaban la mayoría cerradas.

Las personas tomaban fotos emocionados pensando que quien conducía era su piloto favorito.

—¡Este bebé va a explotar mi vagina!

—Llamaré a Joris.

—¡No!

—Pero supongo que quieres que esté ahí —la veo antes de centrarme en la calle.

—Joris es pendejo —se retuerce— se va a desmayar en cuanto sepa que viene... AHHHHH...

—Llamar a Lord Perceval —ordenó al comando del auto.

Dos pitidos y contestan.

—Mi amor —habla—, apenas me fui y ya me extrañas.

—¡Charles!

Mis hormonas también estaban un poco alteradas, ya no debería ni conducir con la panza que me cargaba.

—¿Está todo bien?

—Julia...

—¡¡¡PUTA MADRE!!!

Se aferró a mi brazo apretando con fuerza.

—¡Mierda! ¡Julia!

—Amor háblame en francés que en español no las entiendo.

—¡EL BEBÉ! —gritamos las dos en inglés.

—¿De verdad? —chilla de otro lado de la línea— ¿nuestro bebé?

—No Charles. A nuestro bebé le faltan dos semanas.

—¿Entonces por que me llamas?

—¡Póqueres Joris es un idiota y parece que tú lo eres al doble!

La mexicana se desespera y le grita a mi esposo.

—Hey... a mi trátame bien.

—Ya los dos —ruedo los ojos— Charles lleva a Joris al hospital.

—Y dale un jalapeño si se pone ansioso.

—Jalapeño —repite no muy seguro.

—Eso.

Cuelgo y estaciono, bajo agarrando a mi amiga del brazo, no soy yo quien está dando a luz, pero me siento así.

Nuestros embarazos fueron juntas, si una vomitaba la otra lo hacía, y pero aún, los padres de nuestros hijos lo hacían también, Charles porque sentía las nauseas y Joris por el simple sonido que le causaba asco.

—Necesito una silla de ruedas —le pido a la recepcionista— nuestro doctor nos espera ya.

Tardamos en darnos cuenta de que sus dolores no eran patadas, si no contracciones fue algo así como: "Uy, este niño será futbolista" y dos horas después el dolor era insoportable.