Dancing With Your Ghost

14

Manarello, Italia 2020

Desde aquel día en Monza solo nos hablamos por mensajes o en dado caso llamadas. Ninguno parecía tener problema de acelerar el proceso por lo que íbamos con calma.

Pero verlo de nuevo me sorprendió ya que aún no planeábamos una cita como tal.

—¿Estas obsesionado conmigo? -bromeo.

—Ya hasta se donde vives y a que horas trabajas -me rio- Hola.

Saluda por fin y me toma la mano dando un beso en ella.

—Mario -dice un señor mayor acercándose- Veo que ya conoces a la diseñadora y encargada de Ferrari style.

¿Mario?

Piero llega y me saluda a lo que le correspondo, obviamente lo podía reconocer ya que no vivía debajo de una piedra y sabía todo lo relacionado con la empresa.

—Creí que estabas aquí por Lecrerc.

—Es muy linda la relación que los Lecrerc y los Bianchi han tenido desde hace mucho -dice Piero- me gusta ver como se apoyan. Después de todo la familia es lo más importante.

—¿Bianchi?

Cesar o más bien Mario parece estar desconcertado y no entiende nada. No le había mencionado mi apellido, creía que era mejor esperar.

Alguien llama al señor Ferrari y este se despide apenado no sin antes agendar una cita para una junta ya que complete el equipo que estará detrás del proyecto.

—Me voy por mi cuenta -dice el chico a Piero.

—Se un caballero con la señorita Bianchi -le señala- que vale oro. Demuestra que enseñamos bien.

—Abuelo -susurra- por favor.

—¿Quieres ir a mi nueva oficina?

Le muestro las llaves y asiente.

—Así que eres un Ferrari.

Él tampoco había mencionado su apellido. Supongo que tenía las mismas razones que yo.

—Y tú una Bianchi -me dice- cuando aquel chico mencionó a un Charles no imaginé que fuera Lecrerc. Hasta aquella fiesta... debí suponerlo.

Asiento y el resto del recorrido nadie dijo palabra alguna.

—Perdón -me dice- tú más que nadie entiende mis razones para no querer decir mi nombre completo.

Alzó los hombros a modo de entendimiento.

—Se lo complicado que puede ser tener un apellido que carga con mucho éxito.

Abro la puerta y me encanta lo que veo. El diseñador lo hizo bastante bien.

Es gigante y el ventanal tiene una vista a la avenida que da entrada a los edificios. El escritorio principal es gigante y está equipado con la mejor tecnología. Tiene una sala con un sofá que se ve bastante cómodo y una mesa para juntas. Cerca de la puerta se encuentra el escritorio que será de mi nueva asistente.