Bʀᴇᴀᴋ Tʜᴇ Dɪsᴛᴀɴᴄᴇ -[Tabi x Agoti]

31

En medio de su oscura habitación, Agoti permanecía observando el techo que le acogía, este estaba decorado por estrellas que durante la noche brillaban levemente para quitar lo tenebroso que podía resultar la oscuridad, ¿había algo que pudiera quitar lo horrible que se sentía?

Tenía la espalda contra la pared con todo este asunto, habían pasado varios días desde que había obtenido esos resultados en las pruebas de embarazo de la farmacia, casi dos semanas, seguía en un estado de negación, pero los resultados eran claros, incluso para asegurar había realizado la prueba de orina en la clínica, y los papeles arrugados y llenos de lágrimas sobre la cama daban el mismo resultado positivo, ya se había cansado de verlos, no tenía idea de que podía hacer. Apenas tenía 20 años, y no hace mucho los había cumplido, era demasiado joven para ese tipo de responsabilidad.

Su teléfono sonó, y apenas lo levantó para checar de quien se trataba se sintió incluso algo fatigado, su cabeza dolía y daba vueltas, dejando su teléfono nuevamente cubrió sus ojos con su antebrazo. Se había negado a hablar con Tabi, no tenía la valentía como para dirigirle la palabra, sabía que tarde o temprano se lo confesaría, y tenía miedo, Tabi podía dejarlo fácilmente, le había involucrado demasiado en sus problemas y para él sería un alivio volver a la realidad, no quería perderlo.

Escuchando pasos en el pasillo, se apresuró a agarrar los papeles sobre su cama y esconderlos bajo las sabanas, secando sus lágrimas torpemente con su manga de su camiseta tomó su teléfono, borrando el registro de las constantes llamadas perdidas que habían de Tabi. Le dolía mantenerse alejado, pero mientras el ruso pensara que estaba trabajando no tendría que dar explicaciones.

— Agoti. —Habló Aldryx tras tocar un par de veces la puerta, abriéndola, se asomó unos segundos.— ¿Cómo te sientes?

— Mal. —sinceró, había pensado que se trataba de su padre, al menos con su hermano no debía fingir.

— Tranquilo, tengo buenas noticias. —entró en el cuarto, asegurándose del cerrar bien la puerta.

Sentándose con su hermano en la cama, sacó unos papeles confirmantes que habían sido impresos hace poco, ofreciéndoselos a su hermano esperó a que esté los tomara.

Sin embargo, Agoti palideció rápidamente al notar que era un confirmante de una hora que había sido agendada para realizar un...

— ¿Aborto? —Preguntó desanimado.

— Sí, seamos honestos. No estás listo para ser padre, Solazar te matará si se entera de lo que ocurre, y de paso me matará a mi, yo le aseguré que tú te cuidabas y tenías en consideración todo sobre nuestra especie, y me equivoqué. —Dio palmadas suaves sobre la espalda de su hermanito.— No volveré a cometer un error así, así que ya está todo preparado.

Agoti no se veía muy convencido, había estado leyendo sobre el desarrollo de los fetos, actualmente ya llevaba aproximadamente 7 semanas, a este punto ya existía un cordón umbilical que le conectaba con el bebé en formación, actualmente ya le proporcionaba oxígeno y nutrientes al feto en su interior, le daba mucha pena el pensar que podía estar conectado con una cosita tan pequeña y que en un aborto simplemente se iba a deshacer de él como si no valiera nada. Sus pequeños órganos ya comenzaban a funcionar, sus rasgos faciales ya tomaban forma, y sus deditos... No se sentía capaz de abortarlo.

— ¿No es cruel abortar a las 7 semanas? —Preguntó apoyando su mano sobre su vientre.

— Según el médico el rango se expande hasta las 14 semanas.

— Pero... —Le miró algo triste.— A las 7 semanas ya hay un cordón umbilical, el bebé ya está conectado con-

— ¡No seas tonto, Agoti! —Se levantó algo molesto.— Tú no vas a tener a ese bebé, eres demasiado joven e inmaduro como para-

Deteniendo sus palabras en seco, su estómago se sintió revuelto al notar cómo su hermano volvía a llorar, el pobre tenía sus ojos hinchados, sabía que gritarle no era lo correcto, debía estar asustado, pero al igual que su hermano él también tenía miedo, ¿y si algo le pasaba a su hermanito?

Tal vez debió cuidarle más, tener una charla con el, ser más atento, se confió demasiado y ahora estaban atrapados en un problema, y para peor, el otro padre del embrión en su vientre no estaba enterado de nada.
Frotando sus manos en su rostro, Aldryx desvió su vista un poco, también había estado leyendo sobre el desarrollo del feto, sabía que en su especie su desarrollo podía ser un poco más rápido, pero no imaginaba que Agoti se pudiera poner tan sensible con este tema.

— Lo siento, bro. No quería gritarte, es que también estoy asustado. —se disculpó, apoyando sus manos en los hombros de su contrario.— Tranquilo, todo estará bien, solo... Piénsalo, ¿si? Tienes hasta el viernes.

— ¿Y cuál es tu plan?

— Bueno, mi plan era que fingieras ir a la casa de tu novio, papá te deja ir los viernes. Nos reuniríamos en algún sitio e iríamos a la clínica de abortos. —Comentó, sonaba peor de lo que pensaba el decirlo en voz alta.— Pero recuerda que esta decisión debe ser tuya, o terminas con esto aquí y ahora o tendremos que idear otro plan.

Asintiendo, Agoti desvió su mirada a su teléfono, encendiendo su pantalla vio la fecha en la que estaban, ya cursaban la mitad de la semana, solo le quedaba el jueves y el viernes para pensarlo, era una decisión compleja, requeriría tiempo.

— ¿Puedes dejarme solo? Quiero pensar.

— Claro, enano. Avísame si necesitas algo.

No se dignó a verle, simplemente mantuvo su mirada agachada, y una vez oyó como su hermano mayor se retiraba se recostó sobre su cama, tirando a un lado suyo los papeles del aborto programado.

¿Qué tan difícil sería su vida si tuviera un bebé? Si, sería difícil, pero se adaptaría tarde o temprano, ¿no?

Desbloqueando su teléfono, buscó el contacto de Tabi, no iba a contarle lo que pasaba, ya idearía un buen plan, mientras tanto debía enfocarse en no hacerle sospechar nada. No podía ignorarlo por siempre.
Acercando su teléfono a su oído, suspiró calmando sus nervios, sonriendo poco después al oír la preocupada voz de su pareja al otro lado del teléfono.

No podía arruinar su relación, un bebé no tenía porque ser un obstáculo, solo... Tenía que saber cómo lidiar con ello.