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— Ya voy, aguarda un poco más. —Habló el ruso en voz alta.

Agitando el biberón, Tabi terminaba de preparar la leche que debía darle de comer al pequeño Anton quien parecía no tener ningún problema con llorar s todo pulmón, era pequeño, pero era bastante ruidoso.
Checando la temperatura, se apresuró a ir corriendo a la cuna del pequeño bebé, levantándole con delicadeza para así mecerle un poco antes de acercarle el biberón.

Sin dudar, el pequeño comenzó a tomar de aquella deliciosa leche, manteniendo sus ojitos cerrados mientras lo hacía, el ruso disfrutó del silencio que había en toda la casa, los últimos días habían sido caóticos, pero sin dudas amaba la paternidad.
Observando al pequeño Anton, notó cómo la pequeña colita del bebé hacía un intento en envolverse en el brazo de su padre, pero era muy corta como para lograrlo, le mataba de ternura el ver sus pequeñas manitos tratando de apoderarse del biberón, pero lo único que podía pensar era en "Sí tan sólo estuvieras aquí, todo sería aún mejor".

Si había estado en contacto con su pareja, pero en tiempos muy reducidos, estarían lejos por meses, y lo que más pena le daba era pensar que a pesar de documentar cada logro del bebé Agoti no estaría ahí para vivir sus primeros meses.

— No tan rápido. —Dijo dulcemente quitándole el biberón con suavidad.

Abriendo sus ojos, el pequeño reflejaba una seriedad que se le hacía bastante graciosa, pero no iba a ceder y devolverle el biberón, podía atragantarse y no quería emergencias mientras Agoti estaba lejos.
Apoyándolo sobre su pecho, dio pequeñas palmadas sobre la espalda del infante, pero este solo movió sus piernas bastante inquieto y hacía tiernos ruidos de rebeldía, definitivamente era igual que Agoti.

— Bien, pero solo un poco más, estás chiquito y no debes comer tanto. —Volvió a acomodarle en sus brazos para darle el biberón.

Las curiosas manos del pequeño atraparon nuevamente el biberón, pero en esta oportunidad mantuvo su vista atenta a su alrededor, podía pasa mil veces por los mismos lugares y aún así parecía siempre curioso por lo mismo.
No quería admitirlo, pero ver a Anton le ponía nostálgico, quería a su pareja con él, pero no sabía cómo darle a entender aquello, si tan solo hubiera una forma de romper la distancia que les separaba... Haría lo que fuera.

Terminando la leche, Tabi dejó el biberón a un lado, acomodando un paño limpio sobre su hombro, posicionó nuevamente sobre dicha zona al pequeño para dar frotes y palmadas en su espalda, no pasó mucho tiempo antes de que le oyera eructar tan tiernamente que juraba que podría derretirse con ello.

— ¿Tienes sueñito? —Preguntó mirándole de reojo, riendo por la estupidez de esperar algún tipo de respuesta.

Caminando tranquilamente, fue apagando las luces, llegando a la habitación, la cual por cierto estaba bastante desorganizada, separando con cuidado al pequeño de su pecho, para así bajarle lentamente hasta su cuna. Sin embargo, apenas Anton dejó de sentir la calidez de su padre empezó a hacer un puchero, abriendo torpemente sus ojos para ver al ruso que volvía a levantarle y a mecerle entre sus brazos.

— Боже. —Suspiró.— Eres igual de encimoso que tu papá Agoti, ¿qué sacarás de mi, ehh? —rió levemente.—  Hasta el momento eres una copia exacta de tu papito, uy, que envidia.

Cerrando sus ojos, mantenía sus brazos trabajando en mecer al infante, manteniendo el movimiento de un lado a otro y de arriba a abajo con lentitud y suavidad.

Bostezando, contagio rápidamente la somnolencia al pequeño bebé, cuando dormía era una oportunidad para que pudiera descansar, pero si Anton se negaba a soltarle era un poco difícil descansar adecuadamente.

Sobresaltándose, Tabi volteó a ver la luz que emitía el ruidoso teléfono que recibía una llamada, apresurándose, lo tomó y contestó rápidamente para evitar despertar a su hijo, pero este ni siquiera se inmutó.

— ¿Si? Diga. —Dejó sosteniendo el teléfono conta su hombro, sus manos estaban ocupadas.

— Tabi, enciende tu ordenador, por favor.

— ¿Amor? —Sus ojos brillaron enseguida al oír la voz de su pareja.— ¿Para qué?

— Solo hazlo, tengo los minutos contados.

Girando en medio de su cuarto, se apresuró a salir con el bebé en brazos hasta el pasillo, entrando en la habitación asignada a videojuegos, conectó el cable que daba vida a su set up, encendiendo su ordenador.

— Vale, ¿ahora qué?

— Espérame ahí.

— ¿Qué?

Escuchando el sonido de llamada finalizada, simplemente frunció el ceño, alejando su teléfono de su oído, se tensó al notar estética en medio de la pantalla de su ordenador. Dando unos cuantos pasos atrás, vio las luces led que bordeaban el cuarto encenderse y apagarse mientras cambiaban de color, pero lo que más le extraño fue ver una mano atravesar la pantalla.

— ¿Qué mierda? —Preparó posición en caso de necesitar salir corriendo a por su gata y abandonar el hogar junto al bebé.

La tensión se terminó cuando notó un rostro familiar salir de la pantalla, y segundos después tenía a su pareja con él en medio de la habitación, ¿qué había fumado?, carajo, sabía que no tenía que dejar que Flux viniera a cocinarle.

— ¿ Agoti...? —Preguntó incrédulo

— Hola, amor. —Se acercó a su pareja, iba a abrazarlo pero se detuvo al ver al bebé.— Ay, mi pequeñito.

— Shhh, no hagas ruido, se acaba de dormir.

Cubriéndose la boca con sus manos, el más alto movió su cola bastante entusiasmado, acercándose primero a besar a su pareja por todo el tiempo que habían estado separados, para después pedirle cargarlo. Fue complejo pasar al pequeño de unos brazos a otros sin despertarle, pero lograron conseguirlo.

El digidevil mantuvo su vista en su pequeño retoño, era muy bonito estar de vuelta con él en brazos, lo único triste era que no podía quedarse más de dos horas, pero eso era suficiente.

— ¿Por qué no me habías dicho que podías hacer eso? —Preguntó el ruso, intrigado por lo que había visto hace apenas unos minutos.

— Mi papá nos tiene prohibido a mi y a mi hermano hacer esto, pero con mi hermano vimos un café-internet y él me está cubriendo ahora.

Inclinándose un poco, volvió a besar a su pareja, lo había extrañado mucho, y no podía expresar la emoción que sentía de poder haber tenido un pequeño periodo de tiempo para verles.
No duraría mucho, y probablemente cuando vuelvan a moverse por lo de la gira no pueda repetirse, así que disfrutaría del tiempo que tenía con su familia ahora.

Bʀᴇᴀᴋ Tʜᴇ Dɪsᴛᴀɴᴄᴇ -[Tabi x Agoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora