Bʀᴇᴀᴋ Tʜᴇ Dɪsᴛᴀɴᴄᴇ -[Tabi x Agoti]

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Sentado en el sofá, Aldryx observaba al inquieto infante recostado en su regazo, sosteniendo sus manitos mientras Anton emitía tiernos ruiditos totalmente incoherentes e inentendibles; estaba haciendo algo de tiempo, todavía les quedaban unos 20 minutos de sobra para después regresar con Solazar, así que mientras su hermano desayunaba y aprovechaba de ponerse al día con su pareja él se tomaría el tiempo de interactuar con el actual integrante más joven de la familia Andromeda.

Al contrario de su hermano menor, Aldryx era infértil, no tenía interés en realizarse algún tratamiento para disminuir aquella cifra, no poseía una pareja, y de tener una tampoco deseaba la responsabilidad de tener hijos, al menos no por el momento, su pensamiento puede cambiar con el pasar de los años, pero por ahora disfrutaba de interactuar con bebés que no eran suyos.

— ¿No quieres que te haga uno a ti? A ver si pasas el culo. —Preguntó Flux de forma burlesca y algo descarada luego de sentarse a su lado.

— Inténtalo y te castro. —Le miró con algo de desagrado.

Riendo, Flux negó con un movimiento de cabeza, le causaba gracia lo impredecible que podía reaccionar su amigo a simples bromas y algo de coqueteo atrevido, para su mala suerte, era alguien muy burlesco, así que tendría que aguantarle al menos hasta lo que dure la amistad entre ambos.

Por otro lado, Agoti apartaba el plato de tostadas, dejando los bordes del pan para así enfocarse en terminarse su café, Solazar no le permitía tomar ese tipo de cosas que le energizarían mas, pero su padre no estaba ahí ahora, así que debía aprovechar.

— Entonces, ¿hablaras con Solazar respecto de lo de anoche? —Preguntó Tabi, levantando el plato que su novio había apartado.

— Sí, pero debo encontrar el momento perfecto, así que depende de qué tan calmado esté cuando regrese. —Suspiró.— Lo más probable es que diga que si, pero será un problemón devolver todo lo consumido en boletos de entrada a cada concierto.

— Agoti, tus fans no te van a criticar por sentir miedo, ahora solo enfócate en hacer lo correcto, y luego explica tu situación en un video o en un live como sueles hacer. —Dejó el plato sucio con el resto de trastes que debía limpiar.— Que seas famoso no te hace inmune, y si van a chingar pues yo les parto la madre.

Soltando una carcajada, Agoti tosió un poco tras haberse atragantado un poco con su café, definitivamente lo último dicho por su chico ruso le había tomado por sorpresa, pero tampoco era mucho chiste, sabía que Tabi era capaz de hacerlo con tal de defenderle, así que procuraría no meterse en ese tipo de líos con sus fans, ahí seguramente sí habría más polémica.

Recibiendo palmadas en su espalda, Agoti volvió a suspirar tras haber aliviado la obstrucción en su garganta, moviendo su asiento para tomar al ruso a su lado de la cintura, atrayéndole a su cuerpo para así reposar su barbilla en el pecho de su pareja.
No acostumbraba a tener que mirar hacia arriba al estar con él, pero estando sentado no podía obtener otra perspectiva desde ahí. Restregando su rostro sobre el torso de su amado, metió sus manos bajo la sudadera de dicho chico calavera, recibiendo una palmada en la cabeza como contención.

— Ay, vamos. No te he tocado en meses, déjame-

— No.

— Tabiii.

— No.

— Mhp.

Manteniéndose en silencio, Tabi observó un pequeño berrinche que el más joven hacía frente a él por negarle algo de "diversión", no tenían tiempo para eso; posando su mirada en las manos de Agoti, notó cómo sostenían uno de sus brazos, tensándose rápidamente al sentir una mordida en su mano.

— ¡AH, AUCH! —Le agarró la mandíbula con su mano libre.— ¡Suelta, tus dientes me- AAH!

— Agh, ¡Agoti, deja a tu novio, no lo muerdas! —Regañó Aldryx poniéndose de pie.

No era la primera vez que algo así ocurría, así que no le sorprendía. Oyendo a la pareja discutiendo en el comedor por dicha ridiculez, simplemente se negó a levantarse para ir a interrumpir su extraño ritual de amor.

— Esos podríamos ser tú y yo si me dejarás sacarte a una cita. —Habló Flux mientras mimaba la mejilla del adormilado bebé.

— No saldré contigo, Flux. Los amigos no salen en citas románticas.

— No dijiste lo mismo la noche de Netflix~

—Gasp.— No frente al bebé, descarado. —Le dio una bofetada al pálido chico a su lado.

Poniéndose de pie, Flux esquivó un segundo golpe, retirándose de la sala de estar entre risas exageradamente burlescas, estaba rodeado de inmaduros.

(...)

Terminando de secar sus manos, el chico calavera dejó el mantel de la cocina donde correspondía, observando cómo todo el lugar había quedado ordenado y limpio.
Anton estaba dormido, después de haber jugado con sus tíos un largo rato había quedado exhausto, y en cuanto los demás se retiraron de la casa se había decidió en limpiar y ordenar todo.

— Un día eres joven, y al otro te nace el limpiar la casa como la ama de casa. —Dijo para sí mismo, apoyando sus manos en su cadera.

Agoti se había ido hace más o menos una hora, aún no tenía ningún mensaje de su parte, pero podía intuir que estaba bien, se había ido con Aldryx después de todo.
Dejando su teléfono de lado, fue a la parte complicada: organizar las cosas en su habitación sin que Anton despierte, ese infante tenía un oído increíble.

Abriendo la puerta en silencio, se acercó a la cuna, apoyando suavemente sus manos en los bordes de dicha barra que impedía a su hijo salir de la cama, observó como el bebé descansaba, con sus manitos a ambos lados de su cabeza, se veía tan tranquilo, tan quieto... Tal vez demasiado.

Apoyando su mano en el pecho del bebé, comprobó que si estuviera respirando, percibiendo segundos después la pequeña y adorable elevación de su pecho al hacerlo soltó un suspiro de alivio, y sintió que se derretía por la ternura que Anton emanaba con su simple existencia.

En silencio, se alejó de la cuna del bebé, y comenzó a recoger la ropa que estaba sucia, frunciendo un poco el ceño al ver una prenda que desconocía sobre la cama.
Al acercarse, tomó dicha ropa, y sosteniéndola frente a él sonrió internamente, era la sudadera de Agoti.

Le había prestado una de sus propias sudaderas después de que Anton babeara la suya durante la noche, había olvidado por completo recordarle que debía llevársela, y ahora la tenía aquí. Acercándola a su rostro, inhaló un poco del aroma que pertenecía a su pareja, realmente lo extrañaba, lo quería a su lado por más tiempo, esperaba que todo saliera bien y que su suegro y el set de producción estuvieran de acuerdo en una retirada temporal.